martes, 11 de marzo de 2025

Renovación mental

 


Renovación mental

“y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” Efesios 4:23-24

“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”, Romanos 12:2

Cambiar nuestra manera de pensar es fundamental en un mundo que busca imponer ideas contrarias al plan de Dios, pero también donde el engaño prolifera. Se han introducido mentiras envueltas en verdades, se ha cambiado el mismo sentido y significado de palabras para disminuir o menospreciar el impacto de una idea verdadera, o potencializar una idea falsa.

Por ejemplo, la dura realidad del aborto la han disfrazado como algo bueno al llamarla “interrupción voluntaria del embarazo”, tratando de ocultar que se trata de la vida de un niño en estado de gestación, y si hay un derecho presente es el derecho a nacer. La Palabra de Dios dice una verdad contundente frente a este tema: “Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas, Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas” (Salmos 139:16). Dios creó, diseñó y puso en acción los mecanismos para que se desarrollara nuestra vida; los datos organizados perfectamente en el ADN no se crean solos.

Así que cuando creemos en Cristo y lo aceptamos en nuestro corazón, nuestra mente es despejada y liberada del engaño, de las ideas dañinas y mentirosas del mundo, que no son consistentes, ni coherentes, ni siquiera prácticas. ¿Ha podido el aborto disminuir la pobreza y acabar con el sufrimiento? Al contrario, genera violencia, dolor y más pobreza. Pero la buena noticia es que Dios perdona a todo el que viene a Cristo y cambia su manera de pensar, de esto se trata el arrepentimiento verdadero no religioso: Aceptar la verdad transformadora del evangelio en mi corazón, para que sean abiertos nuestros ojos a esta verdad y podamos experimentar todo el amor de Dios en Cristo Jesús.  Oración.

«Padre, soy nueva criatura en Cristo Jesús, antes mis pensamientos eran confusos y estaban en oscuridad, pero tu gracia me alcanzó y confiando en ti, experimenté tu inmenso amor, liberándome de mis cadenas de opresión. Ahora mi mente es tuya y quiero cada día renovar mi pensamiento siguiendo la verdad de tu Palabra. En el nombre de Jesús, amén.

lunes, 10 de marzo de 2025

ADOPTADOS HIJOS SUYOS

 


ADOPTADOS HIJOS SUYOS

“en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado”, Efesios 1:5-6

“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”, Romanos 8:15-16

La nueva relación que tenemos con Dios es que hemos sido adoptados como hijos en su familia, esto nos da derechos y obligaciones al mismo tiempo. Sabemos que los procesos de adopción son sumamente serios y complicados, por eso cuando se adopta a un niño hay que realizar muchos trámites legales hasta que se concede el certificado de que esa persona es hija de alguien y por ende su heredera. La vida anterior de una persona adoptada se borra completamente; si tenía deudas estas quedan canceladas, se le considera una nueva persona que empieza una nueva vida sin vinculación con su pasado. Su ceremonia de adopción se lleva a cabo en frente de testigos.

Cuando conocemos a Dios y nos hace hijos por su voluntad, adquirimos todos los derechos de un hijo legítimo, nos volvemos herederos y coherederos con Cristo. Nuestro pasado automáticamente es borrado y nos hace nuevas criaturas. 2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Somos hijos de un nuevo Padre en todos los sentidos. Como es una adopción espiritual que se hizo en la cruz del calvario, el testigo de nuestra ceremonia de adopción es el Espíritu Santo, quien da testimonio a nuestro espíritu de que somos de verdad hijos de Dios.

Antes de ser adoptados estábamos bajo el control de nuestra naturaleza humana pecadora; pero Dios en su misericordia nos ha tomado como su exclusiva posesión, el pasado ya no tiene ningún derecho sobre nosotros, Dios tiene ahora el derecho absoluto, el pasado está cancelado y nuestras deudas borradas por la sangre preciosa de Jesús.

Ahora tenemos una nueva vida con Dios, por eso el apóstol Pablo nos dice que hemos recibido el Espíritu de adopción para ya no estar más en temor, ya no somos esclavos sino libres. No volvamos a esclavitud viviendo bajo los parámetros del mundo, vivamos en la libertad que Cristo nos dio por medio de su sacrificio, en una vida bajo los preceptos divinos, una vida abundante y de bendición.

Tengamos una relación íntima con nuestro Padre quien nos restaura y nos convierte en sus hijos. Hemos heredado su vida y su gloria, vivamos conforme a lo que su Palabra dice que somos: santos y amados. Acerquémonos con confianza y digámosle: Abba Padre.           Oración.

