"Vida- soy de tus dos direcciones
De algún modo permaneciendo colgada hacia abajo
casi siempre
pero fuerte como una telaraña al
viento_ existo más con la escarcha fría resplandeciente
Pero mis rayos con abalorios son del color
que he visto en un cuadro-ah vida
te han engañado."
Marilyn Monroe, sin fecha.
Llego a las películas con retraso y a los fines de semana con hambre. Hambre de que las cosas se pongan bocabajo. Con ganas de que llamen a la puerta el viernes y no sea Alejo, el chaval del asiático que me pide el dinero justo- makis, sopa de miso, una cerveza- y que le de un cigarro. Yo le subvenciono Lucky Strike y me doy cuenta de que viernes a viernes Alejo es más alto. Si además del cigarro yo cogiera un lápiz y le pidiera a Alejo que se colocara junto a la pared para trazar una raya sobre su cabeza y medirle, me daría cuenta de cómo cambia la vida de Alejo mientras yo me encojo en el mismo sofá, esperando. Esperando que el paisaje de una voltereta. Que ya no sea viernes, aburrido, veintitrés grados, dos cohetes, treinta y seís canales tedeté en la calle, sino una película.
Una película a la que llego con retraso.
El sábado por la tarde- trash bici, ejercicio físico en mercadona, aperitivo sobre la muralla- me derrumbo y decido contener la apatía viendo "El orfanato". Yo nunca tuve amigos imaginarios. No al menos en la infancia. Tal vez ahora sí. Pienso en mis amigos del facebook y en sus muros como placetas. De la soledad uno se escabulle como puede: leyendo, jugando al parchís, corriendo, viajando, bebiendo daiquiris, cantando bingo o escribiendo al aire. Algunos, como en "El orfanato" hablan de locura y fantasmas y algo hay de eso, pero quién no guarda un fantasma entre las camisetas. Preferiría asumirlo, a vivir ignorándolo. Así que termino la peli, doy vueltas a lo irreal de mis últimos seis meses y recibo un mensaje de Magenta para que me vaya de viaje.Casi un año sin verla, pero por culpa suya o de estos aviones de papel que nos cruzamos vía blog-vía facebook se le ha ocurrido una escapada a Lisboa en diciembre. "A Belén pasteles, que dice el villancico" me escribe, dice que parte de la culpa es mía y entonces, sin pensarlo, acepto. Nos vamos al Barrio Alto. "Necesito mucho escaparme" le cuento yo. "Pues perfecto", contesta ella
Y vuelve la casualidad, un líquido verde en los vasos comunicantes.
Publican hoy en el suplemento de "El País" los poemas de Marilyn Monroe. Soledad sin cortar. Recuperan su imagen escribiendo, le quitan las gafas de "Como casarse con un millonario" y aparece una mujer frágil y punzante, cuyas palabras queman. Paseo la tarde del domingo por los blogs, guguelo y me entero de novedades literarias que me alegran, de silencios que entristecen, de fotografías, viajes y al final de maletas. Aterrizo en el blog de Miguel Ángel Maya - nuevo callejón: Migue y el Fabuloso trompetista invisible- y se cierra la puerta del comedor- como en el caserón de niños perdidos- al leer su último texto.
Nudos espacio- temporales.
Lo descubro hoy, domingo, y salto hacia atrás y leo compulsivamente hasta que me quedo seca y me duelen los talones de tanto como he andado y me entero de mudanzas y me imagino cajas, puzzles, botellas con mujeres dentro, carreras de relevos y voces por el pasillo. Miro mi post anterior, la maleta que espera sobre un alfombra de rayas y los libros que guardé dentro.
En la pantalla tres letras, fin.El viaje continúa.
No dejé el link de la entrada de Miguel Ángel Maya y es imprescindible leerlo como pieza que me falta para encajar el puzzle. Los posts anteriores y el siguiente también forman parte de un rompecabezas incompleto. Leerle es, en cualquier caso, como salir al recreo: alegra. Aquí está:
http://miguelangelmaya.blogspot.com/2010/09/quien.html