Pasamos ya a comentar la vorágine herpetológica del fin de semana del día 15 al 17. El sábado y el domingo se celebró el curso Reptiles y Anfibios de Andalucía organizado por O-live Medioambiente en el P. N. Los Alcornocales (Cádiz), con un ponente de lujo como lo es Raún León (alias Raulophis).
Tuve la suerte de conocer a Raúl en la FIO de Monfragüe y posteriormente acordamos bichear por el parque natural el día anterior al inicio del curso (y porque yo tenía que trabajar, de lo contrario ya hubiera ido antes); encima también estuvieron cinco estudiantes de Biología de la universidad de Granada que a la postre se convirtieron en mi cuadrilla bichera, pasando todas las jornadas de campo junto a ellos desde entonces.
Ya sabréis por el blog que he estado en ocasiones anteriores por Los Alcornocales, dos de ellas concretamente por la zona donde se impartió el curso, en el entorno de Alcalá de los Gazules, así que propuse ir por los lugares que conocí con tan agradables resultados. Fuimos por El Picacho y La Sauceda desde el viernes por la tarde hasta altas horas de la noche, es lo que tiene cuando vas con gente con tanta (o más) pasión como tú por la naturaleza.
Fuimos viendo las primeras especies de la jornada, como los tritones pigmeos (Triturus pygmaeus) en plena fase acuática, culebras viperinas (Natrix maura) y culebrillas ciegas (Blanus mariae).
Precisamente vimos dos culebras de cogulla (Macropotodon brevis), que son depredadores muy específicos de la culebrilla ciega.
En los encharcamientos nadaban larvas de sapillo moteado, sin poder ver ningún adulto, pero sí pudimos en cambio dar con bastantes ejemplares del no menos bonito sapillo pintojo (Discoglossus galganoi).
Pero el verdadero ligoteo llegó al visitar una laguna en plena noche, recibiéndonos el clamor del concierto nocturno de ranitas meridionales (Hyla meridionalis) y ranas comunes (Pelophylax perezi).
Las ranitas con su característico "crrrrrrrrrreeeeeek" (tan diferente del sonido de sus parientes las ranitas de San Antonio) estaban por todos lados, incluso subidas en los afloramientos rocosos de las orillas, pero sobre todo metidas en el agua, algunas de ellas sin perder el tiempo en pleno amplexo.
Os mando desde aquí un fuerte abrazo a Raúl, Rubén, Antonio, Mauri, Yeste y Juanpe, porque fue una auténtica maravilla poder compartir salidas así con gente que lo vive tanto, ¡así da gusto!
Pensaréis que ha faltado hablar más cosas, entre ellas del parque natural en sí, pero decidí dividir esto en tres entradas distintas y la próxima será dedicada al curso tan completo que tuvimos.