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miércoles, 20 de agosto de 2014

De todos modos canto

"Tom O'Bedlam"
Tomada de jacket2.org

Anónimo
(Impreso por primera vez en un libro de 1620)

De la bruja y el duende voraz
que podrían dejaros en harapos,
el espíritu que en el Libro de las Lunas
va con el desnudo pido que os defienda,
para que nunca os abandonen
los cinco lúcidos sentidos
ni vaguéis con Tom lejos de vosotros
mendigando tocino en otras tierras,
mientras yo canto: comida o alimento,
ropas, bebida, algún sustento,
acércame sin miedo, seas doncella o dama,
que el humilde Tom no te hará nada.

De treinta años completos
veinticuatro he vivido enfurecido
y, de cuarenta, cuarenta y cuatro
en firme cárcel he pasado preso
en el señorial desván de Bedlam
con barba suave y primorosa,
fieros grillos, látigo cantor,
y hambre suculenta y aun copiosa,
y ahora canto: comida o alimento
ropas, bebida, algún sustento,
acércame sin miedo, seas doncella o dama,
que el humilde Tom no te hará nada.

Me engatusó una Magdalena
y con un tazón de hierbas estofadas
que me dio un enano, bendito sea Dios,
vine a dar en este alelamiento.
No he dormido desde la Conquista;
antes nunca había estado en vela
hasta que el pilluelo del amor
me halló tumbado y me dejó en cueros.
Y ahora canto: comida o alimento
ropas, bebida, algún sustento,
acércame sin miedo, seas doncella o dama,
que el humilde Tom no te hará nada.

Cuando me haya recortado bien las cerdas
y apurado la bota hasta el final
en una taberna empeñaré el pellejo
como si un atuendo de oro fuera;
tengo a la luna por amada constante
y por camarada al adorable búho;
el flamígero dragón y la lechuza
entonan la melodía de mi pena.

Pero yo canto: comida o alimento
ropas, bebida, algún sustento,
acércame sin miedo, seas doncella o dama
que el humilde Tom no te hará nada.
Se me paralizaría el pulso
si os robara un pollo o un marrano,
me llevara una paloma o dejara sin pareja
al gallo o a la gallina clueca.

Cuando quiero una pitanza, ceno
con Humphrey, y luego me voy a reposar
en el camposanto de Saint Paul
sin miedo a las almas en pena.
Por eso mientras canto, comida o alimento
ropas, bebida, algún sustento,
acércame sin miedo, seas doncella o dama,
que el humilde Tom no te hará nada.

Sé más que Apolo, pues a menudo,
cuando él duerme, veo que las estrellas
heridas por guerras sanguinarias
en el firmamento se echan a llorar.
La luna abraza a su pastor
y la Reina del Amor a su guerrero;
una cornea al astro matutino
y la otra al herrero celestial.
Mientras, yo canto: comida o alimento
ropas, bebida, algún sustento,
acércame sin miedo, seas doncella o dama,
que el humilde Tom no te hará nada.

Nada quiero saber de la amistad
de los gitanos Pedro y el Tramposo,
desdeño a la puta y maldigo al timador
y el alarde de la pandilla callejera.
Los mansos, los cándidos y bondadosos
pueden venir, tocarme, no evitarme;
pero al que enfade al Rinoceronte Tom,
más le valdrá ser ágil cual pantera.

Pero yo canto: comida o alimento
ropas, bebida, algún sustento,
acércame sin miedo, doncella o dama
que el humilde Tom no te hará nada.

Con un tropel de fantasías furiosas
que obedecen a mi mando
con lanza de fuego y un caballo de aire
vago por páramos salvajes.
Un caballero de sombras y fantasmas
me convoca a singular torneo
diez leguas más allá del fin del mundo:
me parece que no es gran cosa el viaje.
De todos modos canto: comida o alimento
ropas, bebida, algún sustento,
acércame sin miedo, doncella o dama
que el humilde Tom no te hará nada.

Traducción de Marcelo Cohen.
**
From the hag and hungry goblin
That into rags would rend ye,
The spirit that stands by the naked man
In the Book of Moons defend ye,
That of your five sound senses
You never be forsaken,
Nor wander from your selves with Tom
Abroad to beg your bacon,
While I do sing, Any food, any feeding,
Feeding, drink, or clothing;
Come dame or maid, be not afraid,
Poor Tom will injure nothing.

Of thirty bare years have I
Twice twenty been enragèd,
And of forty been three times fifteen
In durance soundly cagèd
On the lordly lofts of Bedlam,
With stubble soft and dainty,
Brave bracelets strong, sweet whips ding-dong,
With wholesome hunger plenty,
And now I sing, Any food, any feeding,
Feeding, drink, or clothing;
Come dame or maid, be not afraid,
Poor Tom will injure nothing.