"Gracias Padre celestial, porque sin merecerlo, me tomaste cuando estaba perdido, cuando andaba en pecado y me adoptaste por el puro afecto de tu voluntad. Enséñame a andar en libertad y a caminar como un verdadero hijo de Dios, obedeciendo tu Palabra, teniendo siempre una íntima comunión contigo y disfrutando de todas las promesas y de la gloria que he heredado. Amén.  

domingo, 9 de marzo de 2025

¿CUÁNTO ME AMASTE SEÑOR?

 


¿CUÁNTO ME AMASTE SEÑOR?

“Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”, Mateo 5:43-48

¿Cuánto amó Jesús a sus amigos? ¿Pero cuánto más amó a sus enemigos? Amar a las personas que nos aman es tan sencillo, pero cuán difícil es amar a las personas que nos hacen daño. Jesús fue odiado y maldecido por proclamar la verdad, pero nunca hubo una gota de odio y lamentación. Nunca hubo una palabra de desprecio hacia nadie. Vino a amar y sólo a amar.

Demasiado grande y Admirable, deberíamos anhelar ser como Él. Amar a quienes nos hacen daño y bendecirlos como nos enseña en su Palabra, muestra lo que realmente hay en nuestro interior. Podemos restaurar nuestras familias y el mundo que nos rodea sólo con su perfecto amor. Hagamos la diferencia incluso en las situaciones más tensas. Aprendamos a ser pacientes, bondadosos, inofensivos, dejemos el orgullo y el enojo. Seamos mansos y justos, humildes y amorosos.

Cuando vengan situaciones que no podamos controlar, cuando nos hieran con palabras, todo lo que se levante en nuestra contra, Dios lo usará para nuestra bendición. Sus promesas siguen en pie, su gracia y fortaleza permanecen. El Señor nos dice “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. Cuando entendamos esto sabremos que nada pasa por azar, Él está formando nuestro carácter para que sea como el suyo a través de todo lo que nos sucede, aun cuando creamos que no merecemos eso y que nos parece injusto.

Recordemos que nosotros no dimos nada para recibir la salvación, Jesús dio todo por nosotros. Jesús cambió con su muerte en la cruz el destino eterno de la humanidad caída, por eso sufrió en silencio, dejando que se cumpliera el plan de salvación y todo lo hizo por amor. Como dice Isaías 53:7 “Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.  Oración.

"Señor enséñame a amar. Seré un verdadero hijo de Dios cuando ame a otros sin esperar nada a cambio a pesar de todas las heridas y daño que me hagan. Nadie puede darme de lo que no tiene, debo dar del amor que me has dado y así poder ser perfecto como me pides. Amén. 

sábado, 8 de marzo de 2025

Un verdadero profeta

 


Un verdadero profeta

«El que habla en lengua extraña, a sí mismo se edifica; pero el que profetiza, edifica a la iglesia...», 1 Corintios 14:4

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”, Mateo 7:15

La palabra profeta se usa en relación con grandes profetas de la Biblia como Isaias, Jeremías, Daniel o Elias, pero también, se ha entendido de manera equivocada, que se refiera a personas que supuestamente dicen cosas que van a pasar en el futuro, como una especie de adivino. Muchos han sido manipulados o sugestionados por este tipo de mal llamados profetas. Según la Biblia un profeta no es un adivino, ni el que te dice cosas que van a pasar en el futuro sino alguien que tiene un mensaje de Dios, como inicia Hebreos 1:1 “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,;”, pero que además debe comunicarlo fielmente como por ejemplo en Ezequiel 11:5: “Y vino sobre mí el Espíritu de Jehová, y me dijo: Di: Así ha dicho Jehová: Así habéis hablado, oh casa de Israel, y las cosas que suben a vuestro espíritu, yo las he entendido.”, el profeta comunica, incluso de diversas maneras el mensaje que Dios quiere llevar a su pueblo, pero en el contexto correcto y en el tiempo específico de manera precisa.

Sin embargo, los profetas dieron mensajes incómodos para el pueblo de Israel, denunciando el pecado y las injusticias que practicaba el pueblo, también su religiosidad, por eso la mayoría de ellos fueron amenazados, perseguidos o acusados injustamente, incluso llevados a la muerte; denuncia que el mismo Señor Jesucristo hizo en Mateo 23:37 y sus discípulos lo recalcaron (Hechos 7:52).

El profeta recordaba al pueblo su identidad, propósito, hacia dónde van y hacia dónde deberían ir. Dios cuando hablaba del futuro por medio de los profetas, le interesaba más el hecho presente. Es decir que el mensaje dado, transformara el corazón de los que escuchaban el mensaje y los llevara a la obediencia en el tiempo presente.

La razón es que Dios no quiere que la gente viva con temor o ansiedad del futuro sino que manteniéndose fieles a la dirección de Dios, cumplan su propósito.

Es decir, el fin de la profecía es alentar al pueblo para que se mantenga fiel a Dios, pero su énfasis principal no es el predecir hechos futuros para alentar la curiosidad.

