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lunes, 30 de abril de 2007

Golf


Tal vez para el observador ocasional el golf pueda parecer un juego de lo más aburrido, donde unas personas ridículamente equipadas le pegan con unos palos que parecen especialmente mal diseñados para la tarea a unas pelotitas con el aparente propósito de meterlas en unos agujeros que están en unos parque enormes con un césped antinaturalmente cuidado. Para el jugador en cambio...es igual, salvo por lo de aburrido.



Seguramente muchos de ustedes ya habrán dejado de leer. Bueno, aprovecho para decirles que son feos y tienen tierrita debajo de las uñas. Para el resto, déjenme decirles que antes de practicarlo el golf me parecía un deporte de lo más tonto, propio de viejos, gorditos,y pelados .

Pero el tiempo pasó y reunidas dos de las tres condiciones me decidí a ver de qué se trataba el dichoso jueguito, y la verdad es que me gustó. No me he convertido todavía en un fanático sin remedio, pero confieso que si un fin de semana llueve o tengo algo que hacer que me impida andar por el campo dándole a la pelotita, me molesta bastante.

¿Pero qué tiene de atractivo eso de meter la pelotita en el agujerito? Es difícil de explicar a un espectador no aficionado. Tal vez el hecho de que durante una vuelta de golf, el tener que concentrarse en el juego hace que uno se olvide completamente de todo lo demás. Ya sea que se trate de una vuelta corta de 9 hoyos, o una completa de 18, pueden ser 2 o 4 horas de completa evasión, donde el mundo es un parque arbolado en el que la gente es respetuosa y amable, la cortesía es norma y la cordialidad es el lenguaje común. Y es que en el golf hay cientos de reglas escritas, pero también formas tácitas que nos remiten a unos tiempos en donde la gente no se atropellaba ni estaba al acecho para sacar ventaja.

Claro que hay inadaptados. Claro que hay tipos que se pirran en el protocolo y molestan a los demás, no ceden el paso cuando corresponde, y hacen menos disfrutable la experiencia. Pero allí estarán el marshall o el capitán de la cancha, persuadiendo al desubicado para que cambie su actitud o proceda a retirarse.

En el golf, si se juega como corresponde, uno no puede hacer nada para perjudicar a su oponente. En realidad se juega contra el trazado de la cancha y si se quiere contra las propias limitaciones. Es por eso que ante un tiro especialmente bien ejecutado, los ocasionales rivales felicitarán al jugador, y ante una ignominiosa "papa", simplemente ignorarán el gazapo o impartirán un consejo totalmente desprovisto de sorna (me parece que levantaste la cabeza en el momento del impacto, por eso le pegaste arriba). Se considera de horrible mal gusto burlarse del principiante, porque la misma dificultad de la técnica hace que hasta al más experimentado se le escape un golpe en falso de vez en cuando.

Se dirá que no hay pasión, no hay gritos y barras de simpatizantes alborotando con cánticos en los torneos de golf. Esto es tan cierto que cuando un profesional va a pegarle, hay asistentes que levantan carteles que dicen "silencio" y "quietos" para indicarle al público que no debe hacer nada que distraiga al jugador concentrado en su próximo swing. ¿Aburrido?. Cuestión de opiniones. A mí me aburre el fútbol, si vamos al caso.

De todas formas, comprendo el prejuicio que contra el golf tienen muchas personas. No hay manera de entender qué demonios tiene este deporte para enganchar tanto a los aficionados que hasta les mienten a sus esposas para escaparse a las canchas, a menos que se pruebe. Incluso así puede que no les guste.

Pero les aseguro que un atardecer de primavera en la cancha con un par de buenos amigos jugándose unas cervezas al final de la vuelta es un placer finísimo, sosegado, sin histerias ni prisas, que se disfruta con alegría pero sin desbordes, con el sosiego que necesita un buen libro o un vino delicado.

Ojalá lo hubiera descubierto mucho antes.


Buenas noches


miércoles, 25 de abril de 2007

La tecnología no avanza nada


Ya estoy harto de leer y escuchar a gente que se maravilla de lo mucho que ha avanzado la tecnología en estos años. Que la computación, que el teléfono celular, que la Internet, que bla, bla, bla. Paparruchadas. Sí, leyeron bien: paparruchadas. A ver si es un gran adelanto que cualquier salame con tiempo libre nos pueda ubicar en cualquier momento y lugar para llamarnos y molestarnos y distraernos de cosas importantes, como cortarnos las uñas de los pies. O que un gaznápiro como yo pueda escribir las tonterías que se le ocurren y un señor que vive en, digamos Finlandia, las pueda leer al instante. Como si hiciera falta, caranchos. No, señores, la tecnología ha desviado el camino, está perdiendo el tiempo fabricando fruslerías, y se ha quedado dormida en las cosas que la gente realmente quiere:

-¿Donde está el transportador de Viaje a las Estrellas?. Yo quiero meterme en una cabina en mi casa y aparecer acto seguido en mi oficina, ahorrándome el tránsito, los baches y el hecho de ver gente fea caminando por las calles. Además podría usar el transportador para enviar individuos molestos al espacio exterior. Claro que por precaución yo no entraría a la cabina con alguien que no fuera de mi absoluta confianza en los controles, me dijeron que por ahí hay personas a las cuales no le caigo bien. Lo sé, lo sé, parece increíble, pero hay gente para todo.
El hecho es que todavía no hay transportador. Lo máximo que hicieron hasta ahora fue teletransportar un fotón de un lado al otro del Danubio. ¡Un fotón! Uhhhh....qué impresionante...No, si no les quito mérito, que debe haber sido dificilísimo, pero avísenme si hacen algo un poquito más útil. Llámenme cuando consigan, no se, teletransportar un chorizo.

-Ya que no me van a teletransportar, ¿dónde están esas veredas móviles que nos evitarían caminar a cualquier lado?. Hasta ahora en el único lugar que he visto eso es en algunos aeropuertos, pero no me sirve de mucho si en lugar de abordar un avión lo que yo quiero es ir al cine. Lo peor de todo es que la tecnología para hacer esto ya existe, pero no la quieren aplicar. Seguramente es por presión de los fabricantes de calzado: si la gente no camina con un par de zapatos le alcanzaría para toda la vida. Y ahí voy yo, caminando y pisando excrementos de perro.

