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24 noviembre 2015

Oniromancia


- ¿Por qué te empeñas en querer ser ciego?
- Para desconocer el color del miedo.

27 enero 2015

Sentencia



No hay nada más costoso que renacer... cuando ya se está muerto.

18 mayo 2014

Destrucción



A pesar de todo, siempre existirá aquel pequeño resquicio por el que algún día volverá a entrar la luz.

31 diciembre 2012

El año que nace para ti


Y para el año que ahora estrenamos,
a ti, que lees, sólo te pido
que seas feliz al menos uno de sus días,
que le des la luz al más humilde de tus sueños,
que de amor sea el más sentido de tus llantos,
que seas libre, que seas única, que seas tuya.
A ti, que lees, sólo te pido
que la pasión guíe todo cuanto hagas,
que te rebeles, que sepas decir basta,
que otros ojos lloren emocionados tus victorias,
que otras manos te levanten en tus derrotas,
que arriesgues, que pierdas y después sonrías.
A ti, que lees, sólo te pido
que sepas que este año que nace
lo hace para ti... aunque no lo creas.
 

29 diciembre 2012

Bambalinas


A petición del público, renunció a ser el protagonista de su historia.
Destruyó el guión que había escrito, descolgó las bambalinas doradas y en silencio ocupó tímidamente la última butaca de aquel teatro vacío que un día construyó.
Se rebajó a ser espectador de su vida, resignado a contemplar la nueva obra escrita para él.
Y era tan distinta a como había soñado... Tan predecible, tan vista, tan repetida, que poco a poco su cuerpo se fue escurriendo en su asiento. Cambió lágrimas por tedio, suspiros por bostezos, pasión por sueño.
Hasta que, diluído en aquella húmeda mediocridad, fue desapareciendo sin un solo recuerdo.
Sin aplausos, sin ovaciones, sin críticas.
Sin nada.

18 diciembre 2012

Letras



La diferencia entre una vida llana y una vida llena no es una letra.
Son dos.
Tú.

17 diciembre 2011

Reorientando


Creo que ya va siendo hora de devolver el listón a la altura en la que estaba.
Cuando uno lo baja excesivamente, corre el riesgo de verse obligado a tener que hacerse demasiado pequeño para, al final de todo, acabar pasando por debajo de él.
Al fin y al cabo, siempre me gustó mirar estrellas en lugar de piedras.
Cuestión de métricas.

09 diciembre 2011

140 caracteres

Ciento cuarenta. Ni uno más.

Miró al techo buscando esa inspiración que le huía desde hacía demasiado tiempo. El humo de un cigarrillo mal apagado dibujaba columnas juguetonas en la penumbra de la habitación. Se concentró en ellas adivinando en esas partículas lo que en otro tiempo fueron hojas verdes y grandes bañadas por el Sol. Todo cambia, sólo tú permaneces.
Cada tecla que pulsaba variaba un guarismo que anunciaba fríamente una cuenta atrás. Ciento treinta y nueve, ciento treinta y ocho... quince, catorce...

¿Cómo se resume una vida en ciento cuarenta caracteres? ¿Cómo se matan palabras? ¿qué letras son las que sobran? ¿y cuáles las verdades que estorban?
Quitarle el rigor a una idea, el matiz a una caricia, el brillo a una mirada, el tacto a un beso. ¿Cómo se le quita la impaciencia a un anhelo?

Se imaginó condensando el universo entero en un solo átomo, prescindiendo de los colores de los cielos, confundiendo las copas de los árboles e ignorando los sonidos del viento. Toda la energía, todo un firmamento, incluyendo el diminuto asteroide de las puestas de sol, concentrados en un espacio en el que no tienen cabida los besos.

Entonces la pensó. Se propuso resumirle en ese espacio diminuto la inmensidad de cuanto era para él. Sus palabras, la magnitud de sus sueños, lo adorable que le parecía su cara o el temblor provocado cuando rozó sus manos por primera vez. "Aquella tímida caída de párpados que le convenció de que estaba frente a la mujer que adoraría todos y cada uno de los instantes del resto de su vida." Ciento cincuenta... tampoco sirve.
El tercer cigarrillo revelaba su incapacidad. Era tanto y tanto, en tan poco sitio.