En pocas palabras su tarea esencial no era predecir el futuro, sino más bien denunciar el pecado del pueblo cuando se apartaba de Dios y también ser “atalayas”, anunciando el inminente peligro del avance del mal ante la desobediencia a la Palabra de Dios. Por esto, el pueblo muchas veces no quería escuchar: “Mas la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quiere oír a mí; porque toda la casa de Israel es dura de frente y obstinada de corazón” (Ezequiel 3:7).  Oración.

«Padre en tu palabra está la paz y la esperanza, Cristo mismo, anunciado por los profetas con siglos de anticipación para que no haya duda de tus planes de salvación y amor con la humanidad, y con cada uno de nosotros. Permítenos atender tu palabra y mantenernos fieles a ti en cualquier tiempo. En el nombre de Jesús, amén.

viernes, 7 de marzo de 2025

Nuestra convicción frente al futuro

 


Nuestra convicción frente al futuro.

“Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las tierras, y os traeré a vuestro país. Esparciré sobre vosotros agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias; y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra”, Ezequiel 36:24-27

Por amor a su santo nombre que estaba siendo deshonrado, Dios hace algo extraordinario, difícil de entender incluso para su pueblo. La vergüenza del pueblo de Israel por haber sido exiliado de su tierra, Dios la usó para glorificar su nombre y exaltar su poder; su soberanía y sus propósitos mucho más altos que los de los hombres fueron revelados en el momento menos glorioso de Israel. ( Ezequiel 36:22, Ezequiel 36:24-25).

Ante esta situación tan extrema, Dios les anuncia por medio de verdaderos profetas dos cosas importantes: primero que los iba a regresar nuevamente a su tierra, pero en un tiempo determinado por Él (70 años). Mientras tanto deberían casarse, tener hijos, edificar casas, continuar su vida (Jeremías 29:5-6) y les advierte que no deben creer en falsos profetas que Él no ha enviado, que les dan falsas esperanzas (Jeremías 29:8-9), puesto que él enviaría su buena palabra otra vez y los sacaría del cautiverio y los llevaría nuevamente a Jerusalén (Jeremías 29:10) y allí es donde ocurre lo que dice el Señor: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”, (Jeremías 29:11). Dios tenía un plan con Israel, mucho más alto y mejor de lo que ellos podrían esperar o tan siquiera imaginar, pues la vergüenza de Israel sería el medio para glorificar su nombre y mostrar su poder. Efectivamente Dios los devuelve a su tierra y los restaura, cumpliendo sus promesas.

¿Qué tiene que ver la situación que le sucedió a Israel en ese tiempo con nosotros ahora?. Pues ahora para nosotros Dios ha enviado su buena palabra (el evangelio) y nos ha liberado en Cristo Jesús, estamos en el mundo pero no somos del mundo, hemos seguido viviendo nuestras vidas, pero estamos llamados como lo fue Israel en su momento a glorificar el nombre de Dios donde sea que estemos y en la situación que estemos pasando.

La iglesia ha caído muchas veces en vergüenza, ante el mal actuar de algunos, sin embargo el Señor usa esa vergüenza para glorificar su nombre, Él envía su evangelio a cada momento para restaurarnos y mostrar su poder, para que la gloria sea de Él y no de nosotros.

En muchas circunstancias de nuestra vida sentimos pena y hasta llegamos a preguntar dónde está Dios, pero él tiene planes de bendición para nosotros no de mal, pero no para que nosotros seamos exaltados, sino para que Él sea exaltado a través de nuestras vidas.

Hermano, atesora esta conclusión: Que la situación que estás pasando hoy, en manos de Dios, sea para que Dios sea exaltado y tú bendecido.   Oración.

«Padre, te entrego cada situación de mi vida, mis debilidades y dificultades; en Cristo tengo seguridad que todo obrará para mi bien, pero esencialmente para tu gloria, que tu nombre sea exaltado y mi vida bendecida. En el nombre de Jesús, amén.

jueves, 6 de marzo de 2025

Adoremos a Dios aún en tiempos de adversidad

 


Adoremos a Dios aún en tiempos de adversidad

“Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían. Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las puertas, y las cadenas de todos se soltaron. Despertando el carcelero, y viendo abiertas las puertas de la cárcel, sacó la espada y se iba a matar, pensando que los presos habían huido. Mas Pablo clamó a gran voz, diciendo: No te hagas ningún mal, pues todos estamos aquí. Él entonces, pidiendo luz, se precipitó adentro, y temblando, se postró a los pies de Pablo y de Silas; y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. Y le hablaron la palabra del Señor a él y a todos los que estaban en su casa. Y él, tomándolos en aquella misma hora de la noche, les lavó las heridas; y en seguida se bautizó él con todos los suyos. Y llevándolos a su casa, les puso la mesa; y se regocijó con toda su casa de haber creído a Dios.” Hechos 16:25-34