-Y si volvemos con Viaje a las Estrellas, para cuándo la holocubierta, ¿eh?. Si usted no es lo suficientemente geek como para saber qué es una holocubierta, le explico: para relajarse de las tensiones que debe producir el hecho de tener que salvar al Universo en cada capítulo, los afortunados tripulantes del Enterprise tienen una especie de sala de realidad virtual. Nada más le dicen a la computadora: "Quiero ir a las Bermudas con Angelina Jolie y su clon" y ahí están disfrutando como indios de una simulación que la única diferencia que tiene con la vida real es que es un millón de veces mejor (hasta que alguien los interrumpe con una emergencia, pero yo no vivo en el Enterprise ni tengo que salvar al Universo, así que esperen). No tenemos nada de eso, nada que se le parezca ni un poquito. Que nadie me venga a hablar de Second Life, que eso es a la holocubierta lo que la rueda a una jirafa. Esperen, creo que la analogía no fue muy buena. Bah, ustedes me entienden. Sigo esperando mi holocubierta, aunque eso signifique que el día que entre ahí, sea la última vez que alguien me vea con vida. Y que para mi funeral un cirujano tenga que borrarle la sonrisa del rostro a mi cadáver.

-Sigo con Viaje a las Estrellas, porque ahora que lo pienso no he visto series donde tengan las cosas incómodas de la vida mejor resueltas. Los tipos se van a una especie de agujero en la pared de su camarote y dicen: "Computadora, pollo al horno con papitas españolas" y al instante les sale el plato humeante y sabroso. Replicador, se llama el aparato. Nada de pelar papas, nada de ensuciar cacerolas, nada de esperar que se cocine y nada de que les salga crudo o incinerado. Encima ellos pueden elegir platillos de un montón de planetas, pero yo me conformaría con lo que nos da la buena Tierra. No me van a decir que soy melindroso. Hoy, a lo sumo podemos pedir empanadas por teléfono. A ver, señores científicos, ¿dónde está mi replicador?¿qué estamos esperando? ¿La carroza?.

Ya saben, señores del Instituto tecnológico de Nosedónde, pueden dejar de investigar cómo hacer fantásticos cepillos de dientes, jabón en polvo que se come las manchas y maquinitas que hacen música. No me importa si inventan un televisor hecho a base de cáscaras de maní, un auto que funcione con pedos o un carrito de supermercado que haga las compras solo (en realidad este último no me molestaría, aunque no se para qué me serviría si tuviera el transportador que me mandara los chorizos a casa). Pónganse a trabajar en serio, caramba. Que ya me estoy cansando de comer empanadas frías, caminar a todas partes y vivir todo el día en el mundo real.

Buenas noches.

viernes, 2 de marzo de 2007

La risa, remedio infalible



Una de las secciones fijas de la revista Selecciones de Reader's Digest era "La risa, remedio infalible", que contenía algunos chistes más bien sosos. Pero no es a esta revista a lo que me voy a referir en este artículo, al que titulé de esa manera porque no se me ocurrió otra.

Una expresión muy común (o quizás no tan común en estos tiempos en que se habla y se escribe tan horriblemente) es desternillarse de risa. Se refiere a que si uno se ríe muy, pero muy fuerte, podría romperse las ternillas, cartílagos que mantienen unidas a las costillas. Hay quien dice descostillarse de risa, que aunque menos usado es también correcto. Escuché alguna vez a un ígnaro diciendo destornillarse de risa, y a menos que los tornillos sean parte constitutiva del cuerpo de alguien, esto es poco más o menos que una animalada. Está bien, puede ser que usted sea un cyborg, en ese caso queda disculpado. No, no me venga con que a los 12 años se rompió la pierna y le pusieron un tornillo en el peroné, que ese no se le va a salir si se ríe. No insista.Que no. Destornillarse de risa no tiene sentido, ¿me oye?

Si algo nos hizo reír mucho, podemos decir que fue desopilante. Suponemos que algo desopilante tiene precisamente la propiedad de desopilar, del mismo modo que algo desinflamante justamente sirve para desinflamar. Ahora bien, sabemos qué significa que algo esté inflamado, ¿pero qué es algo que está opilado? Nuestro buen amigo el Diccionario de la Real Acadmia Española, en su vigésima primera edición nos dice que una opilación es :

a) Una obstrucción en general.
b) La supresión del flujo menstrual (amenorrea).
c) Acumulación del humor seroso en el cuerpo, hidropesía.

No hemos sabido de mujeres cuyo flujo menstrual se encontraba suprimido que hayan salido de pronto a comprar toallitas higiénicas o tampones luego de reírse a carcajadas.
Tampoco vimos a los doctores contando chistes a sus pacientes con hidropesía (con la probable excepción de Patch Adams ).
De manera que nos queda lo de la obstrucción.
Aquí tampoco tenemos referencia alguna a métodos para desatascar tuberías de agua o inodoros que consistan en reírse mucho o mejor aún hacer reír mucho al inodoro.
Entonces ¿de qué obstrucción estamos hablando? Un simple proceso de eliminación nos lleva a una obstrucción que se haya producido en el propio cuerpo. ¿Y qué es lo que se obstruye con más frecuencia en un humano promedio sin matarlo, al menos no en pocos minutos?. En efecto.
De manera que si usted se comió una horma entera de queso sardo y como resultado sus intestinos están más taponados que una botella de sidra barata, usted está evidentemente opilado, y necesita algún agente desopilante para encontrar la solución a su predicamento. No, nada de Activia y esas porquerías. Véase una película de los Monty Python y santo remedio.
¿Pero qué le sucede a alguien que no sufre ninguna opilación y de todas formas ve, escucha o lee algo que es desopilante ?
Podemos deducirlo fácilmente:

Se caga de risa.

Buenas noches.

jueves, 15 de febrero de 2007

Pequeño homenaje a todos los que de una u otra manera

Amanezco con el cuerpo adolorido, la boca pastosa y una jaqueca de campeonato. A través de la niebla espesa del exceso culinario de la noche anterior, trato de recordar qué había pasado. No lo logro del todo. En el refrigerador, apenas una jarra de agua con un limón partido al medio. Decido desayunar en el Roxy. Me dedico a observar a los parroquianos, mezcla de oficinistas y sospechosos habituales: el que pasó la noche fuera de casa y junta coraje para enfrentar a la esposa, el que revisa mentalemente los detalles de un negocio turbio.

Llego tarde al trabajo. La recepcionista me saluda con una inclinación de cabeza, produciendo toda clase de sonidos al sacudir las numerosas piezas de su recargada bijou, y luego sigue aporreando frenéticamente el teclado de su computadora. Me pregunto que escribirá. ¿Su diario íntimo? "Diarios de una Chumina", se debería llamar. Si será guarra.

Jack, el jefe, me encara por haber llegado (otra vez) fuera de horario. "Es que el subte viene lleno", le contesto , y lo dejo protestando.

