jueves, 28 de junio de 2018

Disfrutando del repertorio grazalemeño


El Torreón

Estoy escribiendo esto durante mis últimos momentos viviendo en la Sierra de Grazalema, mañana vuelvo a mi pueblo en Jaén pero no se acabarán todavía las publicaciones gaditanas porque aún tengo muchísimas cosas que mostrar. Tanto que esto de hoy es aún de finales de mayo, ojo.

En mis recorridos habituales por el norte del parque natural no han faltado las cabras monteses (Capra pyrenaica) ni los buitres leonados (Gyps fulvus), por supuesto, además de otras especies como el halcón peregrino (Falco peregrinus), la culebrera (Circaetus gallicus), el mosquitero papialbo (Phylloscopus bonelli), su primo el mosquitero ibérico (Phylloscupus ibericus) o el alcaudón real (Lanius meridionalis). Fue también momento de ver todavía abundantes ejemplares de la orquídea Orchis langei, una de ellas llamativamente blanca.


Grazalema










La ruta del Salto del Cabrero en el pueblo de Benaocaz ha seguido siendo una muy buena opción para la pasada primavera. Yendo junto al bosqueño Antonio Acosta por este magnífico escenario kárstico vi más mosquiteros papialbos, collalbas negras (Oenanthe leucura), cogujadas montesinas (Galerida Theklae), currucas cabecinegras (Sylvia melanocephala), roqueros solitarios (Monticola solitarius), un gavilán (Accipiter nisus), buitres leonados y algunos vencejos reales (Apus melba).
Era momento de ver pollos volantones que aún eran alimentados como en el caso de las currucas de las fotos,  en vecindad con jovenzuelos del año anterior que ya se buscan la vida solos como sucede con el joven macho de roquero solitario.















No sólo vimos aves en esos espectaculares paisajes. Sorprendimos a dos jabalíes (Sus scrofa) a la luz del día, aunque me temo que estaban cruzados con cerdos domésticos, y también disfrutamos de mariposas arlequín (Zeryinthia rumina), lagartijas andaluzas (Podarcis vaucheri) y las orquídeas Orchis laxiflora, Serapias lingua y Ophris tenthredinifera.
Esta primera orquídea era una sorpresa con la que no contaba al ser escasa en la sierra, y llamaba la atención que estuviera allí pese a lo idóneo del hábitat (prados encharcados) por andar alrededor cerdos y mulos comiendo.









En el río de El Bosque, para variar entre tanto entorno de roquedos calizos junto a la bellísima estampa de su cauce y su bosque de galería, tuve entretenidas observaciones de papamoscas grises (Muscicapa striata) y el maravilloso hallazgo de los mirlos acuáticos (Cinclus cinclus) llevando cebas a sus pollos.
Es posiblemente una de las ubicaciones de cría de esta especie más al sur de España, y no es de extrañar con el entorno tan adecuado a sus exigencias de hábitat.










Para acabar, lo visto en el mismo pueblo de Prado del Rey con sus cigüeñas blancas (Ciconia ciconia), vencejos pálidos (Apus pallidus) y cernícalos vulgares (Falco tinnunculus), a los que me siento enormemente satisfecho de poder añadir el chotacabras cuellirrojo (Caprimulgus ruficollis) al haber descubierto que los hay en las afueras del pueblo.







Con esto ya puedo cerrar lo visto en el mes de mayo, ahora "solamente" queda el material de junio, que por supuesto ha dado bastante de sí y me encontrado con más especies con las que no contaba.


Los picos Reloj y Simancón



lunes, 25 de junio de 2018

Aprovechando el tiempo en el Brazo del Este




Durante el presente curso escolar, que ya ha acabado para los alumnos y el próximo viernes lo hará para mí, me he sentido muy afortunado de poder contar con el paraje natural del Brazo del Este como ocasional zona de pajareo. Desde Prado del Rey no lo tengo mal de distancia y durante todos los meses he ido alguna vez, pocos observadores de aves se resistirían a su generosidad tanto en variedad de especies como en cantidad de ejemplares.

La tarde del 26 de mayo estuve por allí aprovechando que al día siguiente iría a Doñana, disfrutando de ardeidas como la garza imperial (Ardea purpurea), la garceta común (Egretta garzetta) y el martinete (Nycicorax nycticorax).









Estaban en buena compañía junto a espátulas (Platalea leucorodia), moritos (Plegadis falcinellus), calamones (Porphyrio porphyrio) y avocetas (Recurvirostra avosetta). Los meandros del viejo brazo del Guadalquivir y los canales tenían presencia casi constante de alguna de estas especies.








Los campos aledaños no estaban vacíos precisamente. Lavanderas boyeras (Motacilla flava), terreras comunes (Calandrella brachydactyla), alcaravanes (Burhinus oedicnemus) y chorlitejos patinegros (Charadrius alexandrinus) correteaban por los campos de salicornias.









En esos campos está la colonia de cría de canasteras (Glareola pratincola), que cuando están posadas pasan desapercibidas como no emitan sus característicos reclamos parecidos a risitas.








Muy distintas son el vuelo, tremendamente llamativas con sus formas y movimientos de golondrina como adaptación a la captura de insectos en vuelo. También saben ser, además de elgantes, muy belicosas cuando ven pasar cerca a un potencial depredador de polluelos como el milano negro (Milvus migrans), hostigándolo insistentemente. Ante mi presencia optaban por otra estrategia, la de fingirse heridas en el suelo para desviar la atención.







Aparte de milanos vi otras rapaces como el aguilucho cenizo (Circus pygargus) y la culebrera (Circaetus gallicus). Da gusto ver al aguilucho cenizo sabiendo la mala situación que pasan los que crían en campos de cereal, van cuesta abajo en Andalucía...
Con respecto a la culebrera, es bastante habitual ver por este paraje y la vecina Doñana ejemplares jóvenes como el de la foto (segundo o tercer año) al no tener territorio aún.





En los tarajes se veían los llamativos machos del tejedor cabecinegro (Ploceus melanocephalus), especie exótica introducida por el hombre, y entre las cañas se dignaron a dejarse ver los carriceros comunes (Acrocephalus scirpaeus).






Vi de nuevo una pagaza piquirroja (Hydroprogne caspia), un único ejemplar a lo lejos, ha sido curiosa la constante presencia de la especie durante los últimos meses, contrastando con lo tarde que han ido llegando los fumareles cariblancos (Chlidonias hybrida). Esa tarde al fin los vi en buena cantidad y os adelanto que este mes ya los he visto asentados en sus colonias de cría.







Una última vuelta al atardecer por los meandros más escondidos me mostró un grupo de jóvenes flamencos (Phoenicopterus roseus) antes de marcharme pensando en la salida por Doñana de la mañana siguiente.






Antes de marcharme de vuelta a mi Jaén natal al acabar el curso he hecho una salida más por este paraje tan especial para mí, pese a lo abandonado y maltratado que está.
Ya lo veréis en su momento, antes va una buena batería de publicaciones con lo que he hecho a primeros de junio.... y hay de todo.