With a thought I took for Maudlin
And a cruse of cockle pottage,
With a thing thus tall, sky bless you all,
I befell into this dotage.
I slept not since the Conquest,
Till then I never wakèd,
Till the roguish boy of love where I lay
Me found and stript me nakèd.
And now I sing, Any food, any feeding,
Feeding, drink, or clothing;
Come dame or maid, be not afraid,
Poor Tom will injure nothing.

When I short have shorn my sow's face
And swigged my horny barrel,
In an oaken inn I pound my skin
As a suit of gilt apparel;
The moon's my constant mistress,
And the lowly owl my marrow;
The flaming drake and the night crow make
Me music to my sorrow.
While I do sing, Any food, any feeding,
Feeding, drink, or clothing;
Come dame or maid, be not afraid,
Poor Tom will injure nothing.

The palsy plagues my pulses
When I prig your pigs or pullen,
Your culvers take, or matchless make
Your Chanticleer or Sullen.
When I want provant with Humphrey
I sup, and when benighted,
I repose in Paul's with waking souls
Yet never am affrighted.
But I do sing, Any food, any feeding,
Feeding, drink, or clothing;
Come dame or maid, be not afraid,
Poor Tom will injure nothing.

I know more than Apollo,
For oft, when he lies sleeping
I see the stars at bloody wars
In the wounded welkin weeping;
The moon embrace her shepherd,
And the Queen of Love her warrior,
While the first doth horn the star of morn,
And the next the heavenly Farrier.
While I do sing, Any food, any feeding,
Feeding, drink, or clothing;
Come dame or maid, be not afraid,
Poor Tom will injure nothing.

The gypsies, Snap and Pedro,
Are none of Tom's comradoes,
The punk I scorn and the cutpurse sworn,
And the roaring boy's bravadoes.
The meek, the white, the gentle
Me handle, touch, and spare not;
But those that cross Tom Rynosseros
Do what the panther dare not.
Although I sing, Any food, any feeding,
Feeding, drink, or clothing;
Come dame or maid, be not afraid,
Poor Tom will injure nothing.

With a host of furious fancies
Whereof I am commander,
With a burning spear and a horse of air,
To the wilderness I wander.
By a knight of ghosts and shadows
I summoned am to tourney
Ten leagues beyond the wide world's end::
Methinks it is no journey.
Yet will I sing, Any food, any feeding,
Feeding, drink, or clothing;
Come dame or maid, be not afraid,
Poor Tom will injure nothing. 

miércoles, 20 de noviembre de 2013

Vivimos algún tiempo allí, respirando el aire embalsamado



Anónimo
(Oriente Medio medieval) 

Las mil y una noches 

Cuando llegó la 297ª noche
La segunda historia de las historias de Sindbad el Marino que trata del segundo viaje 

