domingo, 29 de enero de 2017

Una buena salida matutina por la Sierra de Andújar






Esta pasada navidad, aprovechando que estuve por Bailén para pasar los días de vacaciones con mi familia, me acerqué el día 6 de enero a la Sierra de Andújar, que tanto aparecía en los viejos tiempos del blog. Como he comentado en ocasiones anteriores, dejé de acudir con regularidad por culpa de la manía que le he cogido a sus omnipresentes vallados cinegéticos y al mal estado de sus carriles, pero esto último no es problema actualmente desde que conduzco un todoterreno.

Retomé mi vieja costumbre de entrar desde la localidad de Baños de la Encina, con su bonito castillo que siempre me gustó desde niño, y acceder por el embalse del Rumblar a la sierra pasando junto a buenas muestras de monte mediterráneo con encinas, alcornoques y madroños.
Algunas aves vistas durante el recorrido fueron el mochuelo (Athene noctua), el avión roquero (Ptyonoprogne rupestris) y la abubilla (Upupa epops).








Es imposible no ver cérvidos allí, fueron bastantes los avistamientos de ciervos (Cervus elaphus), aunque sin ningún gran macho adulto, cosa que sí sucedió con los gamos (Dama dama) al encontrar un grupo de cuatro machos con formidables cornamentas.











Otro plato fuerte de esta sierra es su comunidad de aves rapaces, empezando por los abundantes buitres. En un punto elevado tuve la suerte de que fueran llegando buitres leonados (Gyps fulvus) y buitres negros (Aegypius monachus) en busca de térmicas para tomar altura, de manera que los tuve cicleando relativamente cerca durante un buen rato.















Las grandes águilas son las otras estrellas entre las rapaces del parque natural. Al oír unos reclamos de águila imperial (Aquila adalberti) pensé que vería a una pareja en pleno celo, pero lo que encontré fue a un adulto expulsando de sus dominios a una joven águila real (Aquila chrysaetos), que se llevó unas buenas tollinas de la imperial.













Disfruté mucho de aquella mañana de tiempo casi primaveral, en un entorno diferente a mis zonas de campeo de la Sierra de Segura. Todo sitio tiene sus pros y contras, Andújar atesora estas buenas representaciones de monte mediterráneo donde crían el águila imperial y el buitre negro, pero a cambio tienes que soportar esto de la última foto: los dichosos vallados. Incluso esto da a entender que la propiedad privada es mucho más importante que el lince ibérico, hay que destacar los espárragos en letra más grande y con un llamativo fondo rojo. ¡En fin!







jueves, 26 de enero de 2017

Anfibios de Jaén





Hace bastante que quedaron atrás las noches lluviosas del otoño en las que me gustaba salir a dar una vuelta por la Sierra de Segura para intentar ver anfibios, pero dejé reservado un lote de fotografías para no publicar lo mismo de manera tan seguida. Ahora mismo sí que viene muy bien para dar variedad en estas semanas durante las que no estoy sacando mucho material con la fabulosa excepción de las grandes excursiones de fin de semana, y viene muy bien recordar a estos bonitos y amenazados animales.

Primero están esas especies más comunes con las que siempre es más frecuente y fácil encontrarse, como el sapo corredor (Bufo calamita), tan clásico de las noches lluviosas, o la ubicua rana común (Pelophylax perezi). Estas especies son tan habituales  que las puedo ver incluso a la entrada del pueblo donde vivo.







En octubre y noviembre han sido numerosas las salamandras (Salamandra salamandra) cerca de sus puntos de reproducción, en mi caso tenía ya bien fichadas algunas fuentes de las localidades de Siles y Orcera, así como también las vi cuando cruzaban peligrosamente las carreteras junto a otro urodelo igualmente precioso como lo es el tritón pigmeo (Triturus pygmaeus) de la primera foto.
Algo que me ha complacido enormemente ha sido ver salamandras muy cerca de donde vivo, en Cortijos Nuevos, y en aldeas como El Ojuelo.
















Otro anfibio muy interesante ha sido el sapo partero bético (Alytes dickhilleni), valioso endemismo ibérico que tiene en este parque natural buena parte de su área de distribución. Después de como se me resistieron hace dos años los ejemplares adultos es una alegría poder verlos al fin. Al igual que con las salamandras, también tengo controlado algún que otro pilón donde crían, así que espero poder toparme alguna noche con un macho portando la puesta.





Hubiese querido sacar durante los recorridos nocturnos otras especies más que aún no he visto en la Sierra de Segura, como el sapillo pintojo, el sapo de espuelas, el sapillo moteado o el gallipato, pero no ha sido así todavía. Al menos con los gallipatos (Pleurodeles waltl) tengo bien fichados los de mi pueblo de origen (Bailén) y puedo enseñaros un ejemplar que vi en diciembre.