El paso de octubre a noviembre lo di en la ciudad de Córdoba visitando a mis amigos José Carlos Sires y Esperanza Poveda, quienes me acogieron una vez más al estar yo por entonces con unos planes cancelados (que más adelante cumpliré para resarcirme).
El 31 de octubre fui junto a José Carlos, pues Esperanza trabajaba aquella tarde, a dar una vuelta por unos pinares en los que los insistentes reclamos de los pinzones vulgares delataban la presencia del temido y odiado predador, que en ese caso era un cárabo bien camuflado con su plumaje gris contra la corteza igualmente grisácea de un pino.
A los pinzones se unieron también algunos mirlos alborotando al pobre cárabo y haciéndole cambiar de posadero hasta que se alejó del lugar. La vida de un predador no es tan romántica como la gente común suele pensar.
Para completarlo más añado una grabación que mis amigos tienen de ese cárabo junto a su pareja en otro día distinto, dejando claro por qué muchos consideran al cárabo la voz de la noche.
 |
Cárabo común (Strix aluco) |
Para el día 1 de noviembre ya se nos pudo unir Esperanza, que no tenía pensado dónde llevarnos ni tenía ganas de ir lejos, por lo que la improvisación nos llevó por la Sierra Morena cercana a la capital y no salió mal la cosa disfrutando del águila real y el buitre negro junto a la presencia inesperada de una garceta grande en el río Guadiato.
 |
Garceta grande (Egretta alba) |
 |
Gavilán (Accipiter nisus) |
 |
Lestes viridis |
 |
Murciélago de herradura (Rinolophus sp.) |
 |
Prospero autumnale |
 |
Buitre negro (Aegypius monachus) |
 |
Águila real (Aquila chrysaetos) |
 |
Creo que un nemésido |
 |
Ratonero común (Buteo buteo) |
Al atardecer nos esperaba la magia del búho real saliendo a cantar en unos picachos, llenando el monte mediterráneo con su grave ulular que esa noche no fue respondido por su hembra a diferencia de lo que se oye en una grabación que José Carlos y Esperanza consiguieron en otra ocasión.
Uno no siempre tiene la suerte de despedir la jornada con la silueta del señor de la noche antes de encontrar al modesto sapo corredor por el camino.
 |
Búho real (Bubo bubo) |
 |
Sapo corredor (Epidalea calamita) |
Una de las más grandiosas observaciones la tuve precisamente cuando el día 2 de noviembre regresaba a Jaén, viendo desde la misma autovía una pareja de águilas perdiceras que llegó volando bastante bajo para remontar una térmica allí mismo. Y yo, desde luego, no me lo perdí al tener una oportunidad de oro pudiendo parar el coche con seguridad.
 |
Águilas perdiceras (Aquila fasciata) |
Pero no serán las fieras águilas quienes cierren la publicación, ese menester lo reservé para la copiosa cena que tuvimos la noche anterior junto a la chimenea con la que empecé esta entrada.