Ella dijo:
...Tras de lo cual, desenrollé la tela de mi turbante, como la primera vez, y me la rodeé a la cintura, yendo a situarme debajo del cuarto de carne, que até sólidamente a mi pecho con las dos puntas del turbante.
Permanecí ya algún tiempo en esta posición, cuando súbitamente me sentí llevado por los aires, como una pluma, entre las garras formidables de un rokh y en compañía del cuarto de carne. Y en un abrir y cerrar los ojos me encontré fuera del valle, sobre la cúspide de una montaña, en el nido del rokh, que se dispuso enseguida a despedazar la carne aquella y mi propia carne para sustentar a sus rokhecillos. Pero de pronto se alzó hacia nosotros un estrépito de gritos que asustaron al ave y la obligaron a emprender de nuevo el vuelo, abandonándome. Entonces desaté mis ligaduras y me erguí sobre ambos pies, con huellas de sangre en mis vestidos y en mi rostro.
Vi a la sazón aproximarse al sitio en que yo estaba a un mercader, que se mostró muy contrariado y asombrado al percibirme. Pero advirtiendo que yo no le quería mal y que ni aun me movía, se inclinó sobre el cuarto de carne y lo escudriñó, sin encontrar en él los diamantes que buscaba. Entonces alzó al cielo sus largos brazos y se lamentó, diciendo: "¡Qué desilusión! ¡Estoy perdido! ¡No hay recurso más que en Alah! ¡Me refugio en Alah contra el Maldito, el Malhechor!" Y se golpeó una con otra las palmas de las manos, como señal de una desesperación inmensa.
Al advertir aquello, me acerqué a él y le deseé la paz. Pero él, sin corresponder a mi zalema, me arañó furioso y exclamó: "¿Quién eres? ¿Y de dónde viniste para robarme mi fortuna?" Le respondí: "No temas nada, ¡oh digno mercader! porque no soy ningún ladrón, y tu fortuna en nada ha disminuido. Soy un ser humano y no un genio malhechor, como creías, por lo visto. Soy incluso un hombre honrado entre la gente honrada, y antiguamente, antes de correr aventuras tan extrañas, yo tenía también el oficio de mercader.
En cuanto al motivo de mi venida a este paraje, es una historia asombrosa, que te contaré al punto. ¡Pero de antemano, quiero probarte mis buenas intenciones gratificándote con algunos diamantes recogidos por mí mismo en el fondo de esa cima, que jamás fue sondeada por la vista humana!"
Saqué enseguida de mi cinturón algunos hermosos ejemplares de diamantes, y se los entregué, diciéndole: "¡He aquí una ganancia que no habrías osado esperar en tu vida!"
Entonces el propietario del cuarto de carnero manifestó una alegría inconcebible y me dio muchas gracias, y tras de mil zalemas, me dijo: "¡La bendición está contigo, oh mi señor! ¡Uno solo de estos diamantes bastaría para enriquecerme hasta la más dilatada vejez! ¡Porque en mi vida hube de verlos semejantes ni en la corte de los reyes y sultanes!" Y me dio gracias otra vez, y finalmente llamó a otros mercaderes que allí se hallaban y que se agruparon en torno mío, deseándome la paz y la bienvenida. Y les conté mi rara aventura desde el principio hasta el fin. Pero no sería útil repetirla.
Entonces, vueltos de su asombro los mercaderes, me felicitaron mucho por mi liberación, diciéndome: "¡Por Alah! ¡Tu destino te ha sacado de un abismo del que nadie regresó nunca!" Después, al verme extenuado por la fatiga, el hambre y la sed se apresuraron a darme de comer y beber con abundancia, y me condujeron a una tienda, donde velaron mi sueño, que duró un día entero y una noche.
A la mañana, los mercaderes me llevaron con ellos, en tanto que comenzaba yo a regocijarme de modo intenso por haber escapado a aquellos peligros sin precedentes. Al cabo de un viaje bastante corto, llegamos a una isla muy agradable, donde crecían magníficos árboles de copa tan espesa y amplia, que con facilidad podrían dar sombra a cien hombres. De estos árboles es precisamente de los que se extrae la sustancia blanca, de olor cálido y grato, que se llama alcanfor. A tal fin, se hace una incisión en lo alto del árbol, recogiendo en una cubeta que se pone al pie el jugo que destila, y que al principio parece como gotas de goma, y no es otra cosa que la miel del árbol.
También en aquella isla vi al espantable animal que se llama "karkadann" (rinoceronte) y pace exactamente como pacen las vacas y los búfalos en nuestras praderas. El cuerpo de esa fiera es mayor que el cuerpo del camello; al extremo del morro tiene un cuerno de diez codos de largo y en el cual se halla labrada una cara humana. Es tan sólido este cuerno, que le sirve al karkadann para pelear y vencer al elefante, enganchándole y teniéndole en vilo hasta que muere. Entonces la grasa del elefante muerto va a parar a los ojos del karkadann, cegándole y haciéndole caer. Y desde lo alto de los aires se abate sobre ellos el terrible rokh y los transporta a su nido para alimentar a sus crías.
Vi asimismo en aquella isla diversas clases de búfalos.
Vivimos algún tiempo allí, respirando el aire embalsamado; tuve con ello ocasión de cambiar mis diamantes por más oro y plata de lo que podría contener la cola de un navío. ¡Después nos marchamos de allí; y de isla en isla, y de tierra en tierra, y de ciudad en ciudad, admirando a cada paso la obra del Creador, y haciendo acá y allá algunas ventas, compras y cambios, acabamos por bordear Bassra, país de bendición, para ascender hasta Bagdad, morada de paz!
Me faltó el tiempo entonces para correr a mi calle y entrar en mi casa, enriquecido con sumas considerables, dinares de oro y hermosos diamantes que no tuve alma para vender. Y he aquí que, tras las efusiones propias del retorno entre mis parientes y amigos; no dejé de comportarme generosamente, repartiendo dádivas a mi alrededor, sin olvidar a nadie.
Luego disfruté alegremente de la vida, comiendo manjares exquisitos, bebiendo licores delicados, vistiéndome con ricos trajes y sin privarme de la sociedad de las personas deliciosas. Así es que todos los días tenía numerosos visitantes notables que, al oír hablar de mis aventuras, me honraban con su presencia para pedirme que les narrara mis viajes y les pusiera al corriente de lo que sucedía en las tierras lejanas. Y yo experimentaba una verdadera satisfacción instruyéndoles acerca de tantas cosas, lo que inducía a todos a felicitarme por haber escapado de tan terribles peligros, maravillándose con mi relato hasta el límite de la maravilla. Y así es como acaba mi segundo viaje.
¡Pero mañana, oh, mis amigos! ...

En este momento de su narración, Schehrazada vio aparecer la mañana, y se calló discretamente.

