Para ellos no había dramas con medidas urgentes para seguir alimentando a los mercados financieros. Wikileaks les sonaría algo así como el siguiente personaje que se iba a presentar a Eurovisión. Y la caída en picado de la Bolsa, un cuento para asustar a niños de teta. La gran hecatombe, el Apocalipsis, la madre de todos los horrores era que no nos habían concedido el chollo de organizar un mundial, de nuevo con fondos (y pérdidas) públicos y ganancias privadas.
Me dieron unas ganas enormes de salir y darles en los morros con un ejemplar de las Obras Completas del mayor filósofo que ha dado esta bisagra entre dos siglos y dos milenios: D. Homer Jay Simpson.
¿Qué les habría dicho esta mente preclara a esos comités ibéricos que han inflado a esos inspectores a base de gambas, bacalao, guijuelo y Viña Salceda? ¿Cómo les habría evitado tal derroche de dinero y energías invertidas en lo que finalmente fue imposible? Pues muy sencillo, aplicando la primera regla del simpsonismo moderno:
"Intentarlo es el primer paso hacia el fracaso"
¿Pero a quién se le ocurre pelear contra el dinero y el poder del petróleo ruso, qatarí obrasileño? Sólo a un imbécil. Y mucho menos contraponiendo chorradas tan vanas como -yo que sé- buenos estadios, estupendas redes de transporte, escasa violencia, magnífico clima o talento.
Al hilo de esto, leed este enlace. Y no sólo el artículo en sí; animaos a entrar a alguno de los enlaces que propone, por ejemplo, disfrutad de las píldoras de Eduardo Galeano.
VIDEO: THE FALSE FRIENDS
Ya los trajimos por aquí en el verano de 2009. Van a editar su nuevo trabajo y ya han colgado un primer adelanto. Unos chicos que caen en gracia fácilmente o, al menos, no molestan