Os he traído algo para el desayuno del domingo.La calidad de la grabación es pésima -culpa de mi móvil q está pegado con celo- pero pensé que os hubiera gustado estar allí y os eché de menos, con nombre y apellidos. Yo fuí sola.Mis amigos desconfiaban un poco de mis ganas de ver a Nixon y no me acompañaron.Ellos se lo perdieron porque fue fantástico. Después no supe contárselo, pero hoy quería mandaros a los que no estuvisteis y sí que hubiérais querido estar, mi crónica torcida de lo que fue la noche. Ahí va:
Primera fase : la travesía.Como buena turista accidental cojo mi planito y a las nueve me doy un paseo hasta la calle San Vicente Ferrer. Me bailan las horas del concierto en la cabeza pero da lo mismo, con el telediario en la pantalla al Nasti no le han cambiado ni el nombre.Recorro la acera de los impares con la lentitud de una homiga pero tanto graffiti en la puerta metálica del local me hace imaginar lo peor: que se lo haya tragado la modernidad.Con la determinación repartida entre mis zapatitos de plataforma y mi vestido del Triángulo de la Ballesta, cojo mi mejor sonrisa de la mano y me lanzo a preguntar a cualquier ser semoviente. Nada, que no saben nada. Dudo sobre si debo entrar en la tienda de chinos más próxima para sobornar al dependiente y que me pase a la trastienda; allí seguro que se esconde un viejo filósofo oriental, que entre pelícanos, puede darme alguna pista de Richi o de la sombra de luces de bohemia que guarda Fran. Afortunadamente, unos pasos antes de esa decisión veo a un chico con bolso cruzado esperando en una esquina frente a la puerta de lo que debiera ser el Barbarella (ayer Nasti, mañana no lo sé) y me lanzo a preguntarle. El chico puede tener una cita literaria- está detenido en la puerta de una librería de relatos llamada "Tres rosas amarillas"- o romántica, o las dos cosas y por eso me indica que mis pesquisas han terminado: el Barbarella es el garito de puerta escondida. El concierto,sonrie muy laaargo como si me dijera pardillaaaa, "bueno, el concierto ya se sabe... sí tenía que empezar a las diez, pero aquí los conciertos..."y mira el reloj.Son las nueve y media.
Segunda fase: Si son las nueve y media y va con retraso, antes de que mi timidez se convierta en vértigo y mis nervios me hagan morderme las uñas de los pies- cosa muy poco elegante en una mujer como yo- toca la transformación en neoyorquina del Village, muy segura, muy resuelta, de esas que sienten la soledad como el agua de perfume, so casual...y beberme un par de cañitas a solas para seguir manteniendo la compostura.Antes de eso, y como creo que en el Village también lo hacen- bueno yo también lo haría-me compro un libro de cuentos de Galdós en la librería de las rosas amarillas. Si hubiera estado en el Village me lo hubiera comprado de Scott Fitzgerald o de Capote, pero como estoy en la villa toca Galdós. El librito, de ediciones Artemisa, está encuadernado en un verde pistacho luminoso y arranca hablando del talento de los músicos: lo interpreto como una señal y me lo meto en el bolso.Mientras cene algo le echaré un vistazo.Qué ingenua.