Traducción de Vicente Blasco Ibáñez

martes, 10 de enero de 2012

Daré el despojo, mas no la piel

Ernest Descals
Anónimo
(fin del s. XIV)



Disputa de Buc con su caballo

(fragmento)

-«Puesto que nada quieres dar,
Buc, te conviene ayunar.»
-«¿Qué dices, caballo? ¿Que ayune?
Nunca ayuné de grado.
Ciertamente, ya ayuné
cuando no tuve qué comer,
pues no me atrevía a mostrarme,
todo el día escondido,
de tal modo estaba perseguido.
Mas luego, cuando llegaba la noche,
no creas que me quedaba en la cama.»
-«Entonces, Buc, ¿no harás bien alguno?»
-«Sí que haré: lo menos que pueda.
Dame leve penitencia
si quieres que la cumpla.»
-«Ya que limosna no quieres dar,
Buc, ni quieres ayunar,
reza entonces oraciones
y ruega a Dios de rodillas.»
-«Tal cosa, caballo, sí haré.
Mas, ¿qué oraciones diré?»
-«¿No conoces los Salmos de David?»
-«¿Cómo voy a conocerlos si jamás los vi?»
-«¿No sabes los Salmos penitenciales?»
-«Si los sé, tenme por malvado y falso.»
-«¿No sabes el Padrenuestro?»
-«Si lo sé, todo cuanto tengo es tuyo.»
-«¿No sabes el Ave María?»
-«Si lo sé, caballo, muérame de repente.»
-«¿No sabes el Creo en Dios?»
-«Si lo sé, ahorcados seamos los dos.»
-«¿No sabes el Salvum me fac
-«Si lo sé, arráncame la testa.»
-«¿No sabes ninguna oración?»
-«No, caballo, ¡y Dios me dé su perdón! »
-«¿Cómo has podido vivir así?»
-«De pan, de carne y de vino.»
-«Bien, pero yo te hablo de rezar a Dios.»
-«Caballo, siempre pasé sin ello.»
-«¿Y aprendiste algo así?»
-«Caballo, ¡tienes el seso de una criatura!
El arte que mi padre me enseñó
bien lo aprendí, no se me olvidó.
Otro arte ni otro saber
nunca me preocupé de aprender.»
-«Puesto que nada quieres dar,
ni te parece bien el ayunar,
ni quieres a Dios rezar,
¿qué penitencias harás?»
-«Mira lo que he acordado,
a fin de lavar mis pecados:
Cuando desvalije o robe,
dos o tres dineros daré,
siempre que el caudal sea tal
que a mí no me cause mal;
si robo oveja o ternero,
daré el despojo, mas no la piel;
si robo gallina o capón,
las plumas y tripas daré yo;
y del pescado daré la escama:
no me busques otra solución.
No me puedes imponer más penitencia
que ésta: con ello te conformarás.»
Dijo el caballo: -«Quedo enterado.
Desde hoy, entre Dios y tú queda el pacto.
Mas no me parece que seas cristiano.»
Y dijo Buc: -«Y qué más da?
Cristiano o judío,
Bernat des Buc soy yo:
no me quita el sueño la cuestión.
Dios me dé pan, vino y carne
y encuentre yo ropa que hurtar.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Y grabó en una piedra todo el relato

Gilgamesh y Enkidu, del poema sumerio de Gilgamesh.
Créd.: http://leopoldest.blogspot.com
Fragmentos del Poema Épico de Gilgamesh

(Anónimo)
Proclamaré al mundo las hazañas de Gilgamesh... el hombre al que todas las cosas le eran conocidas... era sabio... conocía cosas secretas, nos trajo una historia de antes de la inundación. Partió en un largo viaje, estaba abatido, cansado de trabajar; al regresar descansó y grabó en una piedra todo el relato.
(del Prólogo)

De la plegaria de Gilgamesh al Sol

"Quisiera que esta palabra llegara hasta ti, presta oído
en mi ciudad el hombre muere con el corazón oprimido;
el hombre perece: el corazón está agobiado.
He extendido la vista por encima de las murallas,
he visto los cadáveres flotando en el río;
en cuanto a mí, mi suerte será la misma; en verdad es así.
El mayor de los hombres no puede tocar el cielo,
el más grueso de los hombres no puede cubrir la tierra.
El ladrillo y el sello no han dispuesto todavía el término fatal;
quisiera, pues, penetrar en el país, que brille allá mi nombre;
en aquellos sitios donde otros nombres han sido elevados
quisiera que luciera allí por siempre mi nombre;
en aquellos sitios donde los de otros seres no han sido elevados
quisiera elevar los nombres de los dioses.
El Sol aceptó, pues, su llanto, a modo de ofrenda;
como a un hombre lastimero, le concedió su lástima..."
***
Tablilla I

