jueves, 29 de octubre de 2020

Tiempo de contrastes

 




Después del unidimensional verano con su monotonía llega una estación de maravillosos juegos de luces y contrastes. A primeros de octubre aún estaba por llegar el mejor colorido del otoño, pero ya se imponían los contrastados paisajes mencionados.

El sábado 3 de octubre se realizó el anual censo internacional de quebrantahuesos, presentándome yo voluntario para cubrir un punto de observación en la Sierra de Segura. 
El citado tiempo otoñal no ayudó precisamente, teniendo que elegir durante las primeras horas de la mañana un puesto donde no hubiera niebla. Allí me estuve despidiendo de las últimas culebreras y águilas calzadas que vería por aquí junto a un aguilucho lagunero en paso migratorio y las habituales aves rapaces de la zona.

No sería hasta bien avanzada la mañana cuando pude colocarme en mi puesto escogido y poder ver finalmente un único ejemplar de quebrantahuesos, un juvenil llamado Vainilla que ya he visto en otras ocasiones.




Aguilucho lagunero (Circus aeruginosus)

Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Águila calzada (Hieraaetus pennatus)


Buitre leonado (Gyps fulvus) marcado

Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Culebrera (Circaetus gallicus)



Por la tarde di un paseo que me permitió disfrutar bastante de la incipiente otoñada que ya mostraba tonos cálidos en sus choperas, muy a juego con el colorido del plumaje de un quebrantahuesos adulto que pasó bordeando los amplios paredones calizos.
Algo que también me sorprendió fue encontrar un verderón serrano comiendo en el suelo a no mucha distancia de mí, cuando normalmente son bastante ariscos y complicados.




Muflón (Ovis orientalis)



Verderón serrano (Carduelis citrinella)



Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)



Buitre leonado (Gyps fulvus)


El arce que quería ser más otoñal que el resto


El sábado 4 de octubre ya no había problemas con la niebla, pero soplaba un fuerte viento que hacía muy molesto ir por el monte y decidí sencillamente dar un paseo por los carriles que atraviesan la altiplanicie de los Campos de Hernán Perea.
Poco se podía ver con el fortísimo viento que obligaba a un pobre gavilán a volar pegado a las laderas, pero repentinamente llegó un joven quebrantahuesos perseguido por un adulto que lo hostigaba sin cesar, oyéndose incluso los silbidos del agobiado juvenil.



Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) juvenil

Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) adulto

Gavilán (Accipiter nisus)


Jilguero (Carduelis carduelis)

Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) lejanísimo

Perdices (Alectoris rufa)



Harto ya del viento, regresé a casa pero sin prisa, parándome de camino en lugares donde se estaba más resguardado y viendo cosas como la ardilla que quería ser alpinista y un cuarto ejemplar de quebrantahuesos (el llamado Trashumancia). Lo que son las cosas, la mañana del censo veo un solo quebrantahuesos mientras que al día siguiente me encuentro cuatro individuos distintos.



Ardilla (Sciurus vulgaris)

Saltacercas (Lasiommata megera)

Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Loba (Maniola jurtina)



Para terminar dejo un pequeño montaje con varias fotografías de la bronca del quebrantahuesos hacia el desafortunado juvenil, que ya aprenderá que su especie es altamente territorial.



lunes, 26 de octubre de 2020

Más naturaleza en la aldea de Marchena

 



Durante el mes de septiembre ha estado bastante bien animado el bicheo en torno a Marchena, la pequeña aldea de Santiago-Pontones donde tengo el colegio.

Pequeñas aves como el reyezuelo encantan a mi pequeñísimo grupo de alumnos cuando damos un paseo al aire libre, algo que no podemos resistirnos a hacer en tan estupendo entorno. Los reptiles han estado muy activos con las pasadas temperaturas, volviendo así a ver a nuestro viejo amigo el lagarto ocelado que ya veíamos en primavera, aunque el protagonismo se lo llevan sin duda los pequeños invertebrados que podemos observar de cerca y fotografiar.
Esto último ha calado tanto en dos alumnas mías que han comenzado a fotografiar insectos y otros bichos con una vieja cámara mía, cosa a la que le dedicaré una publicación concreta más adelante.

El águila calzada que aquí vemos, vista durante una de nuestras sesiones de Educación Física, fue de las últimas que vi hasta que vuelvan en su migración de marzo... las echaré mucho de menos.



Cabra montés (Capra pyrenaica)

Reyezuelo listado (Regulus ignicapilla)

Chinche asesina

Escarabajo del romero (Chrysolina americana)

Licénido

Águila calzada (Hieraaetus pennatus)

Escarabajo tigre (Cicindela maroccana)

Lagarto ocelado (Timon lepidus)

Cylindromia brassicaria

Manto bicolor (Lycaena phlaeas)

Lagartija colilarga (Psammodromus algirus)

Santateresa (Mantis religiosa)

Quitando miedos


Al margen del colegio, el entorno de amplios calares y profundos valles donde se encuentra Marchena es escenario de no pocas de mis salidas por las tardes. Entre los numerosos buitres leonados puede aparecer la reconocible silueta del quebrantahuesos para alegrarle la jornada a uno, por no hablar de sorpresas migratorias como la hembra de aguilucho pálido que vi el 29 de septiembre (me encantaría encontrarme al precioso macho como hace nueve años en Torres de Albanchez).


Valle del Zumeta

Corneja negra (Corvus corone)

Buitres leonados (Gyps fulvus)

Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Aguilucho pálido (Circus cyaneus)

Gavilán (Accipiter nisus)

Quebrantahuesos (Gypaetus barbatus)

Navalperal en la distancia


Después de salidas de campo así un buen final es contemplar la salida de la luna entre las nubes... pero mejor aún es terminar con una buena ronda de "gordosidades" junto a dos amigos y compañeros de fatigas.