Hasta que al final... lo entendió. No buscaba palabras, ni espacios ni siquiera tiempo. Se buscaba a sí mismo, a lo único cierto y bueno que había en él. Y cuando lo comprendió cerró los ojos y suspiró.

"Tú eres la esencia. Lo eterno y lo verdadero. Sólo soy en ti, por ti y para ti. Mírame, mi vida, y dame tu luz."


Fotograma de "The Pillow Book".

01 noviembre 2011

Tus manos


Tú me regalaste un instante. A cambio yo te daré una eternidad. Una eternidad en la que tú,  mi luz, seas el único sol y la luna... la luna, mi vida, siga siendo yo.

25 julio 2011

Como dos estrellas blancas


Y expiraron las violas castas y murió el perfume de las rosas en las dormidas auras de aquellos senderos oscurecidos. La Luna apagó su límpida luz de perla. 
Todo cambia, sí, todo cambia, pero aquel instante se hizo mágico, se hizo alma. Erigió sobre él un punto sin retorno, una esperanza ya invencible, que pasó a formar parte de la más infinita eternidad.

12 noviembre 2010

El balcón


Cuando era niño, solía refugiarse en los silencios de la noche para asomarse al balcón y mirar las estrellas.
Mentalmente, las unía con sus diminutos dedos y jugaba a dibujar en el cielo, seres que otros niños no sabían comprender.


Dibújame un sueño y te daré un mundo, le dijeron aquellos ojos vestidos de luz.

Era tanta la dulzura que éstos vertían sobre él y era tan limpia aquella mirada, que vació el firmamento de estrellas e inventó mil colores nuevos para crear un cielo distinto que sólo ellos supiesen ver.


Hasta que un día, esos ojos se apagaron para él.
Y cuando quiso regresar a su balcón, se dio cuenta de que las estrellas aún seguían allí pero él ya había crecido demasiado y sus dedos eran ya tan grandes que, irremediablemente, las tapaban al intentar unirlas de nuevo para dibujar aquellos seres, que tiempo atrás, sólo él había creído entender.


06 noviembre 2010

Cambio de reglas


Pensaba que jugaba al parchís cuando se dio cuenta de que no era más que un simple peón en un inmenso tablero de ajedrez.
Lo malo no fue que ahora no entendiese las reglas. Lo peor fue que sus ojos se habían acostumbrado tanto a los colores, que ante tanto blanco y negro, sus pupilas sólo supieron ver un eterno horizonte pintado de gris.

27 octubre 2010

Sueños rotos


Por las noches, mientras ella dormía, él le tejía ilusionado un vestido estampado de sueños y botones de cristal.
Cuando casi estaba acabado, ella decidió descoser aquellas minuciosas puntadas y con los pocos retales que quedaron, optó por tapar la desnudez de aquella piel blanca, con una amarga realidad.

03 julio 2010

Color

Supo que habían dado sepultura a su sueño, que había llegado el momento de agachar la cabeza por enésima vez. Se convenció de que el color de los días sería el gris, de que el sol dormiría para siempre en su lecho de poniente y de que sus manos jamás volverían a tejer aquellas palabras que habían construído el cielo en el se obstinaba en vivir.
Y fue entonces cuando, en un agónico esfuerzo, levantó la vista y los vio. Allí estaban: fieles y eternos.
.. Aquellos ojos y aquellas ocho letras que pintaron las lágrimas de verde y su universo de carmín.

12 marzo 2010

Se nos fue

Daniel el mochuelo, Paco el bajo, el Nini, las horas de Mario, los campos de luz de tu amada Castilla y aquella de mujer de rojo sobre fondo gris vivirán para siempre en nuestros corazones.

Hasta siempre maestro.

Búscala. Lleva treinta y seis años esperándote.


08 marzo 2010

Que mañana, también sea ocho de Marzo



Gracias por hacer del mundo un lugar menos inhóspito, para hacer realidad los sueños.

