Mi novia es maestra jardinera. Esto no quiere decir que tiene habilidades superiores en el manejo de las plantas, sino que se gana la vida educando a las crías de mamíferos de la especie Homo Sapiens(*). A lo mejor "educando" es un concepto algo optimista en estos tiempos, lo máximo a lo que se puede aspirar es a evitar que los pequeños se maten entre ellos. Pero no me hagan empezar.El asunto es que estos cachorros de humano suelen tener padres, y madres. Los padres usualmente están demasiado ocupados trabajando para ocuparse del proceso educativo de los pequeñuelos, así que esta tarea suele ser responsabilidad de las hembras de la especie. Y ellas sí que se ocupan. Una de estas devotas madres tiene un retoño problemático (creo que el término científico para esta categoría es "pendejo hichapelotas", pero no estoy seguro). Como ya no se permite corregir estas personalidades antes de que se conviertan en un caso para la Justicia Penal mediante la aplicación de un oportuno coscorrón, mi novia derivó al niño a la Psicopedagoga, Psicóloga, Psicópata o lo que sea que diga el título de la persona que en las escuelas se ocupa de estos menesteres. Ipso facto la progenitora vino como una tromba a quejarse de tamaña abominación, anunciando orgullosa que había llevado a su hijo al homeópata y este le había revelado que su heredero era un niño índigo.El solo hecho de exponer a un inocente a las patrañas de una pseudociencia como la homeopatía (ver este artículo) me dice bastante sobre la clase de madre que es esa señora, pero que además se crea la paparruchada de los niños índigo la pone en una categoría de las que más detesto: es una tilinga y una ignorante.¿Pero qué demonios es un niño índigo? A eso vamos.Según la Wikipedia, el origen de esta idiotez New Age es el siguiente:
En el año de 1982, la parapsicóloga (empezamos mal)
Nancy Ann Tappe afirma que desarrolló un sistema para clasificar los seres humanos de acuerdo al color de su aura espiritual. En su libro: "Understanding your life through color" hace un estudio de lo que ella llama "los colores de la vida". Según Tappe, cada persona posee un cierto color en su aura en función de su personalidad e inclinaciones.En el caso de los llamados niños índigo, los creyentes afirman que su aura tiende a mostrar colores añiles o azules, lo cual creen manifiesta un nivel espiritual más avanzado.La citada Nancy Ann Tappe dice haber detectado bajo su método, que las auras de color "índigo" comenzaron a aparecer primordialmente en la década de los 80's del siglo XX y que tienen una tendencia a proliferar. De allí la idea que tales infantes tienen algún rol transformador en la sociedad en el futuro cercano."Los Niños índigo, como su nombre lo sugiere, no son Niños azules, sino que se les denomina así porque su aura, o campo energético, tiende a reflejarse dentro de los colores añiles, azules, manifestando la utilización de centros energéticos superiores", asegura Maria Dolores Paoli, especialista en Psicoespiritualidad (después de terminarse la cuarta botella de vino, supongo yo).
María Dolores es venezolana ,"Psicólogo Transpersonal", "Terapeuta en constelaciones familiares", "Escritora" e "Investigadora", y Autora del Libro: "Niños Indigos Nuevo Paso en la Evolución". Tomá. Su tarjeta de visita debe ser plegable.
Pero esta señora no inventó el disparate, solamente aprovechó el curro para escribir un libro (de todas formas la voy a citar varias veces, porque les aseguro que sus afirmaciones no tienen desperdicio).
No se puede leer un párrafo completo sobre el tema sin encontrar patadas a la ciencia, empezando por el concepto de
aura espiritual. El
aura o aureola supuestamente es un reflejo de una
energía sobrenatural o
energía vital que tienen los humanos. Es curioso como los charlatanes siempre incluyan alguna clase de "energía" en sus desvaríos. Lo que no parece preocuparles es que energía no es un concepto espiritual o místico sino físico, y como tal puede ser medida, si existe. Y vaya, nunca, pero nunca, ni una sola vez, pudo medirse utilizando el riguroso método científico cosa alguna que pueda ser identificada como
el aura. Los cultores de las ignorancia afirman que pueden verla. Aquí les tengo que dar la razón, en este preciso momento estoy viendo la aureola que dejó en mi corbata preferida una mancha de salsa de tomates.