Pablo y Silas se presentan ante los magistrados romanos, son azotados cruelmente y encarcelados en lo más profundo, por enseñar cosas que no eran conforme a las costumbres del mundo (Hechos 16:20-21), y la actitud de estos discípulos luego de suceder esto, allí en medio del encierro, del dolor por los azotes es: “…cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.”, (Hechos 16:25), podrían haber tomado el camino fácil, quejarse o lamentarse, pero creyendo la Palabra de nuestro Salvador, prefirieron ser bienaventurados al ser perseguidos y maltratados por causa de su nombre (Mateo 5:11-12).

El efecto de adorar a Dios en medio de la aflicción, fue que desataron el poder de Dios sobre sus vidas y las vidas de los que estaban alrededor de ellos. El carcelero y su casa se convirtieron al Señor, porque Pablo no quiso huir, sino que esperó la voluntad de Dios, luego fueron liberados por los mismos magistrados (Hechos 16:35, 39).

Esta es la misma actitud que debemos tener nosotros, en medio de las circunstancias difíciles, adorar a Dios, en medio de la noche más oscura, levantar nuestras manos caídas y darle a Dios toda gloria, honra y honor. Demostrarle que confiamos en sus designios y esperamos en Él. La verdad es que aun los creyentes tenemos grandes aflicciones pues vivimos en un mundo caído, pero Jesús nos dijo que: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.” (Juan 16:33). Es decir, Jesús en medio de cualquier situación difícil nos dará su paz y la fuerza para resistir, nuestra actitud debe ser mientras tanto, adorar al Rey. Luego, como sucedió con Pablo y Silas, se desatará el poder de Dios en nuestra vida y en la vida de los que nos rodean. Así que, ¿cómo manejas la adversidad en tu vida?  Oración.

«Aun en medio de la aflicción, te adoraré mi Señor Jesús, porque tú has vencido a la muerte y me diste vida eterna, si tú venciste, también en tu nombre puedo vencer mi desánimo, mis quejas y mala actitud ante las circunstancias al esperar en tu voluntad. Se que tienes un plan maravilloso para mi vida. Amén

miércoles, 5 de marzo de 2025

Nuestra convicción frente al futuro

 


Nuestra convicción frente al futuro.

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.”, Jeremías 29:11

“Por tanto, di a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adonde habéis llegado.” Ezequiel 36:22

Cada año que comienza quisiéramos saber cómo nos va a ir, quisiéramos saber el futuro, para disminuir la incertidumbre y tener control de nuestra vida, pero esta curiosidad por saber el futuro nos lleva realmente a ser independientes y poner nuestra mirada en las circunstancias, cuando esto no tiene propósito.

Se trata entonces de colocar la confianza de que pase lo que pase Dios está con nosotros y Él tiene un plan mucho mejor del que pudiéramos prever o controlar. Su voluntad es buena, agradable y perfecta, pero experimentar esto, implica renovar nuestra manera de pensar. (Romanos 12:2)

Para que entendamos cuál debe ser nuestra manera de pensar, nuestra actitud, nuestra fe correcta y por supuesto nuestro actuar frente a la incertidumbre y el futuro, debemos aprender del caso de Israel. El pasaje de Jeremías 29:11 es muy usado para referirse a los planes perfectos y fieles de Dios para con nosotros, pero debemos entender el contexto para valorar de manera más precisa y profunda lo que Dios quiere decirnos.

El contexto de este pasaje, es que Israel había sido llevada cautiva a Babilonia, despojada totalmente de su riqueza y su templo; familias divididas y desamparadas. Los que quedaron sufrieron hambre y muerte, los que fueron arrancados de su tierra y llevados cautivos sufren de una terrible desesperanza. Lo que sembraron cosecharon, pues desobedecieron al Señor y vino juicio sobre ellos, como le fue revelado al profeta Ezequiel: “Hijo de hombre, mientras la casa de Israel moraba en su tierra, la contaminó con sus caminos y con sus obras; como inmundicia de menstruosa fue su camino delante de mí., Y derramé mi ira sobre ellos por la sangre que derramaron sobre la tierra; porque con sus ídolos la contaminaron. Les esparcí por las naciones, y fueron dispersados por las tierras; conforme a sus caminos y conforme a sus obras les juzgué.” (Ezequiel 36:17-19).  Oración.

«Padre, sé que tienes mi vida en tus manos, mi presente y mi futuro son impactados por mi fe en tus promesas, ayúdame mediante tu Espíritu a renovar mi manera de pensar y a experimentar la vida de Jesús en mi vida, para gloria de tu nombre, amén.