12 agosto 2009

Paseo por el Sena


J'ai dessiné des mots conjugués sur les rêves de la Seine avec la volonté que ton nom fût éternel au ciel des immortels.
Maintenant, ma douce condamnation est sculptée pour toujours à la face des étoiles que tu m'avais donné:
Je ne sais vivre que dans ta lumière.

26 julio 2009

Estrellas

Siempre le hubiera gustado saber Física. Hablar con las estrellas, descubrir sus secretos, ser inmortal.

Soportando el calor de aquella tarde de Julio, ordenaba con mimo sus libros. Uno a uno, los limpiaba, y los volvía a colocar en aquellas estanterías repletas que demandaban, agónicas, una urgente ampliación.
Tímidamente, emergiendo de aquel caos previo al orden, apareció aquel ejemplar de bolsillo que adquirió cuando aun no contaba con dieciocho años: Sobre la teoría de relatividad especial y general, de Albert Einstein.
Se sentó en su butaca con el delgado libro en sus manos y empezó hojearlo. En la portadilla, con tinta azul y una caligrafía agradable había dejado constancia de su nombre, de una ciudad y de una fecha, Abril de 1985. Sonrió maliciosamente al toparse de nuevo con la página 35. Aquella que, tercamente, semana tras semana, había sido el obstáculo insalvable para comprender el mensaje del sabio alemán. Me costaste mucho tiempo, pensó, pero te vencí.

Depositó suavemente el libro en el estante correspondiente y tras él, otros de Feynman, Hawking, Weinberg,... Le encantaba verlos allí, todos juntos, apoyándose unos a otros, protegiendo y dando testimonio, de la victoria más gloriosa del hombre sobre la oscuridad.

Cogió de nuevo uno de esos ejemplares, quizá su favorito, quizá el más sencillo y por eso, quizá, el libro que más le había hecho pensar en toda su vida: Six easy pieces. Un antiguo billete de tren olvidado, a modo de marca, señalaba algún punto en la obra. Abrió el libro por la página señalada y leyó en voz baja aquellas frases que tanto le habían estimulado en otro tiempo,


"Si, en algún cataclismo, todo el conocimiento científico fuese a ser destruido y sólo una sentencia pasara a la siguiente generación de criaturas, ¿qué frase contendría la mayor información con el menor número de palabras? Yo creo que es la hipótesis atómica (...), que todas las cosas están formadas por átomos (...)."

Respiró profundamente y perdió su mirada en las casas castigadas por el sol de la tarde, que veía desde su ventana. Todo era silencio.
Entonces cogió un lápiz y tachó aquella proposición sentenciada por el Nobel. Después sonrió tiernamente y con improvisadas mayúsculas se atrevió a corregir al sabio escribiendo la frase que, irremediablemente, gobernaba su vida.

Tú eres mi universo.

27 junio 2009

Hasta siempre, Manuel


Nos ha dejado Manuel Ortiz, el brillante autor de Apuntes de bolsillo. Un buen hombre, una mente privilegiada y un corazón enorme. El maldito cáncer ha podido con él.
Te invito a que leas el magnífico artículo que ha escrito Rafa sobre su figura. Sólo uno de los grandes podía rendir un homenaje tan hermoso a otro de los grandes.

Querido Manuel. Para mí ha sido un inmenso honor que nuestros caminos se cruzaran. No pudimos estrechar nuestras manos pero pudimos intercambiar nuestras palabras y me diste la oportunidad de aprender de ti. Y ahora, en este último paso que te ha tocado dar, déjame pedirte un pequeño favor. Cuando llegues, busca a mi padre, dile que estamos bien y que le sigo queriendo tanto que hasta me duele el alma.

Hasta siempre, querido amigo.

10 mayo 2009

Setenta años





Llueve.
Esta noche, una a una, las nubes han apagado todas las estrellas. Se esconden porque saben que hoy hace setenta años que naciste y no quieren ver a tu hijo llorando por no poder besar el rostro del hombre que lo fue todo para él.

Allá donde estés, feliz cumpleaños, papá.

Hoy más que nunca, ayúdame.

 

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