Me siento en mi cubículo y me dispongo a clasificar los 200 mensajes que tengo pendientes. Por suerte casi todo es spam, y las numerosas ofertas de agrandar mi pene, conseguir un título de posgrado sin estudiar e invertir en Korochi Industrias van a parar a la ciber-nada en pocos minutos. Odio el spam, pero al mismo tiempo es una cosas de esas que no puedo creer que lo hayan inventado. Indudablemente, el mundo está loco.

Cerca del mediodía desde la ventana se ve el cielo que parece pintado con tinta china. Van a caer sapos y culebras. Pasa Gabriela y le señalo el espectáculo haciendo un gesto abarcativo "The sky..for you", le digo, y Gaby sonríe y el cielo parece menos oscuro. De todas maneras, me parece que no voy a salir a almorzar.

Ya son las 4 y no hice nada útil desde que llegué. No me gusta perder el día, así que decido ir a a molestar a alguien. Escucho una discusión, y allí me dirijo, mientras me digo a mí mismo :"aburrimiento, adiós""¡Galón son cuatro litros!" grita uno, y ahí me ve llegar "Mirá que justo ahí viene Bugman, que sabe, decile, Bugman, decile cuántos litros es un galón". Lo pienso un momento y le digo: "Tres litros y medio". "¡Pero si ayer me dijiste cuatro!" "Ayer no pensaba lo mismo", contesto, y me voy. Me encanta desconcertarlos.

Sigo recorriendo la oficina, y al pasar le robo una magdalena a la recepcionista que está distraída resolviendo un crucigrama. Me mira y me pregunta "¿Cómo se llama la mariposa de la tormentas?". Esa me la sé, es Papilio Tempestae, (de alguna manera me las arreglo para tener en la cabeza una enorme cantidad de conocimiento curioso pero inútil) pero le digo que ni idea. Que se estruje la pensadera, caramba.

Sale el jefe y me grita "Bugman, la campaña para Mac Pay, ¿en qué anda eso?" "En marcha, mañana le muestro", contesto y miento. No tengo la más mínima idea de qué hacer con eso. Ultimamente se me ocurren menos ideas para publicidad que formas de hacerme el nudo de la corbata. Esta especie de bloqueo ya lleva días y días. Lo peor es que ni uso corbata. Es la decadencia del ingenio, tarde o temprano nos agarra y no nos suelta.Voy a ver si pienso algo, espero que me visite la musa. Bueno, mañana me someteré a la jodida crítica de Jack.

Virginia pasa diciendo que vió una película que se llama Memoirs of a Lencha, y que la dejó pensando. Yo creo que no tiene nada que pensar, pero bueno, allá ella.

Viendo que la observación y seguimiento de mis compañeros de oficina no puede proporcionarme más entretenimiento, me siento en mi escritorio y pongo cara de estar pensando en algo importante para que nadie me moleste, pero no lo logro . Se me acerca Rodríguez, analista aficionado de todo lo que se le ocurra y me mira. Trato de ignorarlo poniendo más cara de pensador, pero es tenaz. Al final hago contacto visual y me preparo para recibir un par de lecciones no solicitadas sobre cualquier tema. Pero tengo suerte, el tipo duda, se queda en blanco, balbucea "¿Qué te iba a decir?". Y al final se va. Una pequeña victoria.

A las 6 me voy. Llueve a cántaros, y yo no llevo paraguas, las personas que llevan paraguas me parecen detestables. Llego a casa empapado, pero no me importa. ¿Caramba, dónde dejé las llaves? Las encuentro en el bolsillo interior del saco después de haberlas buscado debajo de cada piedra durante diez minutos. Y todo bajo la lluvia.

Un rato después ya estoy seco y sentado en mi sillón favorito, que no tiene más remedio que serlo en virtud de ser el único que poseo. ¿Le di de comer al pececito esta mañana? No me acuerdo. Le pregunto pero él como todo pececito tropical decente, no habla. Le doy de comer de todas maneras, si revienta él se la buscó. A veces me parece que me mira como censurándome. A veces creo que si le preguntara "¿Qué estás mirando?", el me respondería "Nada. Estoy viendo otra vida desperdiciada".


Buenas noches.

jueves, 11 de enero de 2007

Nuevas leyes de tránsito



Hace apenas cuatro añitos yo obtenía mi registro de conductor, al mismo tiempo que me compraba mi primer automóvil. Para rendir el correspondiente examen, me preparé a conciencia y estudié las Leyes de Tránsito de mi país. Pero con el correr del tiempo empecé a sospechar que algo estaba mal. En las calles de Buenos Aires los automovilistas no conducen como si esas leyes fueran válidas. Decidí enviar al Equipo de Investigación a hacer lo que les pago por hacer. Quise que el estudio fuera del tipo ciego, es decir, en vez de comparar el comportamiento de la gente con la letra de las leyes, un observador objetivo que desconociera las normas debía relevar las conductas y luego deducir cuáles deberían ser las regulaciones que explicaran los procederes. (Acudí para esto a un monje loco que vive dentro de un tonel de vino, que suelo contratar en estas ocasiones). Luego de unos meses, sus conclusiones fueron las que siguen:

-La calle es suya, solamente usted tiene derecho a circular por ella. Los demás conductores tienen la obligación de saber esto y hacerse a un lado, siempre.

-Los espejos retrovisores sirven para retocarse el maquillaje, revisar si se tiene comida entre los dientes y dotar al vehículo de un mejor perfil aerodinámico. Utilizarlos para ver a los vehículos que vienen detrás es de pusilánimes.

-La distancia que se debe guardar con el vehículo que viene adelante no tiene nada que ver con la posibilidad de un choque. Es de buen tono acercarse al mismo tanto como sea posible sin tocarlo, especialmente si usted conduce un camión, un ómnibus o una camioneta gigantesca.

-Los peatones son formas de vida basadas en el carbono, que están estructuralmente poco reforzados. Su peso promedio es de unos 75 kilogramos. Usted conduce una máquina de más de una tonelada compuesta en gran parte de acero. Los resultados de una colisión son evidentes. De manera que puede perfectamente ignorarlos.

-Las luces de giro son unos artilugios decorativos que los del departamento de marketing de las compañías fabricantes de automóviles les ponen porque quedan bonitas cuando parpadean alegremente. No tienen otra utilidad. No es necesario encenderlas cuando se va a girar (recuerde, la calle es suya). Si un vehículo cercano las utiliza, tampoco es que ustede deba dejarle el paso para que gire. Lo que ocurre es que el conductor quiere presumir de lo hermosas que son sus lucecitas.

-Las luces intermitentes (balizas), en cambio, le dan a usted el derecho a detenerse en cualquier lugar y momento y dejar el vehículo detenido en medio de la calle mientras, por ejemplo, se compra una revista, acude a una audiencia judicial o toma clases de ikebana.