Aquel que vio todos los confines de la tierra, todas las cosas experimentó, consideró todo. ... juntamente ..., ... de sabiduría, que todas las cosas.... ( Lo oculto vio, desveló lo velado. Informó antes del Diluvio, Llevó a cabo un largo viaje, cansado y derrengado. Todo su afán grabó en una estela de piedra. De la terraplenada Uruk el muro construyó, Del reverenciado Eannal, el santuario puro.
¡Contempla su muralla exterior, cuya cornisa es como el cobre! ¡Mira la muralla interior, que nada iguala! ¡Advierte su umbral, que de antiguo viene!
Acércate a Eanna, la morada de Istar, Que ni un rey futuro, ni un hombre, puede igualar. Levántate y anda por los muros de Uruk, Inspecciona la terraza de la base, examina sus ladrillos:
¿No es obra de ladrillo quemado? ¿No echaron sus cimientos los Siete Sabios?
***
Tablilla II

Dos tercios de él son dios, tercio de él es humano. La forma de su cuerpo... (líneas mutiladas o ausentes) ... como un buey salvaje altivo ...; El empuje de sus armas no tiene par. Mediante el tambor se reúnen sus compañeros. Los nobles de Uruk están sombríos en cámaras:
"Gilgamesh no deja el hijo a su padre; Día y noche es desenfrenada su arrogancia. éste Gilgamesh, pastor de la amurallada Uruk? ¿Es éste nuestro pastor, majestuoso, sabio?
Gilgamesh no deja doncella a su madre, ¡La hija de guerrero, esposa del noble! Los escucharon sus quejas. Los dioses del cielo del señor de Uruk ellos...:
"¿No parió Aruru este fuerte buey salvaje?, empuje de sus armas en verdad no tiene par. Mediante el tambor se reúnen sus compañeros. Gilgamesh no deja el hijo a su padre; Día y noche desenfrenada su arrogancia.

¿Es éste el pastor de amurallada Uruk? ¿Es éste su ... pastor, Osado, majestuoso (y) sabio?...
Gilgamesh no deja la doncella a madre, ¡La hija del guerrero, la esposa del noble!"
Cuando Anu hubo escuchado sus quejas, A la gran Aruru llamaron: "Tú, Aruru, creaste hombre; Crea ahora su doble; Con su corazón tempestuoso haz que compita. ¡Luchen entre sí, para que Uruk conozca la paz!"
Cuando Aruru oyó esto, Un doble de Anu en su interior concibió. Aruru se lavó las manos, Cogió arcilla y la arrojó a la estepa. la estepa creó al valiente Enkidu, Vástago de..., esencia de Ninurta. Hirsuto de pelo es todo su cuerpo, Posee cabello de cabeza como una mujer. Los rizos de su pelo brotan como Nisabal.
No conoce gentes ni tierra: Vestido va como Sumuqan. Con las gacelas pasta en las hierbas, Con las bestias salvajes se apretuja en las aguadas, Con las criaturas pululantes su corazón se deleita en el agua.
(Ahora bien) un cazador, un trampero, Se le encaró en el abrevadero Un día, un segundo y un tercero Se le encaró en el abrevadero Cuando el cazador le vio, su faz se inmovilizó.
Él y sus animales entraron en su casa, de miedo, quieto, sin un sonido, (Mientras) su corazón turbaba, nublado su rostro. Pues el pesar había penetrado en su vientre; Su cara era como la de un viajero llegado de lejos.
***
Tablilla III

El cazador abrió boca para hablar, Diciendo a padre:
"¡Padre mío, hay un hombre que venido de las colinas, es el de más poder de la tierra; vigor tiene, la esencia de Anu, tan tremendo es su vigor! Siempre recorre las colinas, Siempre con las bestias nutre de hierba. planta los pies en la aguada. espantado estoy, que no oso acercarme a él! Cegó las hoyas que yo había excavado, Destrozó mis trampas que yo había puesto, Las bestias y las criaturas del llano escapar de mis manos. permite que me dedique a la caza!"
(...)
Gilgamesh..., Hay un hombre ha venido de las colinas, el más poder de la tierra; vigor tiene. Como la esencia de Anu, tan tremendo es vigor. Siempre recorre las colinas, Siempre con las bestias nutre de hierba. Siempre planta los pies en la aguada. ¡Tan espantado estoy que no oso acercarme a él! Cegó las hoyas que yo había excavado, Destrozó mis trampas yo había puesto, Las bestias y las criaturas llano Hizo escapar de mis manos. ¡No permite que me dedique a la caza!"

