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viernes, 1 de noviembre de 2024

Empezando octubre

 




Tras el estreno del mes con la salida de aves acuáticas, retomamos el bicheo cotidiano que en octubre tuvo especies destacadas como la mariposa alcaparrera o la hembra del erésido Loureedia colleni que nos hizo desear que hubiese aparecido el espectacular macho.



Posible Bassaniodes sp.

Solenostethium bilunatum

Sphodromantis viridis

Loureedia colleni

Alcaparrera (Colotis evagore)

Asilus barbarus

Argiope lobata con avispa depredada


Continuó de lo más entretenido el abanico de polillas atraídas por la luz de nuestro farol. Dejo por aquí las más llamativas a mi parecer, como siempre.



Eublemma cochylioides

Thetidia plusiaria

Rhodometra sacraria


Itame vincularia

Lasiocampa trifolii

Thetidia plusiaria


No todo el bicherío de andar por casa es tan bien recibido. Este mosquito tigre se gana a pulso muchas antipatías, no sólo por ser una especie exótica que aquí nada pinta.





Las aves tuvieron su espacio también, por supuesto. Pese a no estar en medio de ningún importante espacio de migraciones, éstas se hicieron notar con el paso de dos jóvenes abejeros, gavilanes y dos lejanísimas culebreras. Al mismo tiempo llegan las águilas calzadas que pasarán aquí el invierno en lugar de en África.




Abejero (Pernis apivorus)

Piquituerto (Loxia curvirostra)

Águila calzada (Hieraaetus pennatus)

Herrerillo capuchino (Lophophanes cristatus)

Abejero (Pernis apivorus)

Cernícalo (Falco tinnunculus)

Gavilán (Accipiter nisus)

Chova piquirroja (Pyrrhocorax pyrrhocorax)



No hay que abandonar las costumbres, como la de colgar un buen plato de cordero con su abundante guarnición casera.




domingo, 19 de mayo de 2024

De altiplanicies y valles

 




Enlazando con la anterior publicación, un día lo dedicamos a una salida completa por las vastas altiplanicies de los Campos de Hernán Perea, no sin pararnos por el camino a observar los animales que nos íbamos encontrando durante la subida.



Colaspidema barbarum

Águila calzada (Hieraaetus pennatus)

Cabra montés (Capra pyrenaica)


Durante dicha subida tuvimos un lejano avistamiento de quebrantahuesos, pero más adelante nos encontramos con uno tan cercano que nos dejó tan asombrados como fascinados.
El avistamiento no pudo ser más espectacular, mientras que yo veía una chova piquirroja y un cernícalo, estando éste muy mosqueado sin parar de gritar de manera que me extrañaba que una simple chova le provocara tal ataque de rabia... hasta que Mari Carmen me avisó de que se nos estaba acercando un quebrantahuesos.
Ya entendí la ira del pequeño cernícalo, que se percató antes que nosotros de la presencia de la enorme ave. Esta espectacular hembra adulta nos estuvo observando también a su vez, sobrevolándonos en círculos antes de continuar con su patrulla por las peñas calizas que aquel día nublado tenían un curioso ambiente como de montañas orientales.




Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)


Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)



Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)





Sabía que por aquellas fechas de abril ya estarían florecidos los narcisos endémicos, disfrutando de su abundancia que alfombraba de amarillo las orillas de un arroyo mientras que reclamaban los piquituertos y una pareja de águilas reales nos regalaba sus picados y acrobacias.



Zorro (Vulpes vulpes)

Águila real (Aquila chrysaetos)


Narcissus longispathus

Piquituerto (Loxia curvirostra)



No hacía un espléndido día primaveral precisamente, incluso persistían neveros como se ve en las fotos de paisaje, pero las aves estivales como las collalbas y las abubillas estuvieron muy presentes durante nuestro recorrido.



Muflones (Ovis musimon)

Collalba rubia (Oenanthe hispanica)


Collalba gris (Oenanthe oenanthe)


Abubilla (Upupa epops)


El tiempo no acompañó para ver insectos, que en esas planicies habrían estados representados por especies tan interesantes para mi gusto como el cardenillo. Solamente vimos algún ejemplar aislado de Eurranthis plummistaria, bonita polilla diurna, pero sin dejarse ver en condiciones ni fotografiar.

En los valles fue distinta la historia, viendo un agradecido repertorio de artrópodos bajo el vuelo de los buitres leonados y de un grupo migratorio de cinco culebreras.
La estrella de las noches fue, sin ninguna duda, el sapo partero bético. Pudimos localizar por sus cantos "autillosos" a varios machos distintos en un muro de piedra, celebrando muy especialmente el hallazgo de un ejemplar que portaba los huevos en la icónica imagen que tenemos de este animal.



Eucera nigrilabis

Licósido portando su puesta

Abeja sin identificar

Culebreras (Circaetus gallicus)

Araña Napoléon (Synema globosum)

Chinche sin identificar

Sapo partero bético (Alytes dickhilleni)


Con salidas así bien estaba darse un buen homenaje a base de pizza casera, con mucha verdura para pretender hacernos los sanos.