Este año, como cada año, he fabricado algunos adornos para mi árbol de Navidad. Me he retrasado bastante en ponerlos, aunque los tengo hechos desde hace tiempo, pero más vale tarde que nunca.
Me regalaron algunos corchos de vino y se me ocurrió incorporarlos de alguna manera a una bola de porexpán. Los corté en rodajitas cual salchichón y los fui pegando uno a uno a la bola previamente pintada de blanco con Gesso (para tapar la textura del porexpán). Luego les añadí una lentejuela a cada uno para darle unb toque más festivo. La bola sin pintar también queda bien, si la decoración es más rústica. En mi caso, este año repito árbol blanco. Finalmente se le incorporan unas ramitas de algún adorno navideño por la parte superior, un cordón y unas bolitas en plata y luce así de bonito.
El siguiente adorno que hice y aprovechando el montón de bolas de porexpán de diferentes tamaños compradas del año anterior es un poco más psicodélico.
En este caso, uní mediante palillos de dientes pequeñas bolitas a una más grande. Pero primero pinté la grande (5 cm de diámetro) de blanco y antes de que se secase le eché purpurina iridiscente ¿se dice así? Hice lo mismo con las bolitas pequeñas (1,5 cm de diámetro). Le coloqué un cordón y pinté los palillos de blanco. Para que las bolas no se salgan es importante ponerles un poquito de silicona caliente antes de pincharlas.
Mi siguiente adorno lleva también una bola de porexpán que esta vez pinté en plata oscuro. Coloqué alfileres por los dos polos y con un cordón hice varias divisiones a la vez que pegaba con cola y mucho cuidado el cordón. Luego añadí brillantitos de diferentes tamaños entre los huecos del cordón. A la parte inferior le añadí un alfiler de bisutería al que le hice una anilla y colgué tres bolitas de diferentes tamaños compradas en la tienda CASA. Por la parte superior decoré con un lazo de organza dorado, dos rosas blancas de papel y un lazo de cordón.
El siguiente adorno es obra de mi hija de 5 años (con un poco de ayuda), que quería colaborar en la creación de adornos. Así que le di unos corazoncitos de porexpán que tenía hace varios años y a los que no les había encontrado ningún uso y le dije que los pintase de blanco. De nuevo repetimos la operación de la iridiscencia, añadiéndole purpurina. Una vez pintados y secos acabó su trabajo y empezó el mío. Los agujereé verticalmente con una aguja y e introduje un cordón entre ellos, pero incorporando una cuenta de madera en el centro de cada uno. Luego hice un lazo con el cordón y le coloqué un cascabel en la parte inferior. El adorno quedó bastante vistoso y creo que aprovechamos bien esos corazones tan sositos.
Me faltan algunos adornos más, pero ya los dejo para otro post, pues tengo que sacar fotos. Pero les dejo una última foto de mi árbol de Navidad, que está pidiendo a gritos unas luces nuevas, pero ya será otro año... Está sacada con el móvil, pero es lo mejor que tengo ahora.
Espero que estas ideas os hayan servido de inspiración.