-El vehículo de mayor tonelaje tiene derecho sobre el de menor tonelaje en cualquier circunstancia. Simple sentido común.

-En una bocacalle, el derecho de paso lo tiene usted. Siempre.

-Mantener las dos manos sobre el volante es propio de gentes sin carácter y de viejtos impotentes. Conduzca con una sola mano y con la otra hable por teléfono celular, fume, moleste a su acompañante, tome café, coma spaghettis, reparta sopapos entre los niños revoltosos o complete un crucigrama. Esto está particularmente recomendado en Argentina, donde por una cuestión cultural la mayoría de los automóviles tienen cajas de velocidades manuales.

-Las señales que indican velocidad máxima están puestas para que los pájaros hagan allí sus nidos.

-Si usted está esperando que cambie la luz del semáforo y tiene un vehículo adelante, el tiempo máximo que se debe esperar desde la luz verde hasta ponerse tocar bocina furiosamente es de una décima de segundo. Sin embargo, si el vehículo que está primero en la fila del semáforo es el que usted conduce, puede irritarse por la bocina del impaciente que viene atrás y demorarse a propósito para enfurecerlo.

-Es lícito empujar con su vehículo a otro que está estacionado a fin de aumentar el espacio disponible para su propio estacionamiento. Si el conductor del otro vehículo no quisiera que le abollaran el paragolpes, debería haber ido a un estacionamiento pago.

-Las líneas pintadas en las calles no indican carriles ni nada de eso. Las pintan porque quedan lindas, y probablemente porque haya todo un negocio detrás de eso (en el que probablemente estén involucrados escribanos).

-Los ciclistas son una ilusión óptica.

-La bocina de su vehículo tiene poderes mágicos. Sirve para hacer desaparecer los embotellamientos de tránsito, cambiar el color de los semáforos, hacer que las mujeres bonitas se fijen en usted, corregir las conductas imprudentes de los demás automovilistas y poner de un humor excelente a todos a cien metros a la redonda. Siempre que la utilice usted. Los otros conductores tocan la bocina porque son unos desconsiderados, impacientes, molestos y maleducados.


Buenas noches.

jueves, 16 de noviembre de 2006

A vos cómo te dicen

Hace poco hablábamos de nombres , y releyendo ese artículo (sí, algunas veces me leo a mí mismo, cuán loco debo estar) se me ocurrió que en realidad cuando llegamos a tener cierto grado de confianza con las personas, ya no los llamamos como sus padres les pusieron. Claro que hay excepciones, por ejemplo en mi familia a los varones nos llamaban por nuestros nombres completos, y más de una vez al escuchar que alguien gritaba "¡Ricardo Alfredo!" * en mi casa paterna mis amigos me preguntaban si estábamos filmando un capítulo de una telenovela mexicana. Pero me estoy desviando del tema, como de costumbre.

Costumbre es, casualmente, asignarle apelativos, sobrenombres, remoquetes a la gente que conocemos más o menos bien.

Algunos son simples, cariñosos y derivados del nombre, como Gaby por Gabriel o Gabriela, Pepe por José, Tito por Alberto o Roberto, Mary por María, y así. Con el tiempo esto parece no ser suficiente y pasamos a Gabyta, Pepito, Titito. Es particularmente raro cuando nos dicen "vení que te presento a mi hermano, Titito" y resulta que el sujeto es una especie de levantador de pesas húngaro de dos metros de altura que en el preciso momento del contacto se está comiendo un pollo entero. Vivo.
También están los sobrenombres que se derivan de una característica física evidente, y esos a veces no son tan cariñosos. Tenemos Gordo, Dogor, Petiso, Flaco, Lungo, Pelado y aumentando un poco el ingenio y la mala leche, Pata de catre, Domador de inodoros, Tarzán de maceta, Cabeza de rodilla, Cara con manija.

En ocasiones, el apelativo se debe a una anécdota infantil y acompaña al individuo toda su vida, y también hay casos donde nadie sabe por qué le dicen como le dicen a alguien, ni siquiera el portador del sobrenombre. Hay un cuento de Fontanarrosa que relata la historia de uno de estos rebautizados inopinadamente, al que decían Penani y las investigaciones sobre el origen del remoquete daban un resultado inesperado. Lean a Fotanarrosa, que él lo escribe mejor.

Cuando el público descubrió Internet y dejó de ser una cosa reservada a académicos y gente rara, surgió la necesidad de identificarse y al mismo tiempo conservar cierta privacidad, que uno ya no sabe con quién está tratando. Y así nacieron los nicknames o nicks, que no son otra cosa que alias de uno mismo. Aquí yo soy Bugman, sin ir más lejos. La diferencia con los sobrenombres es que los nicks los elije uno mismo, y hay de todo, desde el sencillo Carlitos hasta cosas tan poco prácticas como supercastro89#mux_gandalf_77stmboli. A veces estos alias derivan en verdaderos sobrenombres y ya que no nos fuimos lejos nos quedamos cerca y tenemos que a mí (Bugman) algunas personas me dicen Buguerto, que es horrible pero debo reconocer que es la mar de original. (Adelante, hagan una búsqueda de Buguerto en Google. Todos los resultados se refieren a mí).

A lo largo de los años he tenido varios sobrenombres, y si bien algunos no me gustaron mucho, tampoco fueron demasiado indignos (claro que no se cómo me llaman mis empleados a mis espaldas, pero por lo que escuché parece que nunca fueron más allá de pelado loco, que no me molesta para nada).

Sin embargo hay una clase de sobrenombres que me hacen sentir realmente tonto, los rechazo de plano y no me los dejo poner ni se los pongo a otros. Me refiero a esos nombrecitos ridículos y vergonzantes que algunas parejas se regalan graciosamente. Vamos, ustedes saben a qué me refiero. Usted señor, que se revuelve incómodo en su silla, confiese, ¿no es cierto que su novia le dice cucuruchito y usted le contesta con caramelito de frutilla?. Gente grande, caramba. Imagínense que su esposa, novia, pareja o amante lo llama al trabajo y en vez de preguntar por el ingeniero Rodríguez dice impunemente a su secretaria "¿está mi osito cariñosito?". Ya lo quiero ver cuando la noticia llegue a los oídos de sus compañeros. Una vez me pasó. Un empleado, rudo técnico de mantenimiento, atendió el teléfono y me dijo "............(complete la línea de puntos con un sobrenombre meloso y horrible), te llaman". Atendí la llamada, y luego con toda calma le dije al chistoso "Solamente dos clases de personas me pueden llamar ............. Mis superiores, y quienes duermen conmigo. Estás pensando en enrolarte en alguna de esas dos categorías?". Por suerte para mí, el comediante no estaba lo suficientemente preparado para ser mi jefe, y ninguno de los dos tenía interés en abandonar una vida dedicada a la heterosexualidad, así que el asunto terminó ahí. Qué clase de respeto puede obtener uno de sus empleados si deja que le anden diciendo ............ en su cara. Mi novia actual sabe esto, se lo dejé perfectamente claro.

