Mostrando entradas con la etiqueta cocorosie. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta cocorosie. Mostrar todas las entradas

NOSTALGIAS, LAS JUSTAS

















Yo también crecí en los 80. Y no puedo renegar de ello. Es más, creo que a veces se me notan las marcas de las hombreras y noto aún las rozaduras de la caña de las botas camperas. Tiempos inolvidables, sobre todo porque fueron los de mi juventud más plena. Para entonces, había enviado ya a paseo los inútiles complejos de adolescente y ya era consciente de que me tocaba vivir unos momentos irrepetibles.

Pero, curiosamente, no tengo nostalgia de ellos. Estuvo bien mientras duró, pero sin más. Para mí, el mejor momento es el que estoy disfrutando ahora mismo.

Esto no viene a cuento de nada. O sí. Me acaba de venir a la mente porque un lector del blog me ha dicho, a la cara, que soy un snob musical. Que los grupos que suelo traer por aquí no valen una mierda y que como la música de los 80 no hay nada. Que los grandes grupos de aquella década son los que llenan estadios aún en el siglo XXI y que todo lo que ha llegado después es morralla.

Pues vale, pues sí. Pero es que el detalle está en que no se trata de comparar, sino de disfrutar el momento, como ya he dicho arriba. No soy tan tonto como para despreciar a Queen, Led Zeppelin, Police, U2 o Springsteen. Es más, los venero. Pero oye, es como ver la misma película varias veces: cada vez aprecias un detalle nuevo, pero saber qué va a pasar en la siguiente escena es un peñazo.

Así que, una vez que ya me sé de memoria cada punteo de Dire Straits, voy a seguir buscando el nuevo gran grupo del Siglo XXI, ése que va a marcar una época. Aunque sospeche yo también que no va a ser nada fácil.

Y a mi amigo, que aún lo sigue siendo, y para que vea que no le guardo rencor, le dedico este clásico inolvidable. Porque a mí también se me ponen los pelos como escarpias con ciertos recuerdos, pero juro por Naranjito que ya no voy a ponerme más unos pantalones bombachos.



Mira que llamarme snob. Y eso que aún no me había dado tiempo a invitarle a conocer a dos de mis chicas favoritas