Tercera fase: Cómo beber sin parecer borracha.Ultimamente todo lo que lleve alcohol me afecta el doble, así que tomarme una caña, como voy a hacer ahora (como hice) me convierte en una funambulista sin pértiga. Pero quiero celebrar mi recién estrenada independencia neoyorquina y el concierto, así que asumo el riesgo de pasear por el cable sin red. Chaquetita de punto en mano me acuerdo de Michelle Pfeiffer en "Frankie and Johny" y el claro de luna. Yo no tengo nada que ver fisicamente con ella ( me doblo de la carcajada) pero me viene a la memoria cómo sus rodillas eran las que le llevaban a todas partes, cómo su forma de andar por Nueva York durante toda la película era resultado de la decisión de sus rodillas, porque el resto de su cuerpo se dejaba llevar.Así que le copio el método y le digo a las mías- fustes de columna dórica- que asuman el mando. Ellas encantadas, huelen a arena y playa y de repente me encuentro sentada (con las piernas cruzadas) en la barra del Ojalá. Sabia elección. Caña y crep de nombre indescifrable con setas y foie, por recomendación del camarero, un chico encantador que me comenta lo delgadísima que está Christina Ricci en la película que proyectan sobre la pared. Cierto: delgadísima y borrachísima en el concierto de ¿? Morgan Freeman.Yo que, ya he pedido la segunda caña, miro a mis rodillas ¿serán capaces de no dar la nota? Christina Ricci suda, se restriega contra una mujer negra bellisima, hace el amor mientras baila y cae extenuada en el suelo...¡Dios! ¿Será una señal? No me veo haciendo lo mismo mientras cantan "Banderas rojas" por si acaso pago, me dejo la caña a medias y voy al baño.Son las diez menos algo-un par de minutos- las paredes son de pizarra, así que no me puedo resistir cojo tiza pinto una ola de mar, un barco con una vela roja (la coloreo y todo) y debajo, con mi caligrafía de colegio de monjas, anoto "Banderas ..." me falta el forever detrás, pero no quiero ser excesiva esta noche. Con las manos manchadas de blanco me marcho.El camarero de la barra me sonríe, qué simpáticos son los camareros del Village.Así cualquiera vive en NY.
Cuarta fase : De la lista a la puerta. Ya está, ya se han alineado los astros: la calle, la hora y la puerta que aparece entre los graffitis, como la de Ali Babá y los cuarenta ladrones. No hay nadie en los alrededores. Llega el momento de amordazar mi timidez, así que me lanzo.Tras una breve conversación con el chico de la puerta entro en el local con el ticket en la mano que luego desaparecerá por arte de magia, y cruzo la cortinilla que separa la sala de una zona pequeña, entre recibidor con guardarropa para dejar los abrigos y una pequeña barra. Pero abro la cortina y doy tres pasos: apenas hay gente.Veinte personas a lo sumo y la mayoría tíos. Están sentados en una gradita que hay frente al escenario, sobre este los dos micros. Me pongo nerviosa por las ganas de escuchar los temas nuevos, pero soy incapaz de entrar. Aguardo en ese limbo anterior un ratillo y mientras espero llamo a Toni por teléfono y le voy contando mis pasos. Se rie. Su risa me da tranquilidad. Cuelgo y - voilá! desapareció mi entrada- atravieso la cortina.Ahora reconozco el sitio.¡Si yo ya estuve aquí! Busco en mi memoria el archivo, noviembre de 2007, no llegué al concierto, pero me llevé el cedé de Franscisconixon y les dí la brasa a los dos, a Fran y a Richi.Mierda de recuerdo, me he vuelto pequeñita. Me voy a la barra, con la costumbre de Ava Gardner pido una cerveza, y regreso al otro extremo de la sala donde ya he encontrado un rincón.Me siento junto a un chico que también está solo y parece tímido. Doy sorbos pequeños al tercio para hacerlo durar.Quiero sacar mi moleskine para anotar las cosas q tengo q contarle a Nínive. Desde que he llegado solo he pensado en ella, deberíamos haber venido juntas al concierto.Hubiera sido genial. La moleskine me pesa en el bolso, la saco un momento y anoto una frase para el blog que ahora soy incapaz de descifrar.Luego me veo desde fuera y mi evita grillo me dá una colleja: "si mujer, sí...así si que pareces la típica fan freaky.¡Guarda eso!!"Estoy dócil y le hago caso.Pero para no parecer tan rara y demostrar que tengo amigos, o un móvil con tres mil juegos, empiezo a ordenar mis mensajes enviados y recibidos, la luz del Nokia me alumbra.El tímido de al lado hace lo mismo: él también tiene amigos. Es normal, como yo.