El cuchurrumín tiene nombre, caramba.

Buenas noches.

*No, no me llamo así.

miércoles, 8 de noviembre de 2006

Una pirámide de patrañas


ADVERTENCIA: ESTE ES UN ARTÍCULO LARGO Y DENSO.

Uno de los programas de televisión que trato de no perderme nunca es Cazadores de Mitos (Mythbusters), que en Argentina se emite por el Discovery Channel los miércoles a las 20.
En él, los anfitriones Adam Savage y Jamie Hyneman, acompañados por un equipo de entusiastas colaboradores, combinan ciencia y entretenimiento para demostrar la verdad o falsedad de toda clase de mitos modernos y antiguos por más estrafalarios que sean. Para ello construyen una gran variedad de locos dispositivos y los prueban, qué daría yo por tener un trabajo tan divertido. Como ejemplo, recuerdo la vez que probaron que era mentira que en un columpio común, de los que se encuentran entre los juegos infantiles en muchas plazas y parque públicos, se podía dar una vuelta completa si uno se impulsaba lo suficiente. (Al final lo lograron con un manequí con cohetes de propulsión adosados y unas varas rígidas en lugar de las cuerdas o cadenas normales que tienen los juegos, pero obviamente eso no pasa en la vida real).
Bien, hace un par de semanas el equipo de Mythbusters puso a prueba el mito de la energía piramidal. ¿Qué es eso? Aquí vamos:


Entre las civilizaciones antiguas más fascinantes está sin duda, la egipcia. Y apenas pensamos en Egipto lo primero que nos viene a la mente son pirámides. Si bien otras culturas utilizaron esta geometría en sus monumentos (los templos Mayas y Aztecas, con su característica estructura escalonada son ejemplos impresionantes), las de Egipto son por lejos las más famosas. En Gizah están las de Keops, Kefrén y Micerino, algo así como la elite piramidal, el no va más de los monumentos puntiagudos. No he estado allí todavía, pero los cientos de veces que las ví en documentales y fotos me dieron la impresión de que deben ser todo un espectáculo. Y es que se nos hace mentira que semejantes enormidades hayan podido ser construídas con herramientas primitivas. Esta incredulidad ha sido aprovechada por numerosos charlatanes que no dudan en afirmar que no fueron multitudes de esclavos que no estaban afiliados a ningún sindicato dirigidos por faraones obsesionados con la inmortalidad quienes realizaron estas construcciones, sino los extraterrestres, los hombres de la Atlántida o los Power Rangers. No voy a abundar aquí en refutaciones a estas paparruchadas, y tampoco me voy a referir a las mediciones increíblemente precisas que supuestamente fueron necesarias para la obra, o a las relaciones misteriosas entre las medidas de la Gran Pirámide de Keops (si multiplican la altura de la pirámide, la suman a la distancia medida en kilómetros entre la Tierra y la Luna y dividen todo por 54 elevado al cubo, les da la cantidad de pasos entre la torre Eiffel y un puesto de Croissants en la avenida Les Champs-Elysées cuyo dueño se llama justamente Charles Keops, ¿no es misterioso?).
Es lógico que tan masivos testimonios de civilizaciones desaparecidas exciten nuestra imaginación. Lo malo es que algunos pícaros se aprovechan de ello y se lanzan a decir innumerables pavadas, recibiendo jugosos dividendos por escribirlas en libros, espetarlas sin pudor en conferencias y exprimiendo todo un mercado de crédulos que consumen cualquier tontería mágica.
Una de estas tonterías es la famosa energía piramidal (pensaron que nunca iría al grano, ¿verdad? Ustedes son unos impacientes, caramba).
Según los charlatanes, la pirámide, cualquier pirámide, contiene de por sí ciertas propiedades especiales que por supuesto los antiguos egipcios conocían y utilizaban. La más destacada es esta famosa energía (qué obsesión que tienen los cultores de la superchería con esta palabrita) que, entre otras cosas:

-Preserva los alimentos de la descomposición -Mantiene afiladas las hojitas de afeitar -Acelera el añejamiento de los vinos -Hace que las plantas crezcan más lozanas
No, mis estimados lectores. Si ustedes trabajan en una fábrica de refrigeradores o de hojitas de afeitar no están en peligro de perder sus empleos, después de todo a este blog no lo lee nadie y no es probable que millones de personas hayan salido en este momento a comprar pirámides para resolver sus necesidades de conservación de alimentos y tampoco creo que las acciones de Gillette se hayan desplomado en la bolsa.

En términos sencillos la energía piramidal sería el magnetismo terrestre (que sí existe), pero canalizado, ordenado o focalizado de una forma especial por la mágica forma de la pirámide, lo cual haría que las bacterias responsables de la descomposición de la materia orgánica fueran limpiamente eliminadas y los átomos de los materiales inorgánicos se reordenaran, revirtiendo su deterioro. Puede que haya omitido algo en este apretado resumen (si hay algún piramidólogo presente, con gusto aceptaré sus correcciones), pero no me digan que no es bonito. Bonito y falso.

En Mythbusters, los muchachos del equipo lo demostraron sencillamente. Construyeron sus pirámides, las orientaron hacia el norte magnético según rezan los preceptos y colocaron debajo (hay que colocar el material a tratar debajo de las pirámides, no se trata de frotarlo ni de pegarle piramidazos) medio litro de leche, media manzana y media hojita de afeitar usada, con los filos gastados. Las otras mitades fueron colocadas sin piramidizar en el mismo ambiente del experimento para poder compararlas. Después de unos días, las mitades que no estaban bajo la increíble fuente de energía estaban visiblemente deterioradas: la leche era una masa asquerosa cuajada de grumos y olía a mil demonios, la manzana presentaba todos los síntomas de la putrefacción y como comprobó dolorosamente un miembro del equipo, la hojita de afeitar permanecía desafilada. Bueno, bueno, ¿pero que pasó con las mitades energizadas piramidalmente?. Lo mismísimo, amables lectores, no hubo ninguna diferencia. Todo podrido y gastado.

Conclusión, no hay energía piramidal alguna, sigan manteniendo los alimentos refrigerados y compren repuestos para sus máquinas de afeitar o déjense la barba.

