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domingo, 25 de noviembre de 2012

Cúrcuma



La raíz de la herbácea Cúrcuma longa con su alto poder colorante de un intenso amarillo anaranjado, se ha usado a lo largo de los tiempos para teñir telas, cueros y lanas y para colorear partes del cuerpo; pero sobre todo se le ha dado un gran uso medicinal por sus magníficas propiedades y ha sido siempre muy valorada como condimento y colorante culinario.
En India se utiliza desde hace siglos como ingrediente principal del famosísimo curry, donde se mezcla con pimienta negra para favorecer su absorción, ya que por sí sola es difícil de asimilar.
En Japón por ejemplo, se sirve a veces junto con el té. Industrialmente se utiliza para dar color a mantequillas, quesos y mostazas, en rebozados y sopas preparadas. Se comercializa como el aditivo alimentario E100. 
La cúrcuma tiene altas propiedades antitumorales, antioxidantes (hasta trescientas veces más potente que la vitamina E), antiartríticas y sobre todo antinflamatorias. Hay estudios que demuestran la capacidad de la cúrcuma para estabilizar muchas patologías como las enfermedades hepáticas, renales, cardiovasculares, neurodegenerativas, en la diabetes, en la hepatitis y en las cataratas. Las últimas investigaciones sobre los efectos biológicos de los extractos de cúrcuma y de los curcuminoides están encaminados a estudiar su actividad anticancerosa, principalmente frente al cáncer de piel, boca, colon y duodeno.
 
En Oriente es habitual usarla en casos de resfriados, gripes, infecciones y diarreas. Además tiene efecto expectorante, su aplicación externa mejora enfermedades de la piel como dermatitis, hongos y psoriasis, es ideal en problemas digestivos, favorece el buen funcionamiento del hígado ya que lo protege de toxinas y disminuye el colesterol ingerido, y podríamos usarla incluso contra inflamaciones en las encías cepillándolas directamente con un poco de cúrcuma en polvo.

Está claro que incorporar la cúrcuma en nuestra dieta nos beneficiaría enormemente.
 
Hay muchas recetas en las que podemos sustituir ese colorante amarillo artificial tan dañino (tartracina) por polvo de cúrcuma y por ejemplo, preparar un delicioso  arroz con mejillones. Añadir cúrcuma a los rebozados o revueltos de huevo proporciona un bonito y atractivo color dorado.
También podemos preparar una bebida fantástica y reconstituyente como esta Leche de Cúrcuma que os dejo aquí.
 
Ingredientes

1 taza de leche desnatada
1 dátil sin hueso o 10 o 12 uvas pasas
1 cucharada sopera de miel de brezo
1/2 cucharadita de cúrcuma
1 pizca de pimienta negra molida
1 pizca de canela
1 pizca de jengibre molido
1 cucharada de aceite de oliva virgen extra
 
Ponemos todos los ingredientes en un cazo y llevamos a ebullición, bajamos el fuego y mantenemos 2 minutos removiendo de vez en cuando. Colaremos para servir y tomar fria o caliente.
 
 
Gracias Felicidad y Fernando por las horas invertidas en conseguir estas maravillosas fotos para mi entrada.
 
 

sábado, 9 de abril de 2011

Limonada Leonesa

Se cuenta que, durante la Pascua, en la que las bebidas alcoholicas estaban prohibidas, los cristianos leoneses bajaban a la Judería -nuestro Barrio Húmedo- y atacaban a los judíos responsabilizándoles de la muerte de Cristo. Las autoridades, alarmadas,  permitieron que en las tabernas cercanas a la Judería se vendiera una bebida suave (vino rebajado con agua y limón) para que la alegría de la embriaguez les hiciera desistir de sus intenciones. A raiz de esta curiosa relación limonada-judíos, y ya desde el medievo, nos llega por tradición oral la expresión "matar judíos" que hoy en día seguimos utilizando los Leoneses (por supuesto, sin ninguna connotación xenófoba) cuando, exclusivamente en Semana Santa, nos acercamos al Barrio Húmedo a tomar limonadas.   Otro posible origen de la expresión "matar judíos" está atribuido a Fernando el Católico, cuando al firmar el decreto de expulsión de los judíos de España, supuestamente dijo "Limonada que trasiego, judío que pulverizo".
La buena Limonada Leonesa no debe confundirse con la sangría, que suele estar rebajada con agua. Nuestra limonada es un trago delicioso y dulce, aunque con peligrosos efectos, pues contiene un alto grado alcohólico producido por el efecto del azúcar sobre el vino y la fermentación de la fruta.
La receta de la limonada leonesa tiene una base común, consistente en macerar el vino con azúcar, canela y cítricos, pero cada uno le añadimos nuestro truco o toque particular.
Recomiendo, por supuesto, que le vino utilizado sea un buen Prieto Picudo, cualquiera de la DO Bierzo o Tierra de León, que ya que la limonada va a ser leonesa, que lo sea con razón!!
En fin, que cada maestrillo tiene su librillo y esta receta que os traigo lleva el truco de mi suegro, que así la hizo en casa desde siempre, pero os aviso, light lo que se dice light no es... y 0,0% tampoco jajajaja

Ingredientes
3 litros de buen vino tinto
400 gr de azúcar
300 gr de higos secos, orejones o dátiles (o mezcla)
150 gr de uvas pasas
2 limones
2 manzanas (tipo golden)
3 palos de canela
500 ml de vino moscatel
600 ml de zumo de limón (puede ser de naranja)
la piel de 1 naranja y 1 limón (sin lo blanco)

La operación es bien sencilla. En una cazuela grande ponemos todo: los líquidos, las frutas troceadas (lavadas y sin pelar, sobre todo los higos, a los que debemos retirar bien la harina bajo un chorro de agua), el azúcar, la canela y la piel de naranja y limón. Removemos bien.
Debe macerar en sitio fresco y oscuro (al menos tapado) durante 3 días, removiendo un par de veces diarias. Al cuarto dia colamos bien, exprimimos bien todo el jugo de las frutas.... y ya podremos disfrutarla. Hay quién le deja tropezones de fruta al servirla;  a mi no me gusta, me estropea el trago...
Durante el tiempo de reposo, probaremos y rectificaremos de azúcar si fuera necesario, y si gusta más fuerte o más suave, podremos añadir más moscatel, más vino o más zumo, a gusto del consumidor.
A los que ya conocéis la limonada leonesa, ésta os encantará, aunque es algo fuertecita, así que, con la venia de mi señor suegro, os permito de modo totalmente excepcional y sin que  sirva de precedente, que la aligeréis con un poco de agua o incluso que le deis un toque burbujeante con refresco de limón.
A los que no os gusta demasiado el vino, deciros que esta bebida es diferente y muy rica, así que animaros a preparala y servirla fresquita que es como mejor está... pero cuidadín, que no veáis como le pega... con un par de copitas tenéis alegría para pasar la tarde... jajajaja :D