Gilgamesh le dijo al cazador:
"Ve, cazador mío; lleva contigo una ramera. Cuando abreve los animales en la aguada, Se quitará el vestido, mostrando desnuda su madurez. En cuanto la vea, a ella se acercará. ¡Le rechazarán las bestias que crecieron en su estepa!"
Fuese el cazador, llevando con él una ramera. Emprendieron el camino, yendo rectos en su dirección. Al tercer día al sitio indicado llegaron. El cazador y la ramera se sentaron en sus lugares.
Un día, un segundo día, estuvieron sentados, junto a la aguada. Las bestias salvajes llegaron a la aguada a beber.
***
Tablilla IV

Las criaturas pululantes llegaron, deleitándose su corazón en el agua. En cuanto a él, Enkidu, nacido en las colinas -Con las gacelas pasta en las hierbas, Con las bestias salvajes se abreva en la aguada, Con las criaturas pululantes su corazón se deleita en el agua-.
La moza le contempló, al salvaje, Al hombre bárbaro de las profundidades del llano:
"¡Ahí está, oh moza! ¡Desciñe tus pechos, Desnuda tu seno para que posea tu sazón! ¡No seas esquiva! ¡Acoge su ardor! En cuanto te vea, se acercará a ti. Desecha tu vestido para que yazga sobre ti. ¡Muestra al salvaje la labor de una mujer! Le rechazarán las bestias salvajes que crecen en su estepa, Cuando su amor entre en ti".
La moza libertó sus pechos, desnudó su seno, Y él poseyó su madurez. No se mostró esquiva al recibir su ardor. Desechó su vestido y él descansó en ella. Mostró al salvaje el trato de una mujer, Cuando su amor entró en ella. Durante seis días y siete noches Enkidu se presenta, Cohabitando con la moza. Después que (se) hubo saciado de sus encantos, Volvió el rostro hacia sus bestias salvajes. Al verle, Enkidu, las gacelas huyeron, Las bestias salvajes del llano se alejaron de su cuerpo. Sorprendióse Enkidu, su cuerpo estaba rígido, Sus rodillas inmóviles - pues sus bestias salvajes habían huido.
Enkidu hubo de aflojar el paso -no era como antaño. Pero entonces tiene sabiduría, más amplia comprensión. Volvióse, sentándose a los pies de la ramera. Mira a la cara de la ramera, Atento el oído, cuando la ramera habla; ramera le dice, a Enkidu:
"¡Tú eres sabio, Enkidu, eres como un dios! ¿Por qué con las criaturas silvestres vagas por el llano? ¡Ea!, deja que te lleve a la amurallada Uruk, Al santo templo, morada de Anu e Istar, Donde vive Gilgamesh, perfecto en fuerza, Y como un buey salvaje señorea sobre el pueblo".
Mientras le habla, sus palabras encuentra favor, Su corazón se ilumina, ansía un amigo. Enkidu le dice, a la ramera:
"¡Arriba, moza! Escóltame Al puro templo sagrado, morada de Anu e Istar, Donde vive Gilgamesh, perfecto en fuerza, Y como un buey salvaje señorea sobre el pueblo. Le retaré osadamente, me dirigiré a él (...).
***
Tablilla V

Gritaré en Uruk: "¡Yo soy el poderoso!, soy aquel que puede alterar los destinos, que nació en el llano es poderoso; vigor tiene".
"Pues, y vamos, para que vea tu rostro. Mostraré Gilgamesh; donde está bien sé. Vamos, pues, oh Enkidu, a la amurallada Uruk, Donde la gente resplandece en festiva indumentaria, (Donde) cada día es fiesta, Donde ... mozos.... Y mozas ... de figura. Su sazón ... henchida de perfume. ¡Apartan a los grandes de sus lechos! A ti, oh Enkidu, que disfrutas de la vida, Mostraré a Gilgamesh, el hombre jocundo.
Mírale, contempla su faz; Radiante está de virilidad, fuerza tiene. Todo su cuerpo es suntuoso de madurez, Vigor más poderoso que tú tiene, Sin descansar jamás de día o de noche. ¡Oh Enkidu, renuncia a tu presunción! Gilgamesh -a él estima Samas; Anu, Enlil y Ea dilataron su sabiduría. Antes de que bajes de las colinas, Gilgamesh te verá en (sus) sueños en Uruk:..."
(...)
***
“Enkidu derribó con el hacha uno de los cedros.
¿Quién ha penetrado en el bosque y ha derribado un cedro?”,
dijo una enorme voz.
Los héroes vieron acercarse a Humbaba.
Tenía uñas de león,
el cuerpo revestido de ásperas escamas de bronce,
en los pies las garras del buitre,
en la frente los cuernos del toro salvaje,
la cola y el órgano de la generación concluían en cabeza de sierpe.”
**
NOTA
La epopeya de Gilgamesh es una narración sobre las aventuras de Gilgamesh y su amigo Enkidu en tablillas de arcilla y escritura cuneiforme, de origen sumerio y considerada como la narración escrita más antigua de la historia. Una de las tablillas hace referencia al episodio de la Biblia sobre el diluvio. Las doce tablas indican un orden astrológico de la obra. Las aventuras para matar al gigante Khumbaba, el descenso a los infiernos y la relación entre dioses semidioses (Gilgamesh) y personas le dan un claro origen prehelenístico.