Lo que sí hay por todas partes son personas dispuestas a difundir patrañas sin aportar prueba científica alguna y una legión de seguidores ignorantes que acusan a los escépticos de tener la mente cerrada. Cerrada a la charlatanería, diría yo.

Buenas noches.

Si quieren profundizar sobre las piramidioteces, aquí hay unos excelente artículos:
Piramidioteces (I)
Piramidioteces (II)

Otros artículos míos despotricando contra las pseudocioencias:
Homeopatía: me puse polémico
Los niños índigo me ponen violeta

miércoles, 1 de noviembre de 2006

Nombres propios (y ajenos)


Los nombres que llevan las personas tienen significados que ahora, gracias a la Internet están al alcance de cualquier palurdo. Siempre me resultaron sospechosos.
Para empezar, nunca se encuentran nombres con significados vergonzantes. No hay ninguno que quiera decir "el atontado", "la más horrible de todas", o "el que no distingue entre un chorizo y un avestruz". Todos son "guerrero ilustre", "luz prístina", grande entre los grandes", "afortunada y generosa", con la probable excepción de "Claudio" que significa "rengo".

Por eso mismo me río a escondidas de los que llevan un nombre cuya etimología los pone orgullosos.
Porque vamos, ¿qué importa si en tu documento de identidad dice "Humberto" (destacado gigante) cuando tu estatura apenas sobrepasa el metro y medio? Pero no nos ensañemos con el pobre Humberto, que a lo mejor ni siquiera sabe lo que significa su nombre, y ya bastantes problemas tiene consiguiendo ropa a su medida. Y tampoco era la etimología el asunto de este artículo (porque sí hay un asunto, ténganme paciencia)

Los padres deberían tener cierta consideración al registrar a sus hijos. Tendrían que tener en cuenta que ellos van a atravesar por toda la niñez llevando esa marca, y que los pequeños retoños suelen ser crueles con sus pares con nombres problemáticos. Si usted fuera un alumno pendenciero de una escuela primaria y tuviera que elgir un blanco para sus pullas, a quién escogería? A Carlitos o a Pancracio? A Soledad o a Ruperta? Es cierto que Pancracio y Ruperta habrán de desarrollar su carácter a edad más temprana a fuerza de infortunios, pero, es necesario? Igualmente habrá que evaluar la concordancia con el apellido y el origen. Si usted desciende en línea directa de antepasados Incas, no llame Ludwig Wolfgang al nene, por favor. Y viceversa, Atahualpa Thompson-Mc Kinley tampoco es una combinación ganadora. Merecerían un capítulo aparte esos progenitores que perpetran verdaderos crímenes contra sus cachorros endilgándoles apelativos horripilantes y estrafalarios, como Primerplato, Vivaelviagra o Hijoetigre. Un capítulo aparte y alguna patada que otra.

Si sus sádicos compañeritos se lo permiten, eventualmente el párvulo se convierte en todo un adulto, y allí entra a tallar otro aspecto de la cuestión.

Yo me formo inmediatamente la imagen mental de una persona antes de conocerla, con solo saber su nombre. Si se produce un encuentro y esta imagen no coincide con mis expectativas, me siento estafado. Cómo se puede llamar Alberto este individuo, si tiene una cara de Gerardo que se parte? No está bien.

Creo que a partir de los 30 años, todos somos directamente responsables de nuestra cara. Y si tenemos un nombre que no nos queda bien, es nuestra culpa. Alberto debería haber vivido una vida de Alberto, pero en cambio se dedicó a hacerse el Gerardo y ahí va por la vida con un nombre que le queda largo de mangas, le aprieta en la cintura y se le arruga a la altura del cuello.

Por eso a los 30 años la gente debería presentarse en el Registro Civil que le correspondiera para hacer una reválida de su nombre. Si le queda bien, se lo queda. Si en cambio es un desafortunado Teodosio, o una Julieta falsa, tendrá que cambiárselo. Cierta flexibilidad estaría prevista, digamos que luego de una evaluación el funcionario le daría una lista de tres nombres para elegir, salvo en casos muy especiales ("Ni hablar, usted es un Ignacio", diría el encargado apenas al ver entrar al candidato).

Se me dirá que cada persona tiene una idea diferente de lo que es un Segismundo convincente, una Graciela auténtica o un indiscutible Pedro. Que la gente tiene derecho a llamarse como le guste (objeción: como sus padres decidieron), y que a ver cómo me llamo yo, y todo eso.
Está bien, está bien. Olvídenlo. Pero si mañana tienen una cita a ciegas con una Giselle o un Jean Paul y en realidad resultan ser una Matilde y un Hilario, a mí no me miren, que yo voy a poner cara de Juan.

Buenas noches.

Actualización: En el blog de Morri encontré este artículo del año pasado que se refería al mismo tema.
¡Así no se puede, este muchacho ya lo escribió todo! (desde aquí le mando un saludo).

lunes, 23 de octubre de 2006

Radiografía de una boda



A diferencia de lo que me pasa con las orgías, el hecho de haber asistido a numerosas bodas me ha conferido una apreciable experiencia sobre la forma en que debe conducirse un invitado.
Y es que las bodas son como una comedia (o drama, según el punto de vista) donde los concurrentes tenemos perfectamente delineado el papel a representar.
Dejemos de lado a los protagonistas por autonomasia, que son los novios (aunque no dejo de preguntarme por qué los siguen llamando así si ya están casados) para ocuparnos del resto del elenco:



Coprotagonistas
Si usted es familiar directo o amigo íntimo de al menos uno de los protagonistas, su papel es fundamental. Se espera de usted que participe en forma muy activa en cada una de las partes de la representación, mostrándose insanamente alegre y propiciando toda clase de manifestaciones de jolgorio. Tiene que bailar toda la noche, ponerse sombreros ridículos, arrojar al novio y la novia por los aires, hacer rondas, cantar a los gritos, proferir risotadas, formarse disciplinadamente como uno de los vagones delanteros del infaltable trencito, hacer cola para el vals con alguno de los protagonistas, salir en las fotos y videofilmaciones y animar a los invitados circunspectos a incorporarse a la danza. No es posible exagerar en la importancia que tiene desempeñar su parte con convicción. Sin los coprotagonistas, la boda no se podrá diferenciar de una reunión de mormones. A algunos de los invitados comprendidos en esta categoría les está permitido emborracharse hasta perder completamente las inhibiciones, pero antes de decidirse por este curso de acción, deben indagar si quedará alguien sobrio para llevarlos a casa. El coprotagonista debe quedarse hasta el saludo final.

