El Torreón |
En mis recorridos habituales por el norte del parque natural no han faltado las cabras monteses (Capra pyrenaica) ni los buitres leonados (Gyps fulvus), por supuesto, además de otras especies como el halcón peregrino (Falco peregrinus), la culebrera (Circaetus gallicus), el mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli), su primo el mosquitero ibérico (Phylloscupus ibericus) o el alcaudón real (Lanius meridionalis). Fue también momento de ver todavía abundantes ejemplares de la orquídea Orchis langei, una de ellas llamativamente blanca.
Grazalema |
Era momento de ver pollos volantones que aún eran alimentados como en el caso de las currucas de las fotos, en vecindad con jovenzuelos del año anterior que ya se buscan la vida solos como sucede con el joven macho de roquero solitario.
No sólo vimos aves en esos espectaculares paisajes. Sorprendimos a dos jabalíes (Sus scrofa) a la luz del día, aunque me temo que estaban cruzados con cerdos domésticos, y también disfrutamos de mariposas arlequín (Zeryinthia rumina), lagartijas andaluzas (Podarcis vaucheri) y las orquídeas Orchis laxiflora, Serapias lingua y Ophris tenthredinifera.
Esta primera orquídea era una sorpresa con la que no contaba al ser escasa en la sierra, y llamaba la atención que estuviera allí pese a lo idóneo del hábitat (prados encharcados) por andar alrededor cerdos y mulos comiendo.
En el río de El Bosque, para variar entre tanto entorno de roquedos calizos junto a la bellísima estampa de su cauce y su bosque de galería, tuve entretenidas observaciones de papamoscas grises (Muscicapa striata) y el maravilloso hallazgo de los mirlos acuáticos (Cinclus cinclus) llevando cebas a sus pollos.
Es posiblemente una de las ubicaciones de cría de esta especie más al sur de España, y no es de extrañar con el entorno tan adecuado a sus exigencias de hábitat.