Origen de la historia
La epopeya fue transcrita para el Rey Ashurbanipal de Nínive, quién trató de coleccionar copia de todos los documentos escritos del mundo por él conocido. Hacia el año 612 adC, Nínive fue destruida por invasores y sólo fue ubicada nuevamente hacia 1845 por el explorador británico Austen Henry Layard, cerca de Mosul, en Iraq.
Del contenido de su biblioteca, actualmente se conserva una pequeña fracción, compuesta por 25.000 tabletas, depositadas en el Museo Británico, donde fueron traducidas por George Smith a partir de 1872. Más recientemente, en 1984, se tradujo el poema con la participación del escritor John Gardner.
El poema cuenta la historia de las aventuras del Rey Gilgamesh de Uruk que debió gobernar hacia el año 2500 adC. El poema fue escrito muy posteriormente a su reinado, en base a las tradiciones orales y leyendas sumerias.
De las doce tablillas sobre Gilgamesh, once conforman el poema, probablemente escrito hacia la primera mitad del II milenio adC y la última representa una narración de origen independiente, sobre el mismo rey, más reciente que las anteriores, hacia el final del I milenio adC.

Fuente: http://es.wikipedia.org/

miércoles, 6 de julio de 2011

Inclina hacia mí tu oído

SALMO 101



Voy a cantar al amor y a la justicia
De David. Salmo.

Celebraré con un canto la bondad y la justicia:
a ti, Señor, te cantaré;
expondré con sensatez el camino perfecto:
¿cuándo vendrás en mi ayuda?
Yo procedo con rectitud de corazón
en los asuntos de mi casa;
nunca pongo mis ojos
en cosas infames.
Detesto la conducta de los descarriados
y no los cuento entre mis amigos;
la gente falsa se aparta de mí
y nunca apruebo al malvado.
Al que difama en secreto a su prójimo
lo hago desaparecer;
al de mirada altiva y corazón soberbio
no lo puedo soportar.
Pongo mis ojos en las personas leales
para que estén cerca de mí;
el que va por el camino perfecto
es mi servidor.
No habita dentro de mi casa
el hombre traicionero;
la gente mentirosa no puede permanecer
delante de mi vista.
Hago desaparecer día tras día
a los malvados del país,
para extirpar de la Ciudad del Señor
a todos los que hacen el mal.

***

SALMO 102

Tú eres siempre el mismo, Señor
Oración del afligido que, en su angustia, derrama su llanto ante el Señor.

Lamentación de un afligido

Señor, escucha mi oración
y llegue a ti mi clamor;
no me ocultes tu rostro
en el momento del peligro;
inclina hacia mí tu oído,
respóndeme pronto, cuando te invoco.
Porque mis días se disipan como el humo,
y mis huesos arden como brasas;
mi corazón se seca, marchitado como la hierba,
¡y hasta me olvido de comer mi pan!
Los huesos se me pegan a la piel,
por la violencia de mis gemidos.
Me parezco a una lechuza del desierto,
soy como un búho entre las ruinas;
estoy desvelado, y me lamento
como un pájaro solitario en el tejado;
mis enemigos me insultan sin cesar,
y enfurecidos, me cubren de imprecaciones.
Yo como ceniza en vez de pan
y mezclo mi bebida con lágrimas,
a causa de tu indignación y tu furor,
porque me alzaste en alto y me arrojaste.
Mis días son como sombras que se agrandan,
y me voy secando como la hierba.
Pero tú, Señor, reinas para siempre,
y tu Nombre permanece eternamente.

Confianza en la restauración de Jerusalén
Tú te levantarás, te compadecerás de Sión,
porque ya es hora de tenerle piedad,
ya ha llegado el momento señalado:
tus servidores sienten amor por esas piedras
y se compadecen de esas ruinas.
Las naciones temerán tu Nombre, Señor,
y los reyes de la tierra se rendirán ante tu gloria:
cuando el Señor reedifique a Sión
y aparezca glorioso en medio de ella;
cuando acepte la oración del desvalido
y no desprecie su plegaria.

El futuro glorioso de Israel
Quede esto escrito para el tiempo futuro
y un pueblo renovado alabe al Señor:
porque él se inclinó desde su alto Santuario
y miró a la tierra desde el cielo,
para escuchar el lamento de los cautivos
y librar a los condenados a muerte.
Los hijos de tus servidores tendrán una morada
y su descendencia estará segura ante ti,
para proclamar en Sión el nombre del Señor
y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan los pueblos y los reinos,
y sirvan todos juntos al Señor.

