Cuando el lince se quiere dejar ver

 

Cuando se acerca el celo del lince ibérico es muy habitual que quienes deseen observaciones de nuestro exclusivo félido salgan en su busca. Pueden hacerlo en Doñana, pero lo más frecuente es que gente de todo el país y hasta del extranjero (repetimos que es una especie exclusiva de la Península Ibérica) acudan en diciembre-enero a la Sierra de Andújar a intentar tener suerte.

El lince, como muchos tantos animales, se deja ver si a él le da la gana, y no es nada raro hacer intentos que se salden con avistamientos lejanos y/o fugaces, por no hablar de gran posibilidad de pasar la jornada sin verlo siquiera. Pero otras veces ocurre todo lo contrario, como cuando acompañé a mi amigo Jesús a un trabajo de campo por puro gusto de salir al monte y nos encontramos un lince de pura chiripa.

Mientras Jesús intentaba llevar a cabo aquello por lo que fuimos, yo me dediqué sobre todo a disfrutar del soleado día otoñal viendo aves rapaces de lo más atractivas, pájaros invernantes y los abundantes zorzales charlos.

Buitre negro (Aegypius monachus)

Zorzal charlo (Turdus viscivorus)

Milano real (Milvus milvus)

Mosquitero común (Phylloscopus collybita)

Águila imperial (Aquila adalberti)

Lúganos (Spinus spinus)

Pese al tiempo totalmente despejado no hacía calor exactamente, aunque muchos invertebrados salía al sol y un rodal con flores atraía a numerosos insectos. Lo más llamativo para nosotros sin duda fue encontrar una culebra de herradura, especie muy amante de las temperaturas cálidas.

Escorpión (Buthus occitanus)

Culebra de herradura (Hemorrhois hippocrepis)

Sírfido

Piérido

Sírfido

Manto bicolor (Lycaena phlaeas)

Sírfido

Al movernos del lugar donde pasamos la mañana y el mediodía fue cuando Jesús, fijándose en un bisbita sospechoso, se dio cuenta de que un lince estaba cruzando un arroyo muy cerca de nosotros.

Lo pudimos ver a cortísima distancia, aunque dándonos el culo todo el rato hasta que, ya más alejado, se giró a mirarnos tras bajar brincando por las rocas de la orilla.

Lince ibérico (Lynx pardinus)

Ciervo (Cervus elaphus)

Lince ibérico (Lynx pardinus)

Así que, como dice el título de la entrada, esto es lo que pasa cuando el lince se quiere dejar ver.

Torcal de Antequera

Las sierras malagueñas fueron un excelente complemento al día previo de humedales que tuvimos mi buen amigo Javi y yo, redondeando así el fin de semana con una excursión por el Torcal de Antequera.

Primero fuimos por la parte menos turística, de hecho apenas nos cruzamos con senderistas en todo el rato, en busca de unos mirlos capiblancos que no aparecieron. Pero no nos quedamos sin aves invernantes porque, al menos, sí que había lúganos (como en casi todas partes durante este otoño-invierno).

Collalba negra (Oenanthe leucura)

Clavel silvestre

Más tarde sí que fuimos a la zona más visitada y conocida, llenísima de turistas folloneros como era de esperar siendo domingo.

Esta circunstancia no evitó que disfrutáramos de tan espectacular entorno kárstico con algo de bicheo incluido.

Peña de los Enamorados

Cabra montés (Capra pyrenaica)

Escribano montesino (Emberiza cia)

Águila real (Aquila chrysaetos)

Coccinélido

Cabra montés (Capra pyrenaica)

Tenía muchísimas ganas de ver los fósiles de Ammonites que han resistido al expolio, aquellos que se preservaron en negativo a modo de molde.

Gracias a las indicaciones de una chica del centro de visitantes no nos costó dar con varios de ellos mientras gozábamos de estupendas panorámicas bajo el vuelo del águila real.

Terminamos la tarde con un intento de pajarear en espacios abiertos que quedó un poco pobre, la verdad, aunque de todos modos echamos un día fantástico que me encantó.

Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus)

Día de lagunas con flamenco enano de premio

 

Las lagunas y humedales que se concentran en la imaginaria frontera provincial entre Córdoba, Sevilla y Málaga tienen mucho interés ornitológico y, aunque unos de esos humedales sean más provechosos e interesantes que otros, un buen amigo y yo nos montamos un plan de sábado uniéndolos en un completo recorrido.

Nuestra primera parada no tenía mucha chicha con las aves muy lejos, pero se dejaron ver muy bien los lúganos, que esta temporada han venido con una abundante invernada como se está comprobando al verlos y oírlos en prácticamente cualquier sitio.

En las siguientes paradas me gustó especialmente poder fotografiar por primera vez la mariposa alcaparrera y tuvimos la que para mí es la cita más tardía de vencejo real (4 de noviembre).

Lúgano (Spinus spinus)

Ranúnculos

Narcissus deficiens

Milano real (Milvus milvus)

Scilla autumnalis

Cuchara (Spatula clypeata)

Porrón común (Aythya ferina)

Elanio azul (Elanus caeruleus)

Alcaparrera (Colotis evagore)

Vencejo real (Tachymarptis melba)

Cormorán grande (Phalacrocorax carbo)

Para el final de nuestra nublada jornada dejamos la mejor zona en Fuente de Piedra, en la que vimos especies amenazadas como malvasías y cercetas pardillas y la tuvimos la gran suerte de encontrar un flamenco enano entre sus primos comunes.

El flamenco enano es una especie africana que ya se ha reproducido varias veces en esta laguna, pero normalmente se ve desde muy lejos o directamente ni se le ve, por lo que nos pudimos dar por afortunados. Y no olvidemos que este año ya vi otro en la laguna de Navaseca (Ciudad Real).

Malvasía (Oxyura leucocephala)

Gavilán (Accipiter nisus)

Conejo (Oryctolagus cuniculus)

Cerceta pardilla (Marmaronetta angustirostris)

Flamencos comunes (Phoenicopterus roseus)

Flamenco enano (Phonicoaias minor)

Esta salida de humedales tuvo al día siguiente su contraparte serrana que próximamente será reseñada.