Esta pasada navidad, aprovechando que estuve por Bailén para pasar los días de vacaciones con mi familia, me acerqué el día 6 de enero a la Sierra de Andújar, que tanto aparecía en los viejos tiempos del blog. Como he comentado en ocasiones anteriores, dejé de acudir con regularidad por culpa de la manía que le he cogido a sus omnipresentes vallados cinegéticos y al mal estado de sus carriles, pero esto último no es problema actualmente desde que conduzco un todoterreno.
Retomé mi vieja costumbre de entrar desde la localidad de Baños de la Encina, con su bonito castillo que siempre me gustó desde niño, y acceder por el embalse del Rumblar a la sierra pasando junto a buenas muestras de monte mediterráneo con encinas, alcornoques y madroños.
Algunas aves vistas durante el recorrido fueron el mochuelo (
Athene noctua), el avión roquero (
Ptyonoprogne rupestris) y la abubilla (
Upupa epops).
Es imposible no ver cérvidos allí, fueron bastantes los avistamientos de ciervos (
Cervus elaphus), aunque sin ningún gran macho adulto, cosa que sí sucedió con los gamos (
Dama dama) al encontrar un grupo de cuatro machos con formidables cornamentas.
Otro plato fuerte de esta sierra es su comunidad de aves rapaces, empezando por los abundantes buitres. En un punto elevado tuve la suerte de que fueran llegando buitres leonados (
Gyps fulvus) y buitres negros (
Aegypius monachus) en busca de térmicas para tomar altura, de manera que los tuve cicleando relativamente cerca durante un buen rato.
Las grandes águilas son las otras estrellas entre las rapaces del parque natural. Al oír unos reclamos de águila imperial (
Aquila adalberti) pensé que vería a una pareja en pleno celo, pero lo que encontré fue a un adulto expulsando de sus dominios a una joven águila real (
Aquila chrysaetos), que se llevó unas buenas tollinas de la imperial.
Disfruté mucho de aquella mañana de tiempo casi primaveral, en un entorno diferente a mis zonas de campeo de la Sierra de Segura. Todo sitio tiene sus pros y contras, Andújar atesora estas buenas representaciones de monte mediterráneo donde crían el águila imperial y el buitre negro, pero a cambio tienes que soportar esto de la última foto: los dichosos vallados. Incluso esto da a entender que la propiedad privada es mucho más importante que el lince ibérico, hay que destacar los espárragos en letra más grande y con un llamativo fondo rojo. ¡En fin!