Reiteración y fundamentación de la súplica
Mis fuerzas se debilitaron por el camino
y se abreviaron mis días;
pero yo digo: "Dios mío,
no me lleves en la mitad de mi vida,
tú que permaneces para siempre".
En tiempos remotos, fundaste la tierra,
y el cielo es obra de tus manos;
ellos se acaban, y tú permaneces:
se desgastan lo mismo que la ropa,
los cambias como a un vestido, y ellos pasan.
Tú, en cambio, eres siempre el mismo,
y tus años no tienen fin.
Los hijos de tus siervos tendrán una morada,
y sus descendientes estarán siempre en tu presencia.

jueves, 24 de diciembre de 2009

"Nació la Abeja más bella"


TRES POEMAS DE NAVIDAD
Y UN VILLANCICO


SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ

NACIMIENTO DE CRISTO, EN QUE SE DISCURRIÓ LA ABEJA
De la más fragante Rosa
nació la Abeja más bella,
a quien el limpio rocío
dio purísima materia.

Nace, pues, y apenas nace,
cuando en la misma moneda,
lo que en perlas recibió,
empieza a pagar en perlas.

Que llore el Alba, no es mucho,
que es costumbre en su belleza;
mas quién hay que no se admire
de que el Sol lágrimas vierta?

Si es por fecundar la Rosa,
es ociosa diligencia,
pues no es menester rocío
después de nacer la Abeja;

y más, cuando en la clausura
de su virginal pureza,
ni antecedente haber pudo
ni puede haber quien suceda.

Pues a ¿qué fin es el llanto
que dulcemente le riega?
Quien no puede dar más Fruto,
¿qué importa que estéril sea?

Mas ¡ay! que la Abeja tiene
tan íntima dependencia
siempre con la Rosa, que
depende su vida de ella;

pues dándole el néctar puro
que sus fragancias engendran,
no sólo antes la concibe,
pero después la alimenta.

Hijo y madre, en tan divinas
peregrinas competencias,
ninguno queda deudor
y ambos obligados quedan.

La Abeja paga el rocío
de que la Rosa la engendra,
y ella vuelve a retornarle
con lo mismo que la alienta.

Ayudando el uno al otro
con mutua correspondencia,
la Abeja a la Flor fecunda,
y ella a la Abeja sustenta.

Pues si por eso es el llanto,
llore Jesús, norabuena,
que lo que expende en rocío
cobrará después en néctar.
***
SAN JUAN DE LA CRUZ

Romance del Nacimiento
Ya que era llegado el tiempo
en que de nacer había,
así como desposado
de su tálamo salía,

abrazado con su esposa,
que en sus brazos la traía,
al cual la graciosa Madre
en su pesebre ponía,

entre unos animales
que a la sazón allí había,
los hombres decían cantares,
los ángeles melodía,

festejando el desposorio
que entre tales dos había,
pero Dios en el pesebre
allí lloraba y gemía,

que eran joyas que la esposa
al desposorio traía,
y la Madre estaba en pasmo
de que tal trueque veía:

el llanto del hombre en Dios,
y en el hombre la alegría,
lo cual del uno y del otro
tan ajeno ser solía.
***
SANTA TERESA DE ÁVILA

NAVIDAD
Pues el amor
nos ha dado Dios,
ya no hay que temer,
muramos los dos.

Danos el Padre
a su único Hijo:
hoy viene al mundo
en pobre cortijo.
¡Oh gran regocijo,
que ya el hombre es Dios!
no hay que temer,
muramos los dos.

Mira, Llorente
qué fuerte amorío,
viene el inocente
a padecer frío;
deja un señorío
en fin, como Dios,
ya no hay que temer,
muramos los dos.

Pues ¿cómo, Pascual,
hizo esa franqueza,
que toma un sayal
dejando riqueza?
Mas quiere pobreza,
sigámosle nos;
pues ya viene hombre,
muramos los dos.

Pues ¿qué le darán
por esta grandeza?
Grandes azotes
con mucha crudeza.
Oh, qué gran tristeza
será para nos:
si esto es verdad
muramos los dos.

Pues ¿cómo se atreven
siendo Omnipotente?
¿Ha de ser muerto
de una mala gente?
Pues si eso es, Llorente,
hurtémosle nos.
¿No ves que Él lo quiere?
muramos los dos.
***
VILLANCICO GITANO

-¡Ozú, vaya churumbel!
¡Mare, que me parta un rayo
zi he vizto en mi vida un payo
que ze compare con Él!

-¡Dígame, zeñá María,
zi yo le compro a Manuel,
¿en cuánto me lo daría..?

María miró a José
y José miró a María.
Y el de la raza calé
dijo al compare en caló:

-Dice el zeñó Zan Jozé
que no lo vende, que no,
u zea, que no pué zé.
¡Que en el mundo no hay parné
jay, pa comprar al Zeñó!

Y José, con alegría,
mirando a su churumbel
entre la gitanería
dice a su esposa:
-¡María!
¡Que nos quedamos sin Él…!
***
Imagen: Jerónimo Bosch
Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char


No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char