Pero no me hagan caso, yo soy un inmundo escéptico de mente cerrada (a la estupidez). Claro que no puedo ver
el aura en esas condiciones. A lo mejor puedo detectar uno de estos
seres de luz de otra forma...por suerte viene a ayudarme doña María Dolores :
"...estos muchachos tienen la capacidad de ver mas allá de los espectros de la Luz, escuchar todo tipo de sonidos, incluso su propio fluido sanguíneo, y denotan una destacada hipersensibilidad táctil". Ya está. Le pregunto a la pequeña alimaña que me está mordiendo la pantorrilla si escucha correr la sangre por sus venas y listo. Es un pitufo, digo un índigo.
¿Y si con eso no me alcanza? A lo mejor la bestezuela no desarrolló todavía ese don especial. A no desesperarse.
"se les adjudican grandes dosis de intuición, que se demuestra en el desarrollo de la telepatía, cualidades para predecir el futuro, y hasta reconocer la presencia de seres etéreos como hadas y duendes a su alrededor. Además, algunos menores llegan al mundo con el don de la sanación", dice María Dolores sin que se le mueva un pelo. Ahora sí. Si le pregunto qué estoy pensando y el párvulo me contesta que en darle una patada en las encías, es índigo, aunque no me va a quedar claro si lo dijo por intuición o telepatía. Y si ve duendes no lo mando al psiquiatra ni a un instituto de rehabilitación, que eso es perfectamente normal, caramba.
¡Ay, ay, ay, las cosas que hay que leer!
Pero no vayan a creer que todo termina ahí. Qué va. Se nos dice alegremente que "
Científicamente ya tenemos confirmación del cambio que aportan estos chicos, manifestándose en la activación de 4 códigos más en el ADN. Lo normal en los humanos es tener 4 núcleos que, combinados en sets de 3, producen 64 patrones diferentes, llamados códigos. Los humanos tenemos 20 de esos códigos activados que proporcionan toda la información genética. Exceptuando 3 códigos, que son los códigos de arrancar y parar como si fuese una computadora"Qué maravilla. Habría que pedirles a estos divulgadores de la estupidez que no usen las palabras "ciencia" o "científicamente". Yo me siento ofendido cuando leo tamaños dislates, imagínense lo que debe sentir un hombre de ciencias con todas las letras. Aparte de los errores conceptuales sobre la estructura del ADN y el código genético humano (las combinaciones de los codones son 64 en lugar de 20, mientras que los ácidos nucleicos son dos y no cuatro) lo que se nos afirma ahí es que los índigos son seres humanos con un ADN diferente al de los seres humanos. ¡Entonces
no serían seres humanos , caranchos! Y no podrían nacer de seres humanos.
Hay muchas más afirmaciones disparatadas sobre estos
seres especiales (si les interesa al final de este artículo están las fuentes de donde saqué el material para este artículo), pero a modo de muestra lean esto:
"...en 1999 esta nueva raza ya abarcaba el 80% de la población infantil mundial"; "...los niños índigos nacen con un potencial de activación de cuatro códigos más, que se denota en un claro fortalecimiento del sistema inmunológico".A ver, señores vendedores de elixir y propagadores de la pseudociencia, si esto fuera cierto, ¿no creen que de pronto se habría notado un marcado cambio en los indicadores de salud a nivel mundial? Digo, si un 80% de la población mundial infantil viene con un sistema inmunológico extraordinariamente eficiente, esto debería haber movido aunque sea un poco las estadísticas, ¿verdad?.
Esta es de lo más bonita: Isabel Stelling en “Kryon y los Niños Índigo” dice
“Gran parte de la información acerca de los Niños Índigo fue transmitida telepáticamente o canalizada por una entidad, nunca encarnada en la Tierra, que se llama Kryon.”; “Kryon es una gentil y amorosa entidad que se encuentra actualmente en la Tierra desde el año de 1991, para ayudar a movernos hacia la alta energía de lo que llamamos “La Nueva Era”."Me rindo. Si usted todavía tiene dudas, me rindo. Vaya a su homeópata preferido, hágase tirar el Tarot, cómprese 20 amuletos, canalice entidades extraterrestres y duerma abajo de una pirámide, yo me voy.