Actores de reparto
Pertenecen a esta categoría los parientes en segundo o tercer grado, compañeros de trabajo y socios de los protagonistas, las parejas de los coprotagonistas que no dan el fisique du rol para estar en ese escalón del reparto y los amigos a los que los protagonistas no ven desde hace algún tiempo.
Algunos críticos sugieren que el papel de actor de reparto es fácil, de bajo perfil y que no hacen falta grandes dotes actorales para representarlo. Yo no estoy de acuerdo. Por lo general el actor de reparto se debate entre dos poderosos impulsos: hacer su parte en forma discreta y cordial, uniéndose esporádicamente a las actividades de los actores principales aunque en forma más bien periférica, o salirse de registro y abrazar sin reservas el clima carnavalesco del núcleo de la fiesta. Esta última actitud conlleva ciertos riesgos: se sabe de elencos muy cerrados que rechazan ostensiblemente los intentos de improvisación, dejando al entusiasta en evidencia. En general, si usted es un actor de reparto se espera que baile sin demasiado fervor, pero con cierta dosis de alegría contenida, que cumpla con los rituales de saludo y que sonría a las cámaras en las pocas ocasiones en que sea captado por ellas. Es bien visto que se quede hasta el saludo final, pero se disculpa que haga mutis por el foro unas horas antes.


Extras
Algunos autores ponen en esta clase a los mozos o camareras, a los fotógrafos y al DJ. Yo prefiero considerarlos parte del equipo de producción, considerando en la categoría de extras a los invitados de compromiso, frecuentemente parientes o socios de negocios de los coprotagonistas. Esta región del elenco no tiene otra tarea que hacer número, no tienen guión y pueden incluso retirarse en cualquier momento aduciendo excusas varias. Si bien algunos extras pueden destacarse por una extraordinaria aptitud para el baile, una vestimenta estrafalaria o un rostro inolvidable, por lo general pasan como parte necesaria pero poco visible de la obra. Es proverbial que los protagonistas se pregunten mutuamente ¿Y este quién era? al revisar días después las fotos de la boda en las que fortuitamente aparece un extra.

Invitados especiales
Si bien un análisis riguroso podría ubicarlos en alguna de las categorías precedentes existen algunos actores que por sus características conforman un subgrupo destacado. Una lista incompleta podría incluir:
-El amigo soltero de los protagonistas que asiste sin acompañante y trata de apuntarse a todas las mujeres.
-La amiga soltera de buen ver que todos los solteros quieren atacar.
-La recién separada con ganas de cachondeo y con un escote hasta el ombligo.
-El tío solterón que se emborracha y hace papelones.
-Los niños de variado origen.
-La pariente centenaria a la que obligan a bailar pese a sus protestas.
-El que nadie sabe quién es ni quién lo invitó.
-Las amigas gorditas de la novia.
-La pareja de maduros que bailan toda la noche como si estuvieran en studio 54.
-
El antiguo novio o novia de uno de los protagonistas que pone cara de civilizado y moderno, soportando a pie firme las miradas asesinas del protagonista no relacionado.
-El que asiste con un atuendo poco tradicional, por ejemplo traje negro y zapatillas deportivas rojas.

Si uno llegara a la representación minutos antes del final, sería bastante fácil reconocer a qué casta pertenece cada actor. Los coprotagonistas lucirán desaliñados, con la corbata alrededor de la frente o sin ella, la camisa abierta y empapada en sudor, el cabello adornado con trocitos de papel picado y tal vez la mirada vidriosa. Los actores de reparto se verán más compuestos, quizás con la corbata floja y el primer botón de la camisa desprendido, en general poco afectados por la ingesta etílica. Los extras, si queda alguno, puede que hasta tengan el saco puesto. (En el caso de las actrices este reconocimento es un poco más difícil, dada la tendencia a permanecer dentro de los límites del decoro que suelen exhibir).

Se presentan variaciones interesantes cuando los actores son convocados en parejas. Hay dúos que se presentan con idénticas categorías y ensambles mixtos que pueden originar cierto grado de tensión. Es particularmente difícil la combinación coprotagonista-extra. Pero esa es otra historia.

Buenas noches.

viernes, 20 de octubre de 2006

Automáticamente satisfecho

Entre otras muchas cosas, soy un tecnófilo. Me encantan todos los aparatos electrónicos, mientras más llenos de prestaciones superfluas, mejor. No considero a las máquinas como autómatas fríos y sin alma, como suelen decir las gentes que prenden sahumerios y tienen muebles de caña.
Nunca le echo a ningún dispositivo la culpa de mi propia torpeza, y si su operación es absurdamente complicada le asigno la responsabilidad a su inepto diseñador humano.
Cuando al realizar una transacción de cualquier tipo puedo elegir entre un empleado humano y su contrapartida electromecánica, siempre me inclino por esta última. No, no soy lo que los norteamericanos llaman "a people person".

La comunidad bancaria fue una de las primeras que abrazó los beneficios de la informática. Era obvio que las computadoras iban a ser una bendición para unos tipos que se ganan la vida haciendo sumas, restas multiplicaciones y divisiones, pero ellos fueron pioneros en llevar la automatización a donde más me gusta: la atención al cliente.

El hecho de que la mayoría de ustedes hayan reconocido la foto que acompaña este artículo como la pantalla de un cajero automático (porque la reconocieron,¿ no? díganme que sí, si no este párrafo no tendría sentido. ¿Sí?. Bueno) es una indicación del éxito que esta aplicación de la tecnología ha tenido entre la gente en general.

Ya hasta las abuelitas se animan a aporrear las teclas y sacar unos billetitos de sus cuentas o pagar una factura, aunque lo hagan con gran parsimonia y reflexionando a cada paso como si de desarmar un artefacto nuclear se tratase.

El ejemplo se ha extendido a otras industrias, ya es posible comprar una entrada de cine y cargar combustible sin tener que interactuar con un tipo aburrido que comente errores y que secretamente nos odia porque nos hace responsables del hecho de que su trabajo sea una porquería.

Estoy impaciente por ver que esta tendencia se acentúe. Todavía tengo que tratar con mozos groseros que equivocan el pedido, traen la comida fría, meten los dedos en la sopa y esperan propina. Aún no puedo librarme de los vendedores de ropa que invariablemente nos dicen que el traje nos queda perfecto, por más que la imagen que nos devuelve el espejo del probador grite "soy una bolsa de papas con ojos" a los cuatro vientos. Sigo dependiendo de empleados que lo ignoran todo sobre el artículo que nos están demostrando toda vez que éste es apenas más sofisticado que un ladrillo.