Quinta fase: Dos pelícanos. Ya han empezado a llegar las hordas de fans.No en autobuses, ni con las mochilas a cuestas como en el Fib, sino en pequeños grupos que parecen salidos de EP3, muy de tendencias. Se ríen, se ajustan las gafas de pasta, se van a la barra. Ellas son pelín más pijas, pelo largo y converse, botín ochentero y minivestido...se van dispersando por el local. No entiendo porqué los de esta sala han iluminado el escenario con dos esvásticas: me parece horrible.Mientras me peleo con la estética y las bombillas, dos figuras pasan por delante de mí. Dos pelícanos: Fran delante, con pasos de jugador de baloncesto y detrás, con su maleta llena de postales y gominolas a cuestas, Richi. Se me ponen los ojillos brillantes como en los manga. Mi tímido compañero también sonrie. Él es otro de los nuestros, otro fan.Le pregunto algo y hablamos.Llegó a la Costa Brava por el blog del Fran y se enganchó.Los ha visto cuatro veces y le encantan. Le pregunto si escribe alguna vez en los blogs- no vaya a ser q esté sentada al lado de Guaje y no le reconozca,me muero...- y me dice que poco.Me pregunta mi nick, como ya estoy tan resuelta, se lo digo.Ni sonríe ni le cambia el gesto.Perfecto: he dado muestras de ser segura y encima tengo las ventajas del anonimato, este chico no me relaciona con ningún comment. Alivio.Por curiosidad, y por cortesía también, le pregunto su nick.Se niega a dármelo y enrojece.En fin...comentamos la gran productividad de Fran en su blog y él se va a tomar algo.Yo le guardo el sitio en la grada. No sirve de mucho, pues en cuanto Fran y Richi salen al escenario todos nos ponemos en pie, de golpe.
Sexta fase: el concierto.
"Me gustaaaaabas muuucho más, queee Brigitte Baardot..." La carne de gallina, el vellito de punta, la risa que se me escapa como tragos de agua, la cadera que se me descoloca...Fran mira alrededor y Richi mira a Fran.Los ojos de Fran son enormes y están llenos de saludos pequeñitos, parece que nos esté diciendo "hola" a cada uno.Richi me recuerda a un personaje de novela rusa, le imagino en "El maestro y margarita". No sé porqué. Se ríe, hace las voces, mira a Fran y sus gestos a veces son de dibujo animado .Bulgakov.Me imagino la cara que debió poner el en Contempopránea cuando sacaron la pancarta en "Amor bajo cero" y me dan ganas de hacerme camisetas para todos sus conciertos que solo pongan una palabra: "Temazos". Las canciones del disco anterior son coreadas por todos, y las nuevas saben tanto a estreno que la emoción se dispara."Reactor número cuatro" suena fantástica, potente, llena de energia, cuando llega a lo de "sal los jueves, baila con los chicos..." me escondo en la cuarta fila para que no se me note que me brillan las pestañas. Pero "Nadia" me devuelve a la agitación del borde del escenario y me trae recuerdos del primer concierto que ví de Francisconixon en casa de André, para celebrar el aniversario de la Fonográfica.Esa noche, con su guitarra, Fran disparó un castillo de fuegos artificiales por la ventana del patio de luces. "Alumno o profesor" me entristece, hay algunos desencuentros que son agridulces, pero no dejan de ser bellos, igual que la canción así que la coreo- no sé porqué- con los ojos cerrados y la duda del título en la memoria. "Banderas rojas" me obliga a cambiarme de sitio y me coloco en la esquina del escenario, junto a lo q parece un bafle. Allí me siento escondida y con una esquina propia. Me emociono con lo de "es para tí, que sabes amar a los que no miran de frente" esa frase es una nota atada a mi pie, un comentario para mis márgenes. A partir de ahí ya no recuerdo el orden de lo que he escuchado antes ni de lo que escucharé después, mi lado racional se ha evaporado como una nube y debe andar camino del despacho, en estos momentos soy carne de secta, pura víscera, cien por cien emocional.Así que disculpad los olvidos, las canciones que sonaron y que no cito- "Me casaré cuando me enamore" Fran solo en el escenario y Richi apostado en una esquina observándole, sin disimular cómo se le escapa el cariño; "Nadie es de nadie", "Señor" de la que me quedo con lo del "entierro vikingo", a veces hay referencias, imágenes que Fran utiliza como la de "...zíngaros bailan en la habitación" en "Hospital" que me embelesan-, las que siempre están, las nuevas...me cuesta separar las sensaciones.Un grupo de chicas piden "Treinta y tres" a coro- yo creo que por nostalgia, porque tienen pinta, como yo, de haber superado