A pesar de lo que les gusta afirmar a estos propaladores de la estulticia, no hay ninguna forma de diferenciar a un ser humano de otro desde el punto de vista biológico. Es por eso que el racismo es una estupidez y una muestra de ignorancia. Pretender que existe una "raza nueva", "superior", "luminosa" es además una idea bastante peligrosa.
Para finalizar, un test que propone mi amiga María Dolores para ver si el tierno fruto de su amor es un o de estos niños que vienen a salvarnos a todos (disculpen, pero no pude resistir la tentación de añadir mis comentarios debajo de cada pregunta):
Es su hijo un Niño Indigo?Para descubrirlo, hágase estas preguntas:
1. ¿Vino su hijo al mundo con un sentido de realeza y actúa como tal?Mirá nene, por más que seas hijo del Rey de Noruega, lo mismo vas a tender tu cama. Y además yo sería un cornudo. Después voy a hablar con tu mamá.
2. ¿Tiene un sentimiento de merecer estar aquí y ahora?En realidad él dice que merece estar en Disney World, mañana a la mañana.
3. ¿Tiene un evidente sentido de identidad?Tiene un DNI.
4. ¿Tiene dificultades con la disciplina y la autoridad?Sí, es un hichapelotas.
5. ¿Se rehúsa a hacer ciertas cosas que se le ordenan?Sí, pero a la tercera patada entra en razones.
6. ¿Es para su hijo una tortura esperar haciendo colas?Sí, ¿cómo adivinó? Eso es raro, ¿no? ¡Si a todo el mundo le encanta hacer colas!
7. ¿Se siente frustrado hacia sistemas estructurados y rutinarios que requieren poca creatividad?Ya le dije, es un hinchapelotas.
8. ¿Encuentra mejores maneras de hacer las cosas que las que les sugieren en la casa o la escuela?En realidad encuentra maneras de no hacer las cosas.
9. ¿Es su hijo un inconformista?No, es un hinchapelotas.
10. ¿Se rehúsa a responder a la manipulación o el manejo mediante el uso de la culpa?Sí, a veces se rehúsa a responder, invocando la 5ta enmienda y pidiendo un abogado. Le voy a sacar la tele del cuarto.
11. ¿Se aburre fácilmente con las tareas que se le asignan?¡Yo me aburro todo el día en el trabajo! ¿Soy un viejo índigo? Me dicen que soy más bien verde, pero qué saben esas...
12. ¿Tiene síntomas de Desorden de Atención o hiperactividad?A ver si me entiende: es un hin-cha-pe-lo-tas. ¿En qué hablo, yo?
13. ¿Muestra capacidad intuitiva?Cuando me acerco con la chancleta en la mano sale disparando, así que me parece que sí.
14. ¿Es particularmente creativo?Sí, todo el tiempo crea problemas.
15. ¿Demuestra empatía o preocupación por los demás?Lo único que le preocupa es que si no pasa de grado no le compro la Play Station.
16. ¿Desarrollo pensamiento abstracto a muy temprana edad?Desconozco. Yo con él trato de ser muy concreto.
17. ¿Es muy inteligente y/o dotado?Es un vago y un atorrante.
18. ¿Ha descubierto su hijo la disposición a soñar despierto?Se queda hasta cualquier hora buscando pornografía en Internet y a la mañana no se puede levantar para ir a la escuela. ¿Eso cuenta?
19. ¿Tiene su hijo una mirada profunda y sabia?En realidad es medio bizco.
20. ¿Manifiesta pensamientos o conceptos espirituales con naturalidad?Qué va, el niño es un ladrillo con pelos. Lo único que manifiesta con naturalidad son gases.
Si Usted ha respondido afirmativamente a por lo menos 10 de estas preguntas, el o ella probablemente sea un Indigo. Si son más de 15 respuestas positivas, casi definitivamente lo es.Conclusión
Estimadísimo lector, si llegaste hasta aquí es probable que seas una de esas personas que ejercen el pensamiento crítico y no se llevan bien con la pseudociencias y las estupideces sin fundamentos. Por eso, si tu hijo algún día quiere justificar sus tropelías diciendo que es un niño índigo, lo mejor que puede hacer es dejarlo morado a coscorrones (es un chiste, es un chiste, es un chiste).
Buenas noches