ya esa edad- y les hacen caso ; como también tienen buen gusto,aciertan con la petición la canción porque suena a bálsamo, a despedida sin rencor ni heridas. Antes llega "Casado con otra" que me enloquece- la cadera cubana ya se me ha descontrolado- y después "Amor bajo cero" con la que mando al carajo este miriñaque que yo solita me he impuesto, de mujer serena, tan audrey, tan grace kelly...Amago de final de Fran, risas de Richi y nadie se mueve, seguimos bailando y esperando.Regresan convertidos en Redford y Newman en "Dos hombres y un destino" : a Richi se le enreda el cable de la guitarra por no se dónde y le sale una performance."Tú no dejes de tocar" le dice a Fran mientras él se ríe de sí mismo.El fantasma de Bacharach les silba " Vagamos por las calles" y cuando se encuentran, ya los dos con las guitarras en sus cables y la noche convertida en una pradera del oeste, es un lujo verlos darse la réplica, complementarse, decírselo todo solo con un movimiento de ceja...el cariño que se tienen se contagia. Unos minutos antes "Notre Dame "se ha despertado con pasos de temazo y a "Erasmus borrachas" le sucede lo mismo, el "we're having so much fun" amenaza con pegarse casi tanto como el "chup, chup..." . La verdad es que somos un público muy entregado, hemos venido a escucharles con la lección aprendida de casa.Bendito sea el myspace, aunque no nos deje descargar las canciones de Richi. En la primera fila a una niña con ojos de gato se le derrite la sonrisa cuando Fran canta "Trabajas en Inditex" y yo me imagino que ella es la chica del supermercado y ella también se lo imagina, así que todos estamos dentro de la misma película, aunque a mí me pierda la ficción, la vena del tomate que todos llevamos dentro de vez en cuando y le busque la coincidencia con la realidad a lo que es una historia . La culpa la tienen las películas de la sobremesa de Antena tres. No sé cuánto tiempo ha pasado pero ya se despiden con "El cumpleaños de Ronaldo" y la vida está tan bien si no te rindes, tan bien...que cuando Fran dice "Sois muy hermosos" y se cierra el micro dan ganas de abrazarlos a los dos. De llevárselos a casa e invitarles a vino, a paella, a trozos de mar...Mi amigo el tímido sonríe y yo le digo que me voy a la barra a celebrar tanta alegría con un auténtico gintonic.
Séptima fase: los amigos imaginarios.
Ha habido un momento durante el concierto en el que la gente pedía canciones. A mí se me ha escapado un grito y me he escuchado diciendo "Museo Británico". Me ha parecido que Richi, con sus superoderes, levantaba la oreja, miraba hacia mi esquina y me reconocía porque ha sonreido. Mientras me acerco a la barra, al borde del primer sorbo de gintonic echo de menos a Nínive, a Guaje, a Isaac, a Groucho...a mis amigos imaginarios. Me sorprendo hablando con ellos, comentando que hoy "Notre Dame" ha sonado espectacular, que yo pintaría en la portada del cedé a dos pelícanos paseando por las calles de San Petersburgo que es donde viven Fran y Richi cuando están juntos, en las páginas de una novela rusa, dos pelícanos van de la mano de la autoridad a confesar...Nínive se rie y a Isaac le parece fantástico, porque siempre ha defendido esa canción. Fran y Richi recogen los cables mientras yo hablo a solas. La gente se acerca a saludarles. Yo me agarro a mi gin tonic, como en una canción vieja de la Mode. Richi entra y sale.Fran se acerca a la barra. Se escucha un eco generalizado de risas.Mi amigo el tímido, que es un sol aunque él no lo sabe, se acerca a despedirse. Nos vemos en otro concierto. Vale, sonrisa llena de olas. Yo doy dos sorbos más al gin-tonic, me acuerdo de los cuentos de Algora, de los paseos por Huertas escuchando "Vagamos por las calles" en el emepetres, de pintar por las paredes "Banderas rojas" como quien anuncia una revolución...Paso un rato en esa nube pop y me decido a darles las gracias y a saludar a los dos magos. Richi saca vuestros nombres de la chistera y sigo flotando.Fran sigue sonriendo con los ojos. No quiero darles la brasa y me escapo antes de que me convierta en Kathy Bates. Eso sí, una vez fuera mando a la mierda la compostura y me voy bailando por la calle San Bernardo hasta el hotel.Durante todo el camino no dejo de cantar Notre Dame.
Octava Fase: agradecimientos y disculpas.
A Fran y a Richi por el concierto y por poner música de novela a la vida.
A Fran y a Richi. mil perdones, por el abuso de sus nombres y la mala calidad de las imágenes en mi móvil.