Déjenme darles un ejemplo de lo que sería para mí una compra perfecta de, pongamos por caso, una camisa.
Al entrar a la tienda, el único humano a la vista exceptuando los ocasionales compradores sería un guardia de seguridad, al que ni siquiera le pido que sea amable, me conformo con que sea limpito. Me metería en una cabina parecida a los actuales probadores, que sería en realidad un scanner de cuerpo completo (eso ya existe desde hace varios años, ya les contaré) que en segundos tomaría una imagen digital de mi persona. En caso de ser yo un cliente habitual del negocio, el sistema compararía mi imagen tridimensional actual con la última almacenada para ver si hay cambios significativos (podría haber engordado, o adelgazado, o haberme decidido de una vez por todas a volver al gimnasio y estar hecho un Hulk en versión no mentolada).
Luego una de las paredes de la cabina se convertiría en una pantalla donde se vería mi cuerpo digital y yo podría manipularlo vistiéndolo con las prendas del catálogo de la tienda hasta encontrar la más satisfactoria. Al ser la imagen en tres dimensiones podría ver como me queda la camisa por adelante, por atrás y por los costados, afuera y adentro del pantalón, abierta, cerrada, con corbata, atada con un nudo en la cintura como un cantante caribeño y todas las combinaciones que se les ocurran. Bueno, que se le hayan ocurrido al tipo que programó el sistema. Pagaría con mi tarjeta de crédito (igual que en un cajero automático), tomaría el recibo correspondiente y me iría a retirar la camisa en una cinta transportadora como la que nos trae el equipaje en los aeropuertos. El recibo estaría codificado para que junto con un sensor en el producto me permitieran salir de la tienda sin disparar unas alarmas, preparadas para evitar que los pillos que nunca faltan pagaran por un par de medias y se llevaran un sobretodo italiano.
¿No les gustó? ¿Prefieren seguir desvistiéndose en cubículos apenas protegidos por un cortina que en cualquier momento otro cliente puede abrir de par en par exponiendo ante todos nuestra estampa en paños menores? Tal vez les encante que un vendedor les grite cada cinco minutos ¿Y? ¿COMO TE QUEDO? , o por el contrario los abandone con una prenda que no es del talle correcto y ustedes se vean obligados a susurrar desnudos "pst...pst...eh...señor...me trae otro talle..." hasta que el caballero se digne a pasar cerca.

Toda la tecnología necesaria para hacer la tienda automática ya existe, ¿por qué nadie la lanza al mercado? Supongo que la razón es que los tecnófilos somos una pena como consumidores textiles. No nos volvemos locos por la moda, no nos gastamos el sueldo en zapatos ni conocemos otro lugar para comprar calzoncillos que no sea el supermercado (preferiblemente en paquetes de a tres). Por alguna razón las personas que compran mucha ropa no se pirran por la tecnología, y viceversa. Hágase la siguiente experiencia: tómese a un programador de computadoras y revísese su guardarropa. Les apuesto a que no van a encontrar mucho más que remeras (camisetas), zapatillas, jeans y alguna que otra cosa para ponerse encima de eso. Ahora a la inversa: escójase a un metrosexual que suele llevar encima el equivalente al producto bruto de un país mediano en prendas de vestir, y es poco probable que se encuentren en su casa tres computadoras en red, todas sin las cubiertas, una conexión a Internet de 55 muchohertz y kilogramos de electrónica de distintas épocas incluyendo dos o tres prototipos.

Sí, ya se que hay empleados amables, discretos y honestos que nos ayudan a elegir cuando estamos indecisos, que soportan que les hagamos desordenar estanterías enteras para mostrarnos todo, pero todo, todo, y al final nos quedemos con lo primero que vimos, que no nos mienten para encajarnos algo que no necesitamos y una larga lista de etcéteras.

Pero a mí me gustan las máquinas.

Buenas noches.

viernes, 13 de octubre de 2006

Peor el prospecto que la enfermedad


El lector Norberto se refería en un comentario a los componentes que vienen en los medicamentos que tomamos para curarnos (si tenemos suerte) de nuestras ocasionales dolencias. Yo cometí la imprudencia de decirle que el tema daba para escribir algo, y aquí me tienen. Veamos qué sale.


Vamos a suponer que a pesar de toda la ayuda que hemos recibido de profesionales varios, todavía nos duele la garganta. Como no tenemos tiempo ni paciencia para ir al médico, ser examinados, salir del consultorio con una cantidad de órdenes para exámenes clínicos que nos hace sospechar que estamos más para el arpa que para el violín, someternos a todos esos exámenes, esperar los resultados y volver con el doctor munidos de una carpeta conteniendo hojas y hojas llenas de cifras y gráficos para obtener por fin la receta del remedio que nos va a sacar el dolorcito que nos molesta ya no sabemos desde cuando, decidimos saltearnos todo un capítulo y dirigirnos directamente a la farmacia. Allí le decimos al boticario que nos duele la garganta y él, que es mucho más pragmático que el facultativo y además no recibe comisión por cada análisis que nos encarga, nos vende una caja de Garganodol 500 sin hacer demasiados comentarios.

El Garganodol 500 viene en unas pastillas rojas que tienen el tamaño aproximado de una moneda de 50 centavos (o 1 peso mexicano, o 1 euro, o...bueno, son grandes, quiero decir) y ya de entrada nos preguntamos a qué sádico empleado de laboratorio farmacéutico se le ocurre inventar algo tan difícil de tragar justamente para tratar una afección que nos hace ver al diablo en ropa interior si tratamos de deglutir una semilla de uva, ya no digamos la uva entera.

Pero estamos decididos a curarnos y nos ponemos en las manos de los Laboratorios Medimax (aunque si no somos ateos también le pedimos un poco de ayuda al Jefe, que nunca está de más).
Será cuestión de zamparse un par de pastillotas cada cuatro horas y...un momento, ¿serán dos cada cuatro horas, o una cada ocho? A lo mejor es una a la mañana y una a la noche...bueno, para eso los medicamentos tienen su prospecto, y además la caja dice en letras muy grandes "LEA EL PROSPECTO ANTES DE USAR". Así que encontramos dentro del envase el papelito primorosamente doblado en 16 partes y lo desplegamos para leer algo como:

Garganodol 500 es un anticocopirisódico de amplio espectro.
No sabemos que será un anticocopirisódico, pero el de la farmacia parecía muy seguro. Sigamos leyendo.

Indicado en el tratamiento de la condriagonosis cucusística, refritaditis revusalsiva y el mal de Hutchington - Mayers. También como complemento en los casos de antionasis balística.
A la marosca. Nos duele la garganta. Dénme una pista, señores, ¿me va a curar el dolorcito o no ?

Presentación: comprimidos de 500 mg. y jarabe con sabor a frambuesa.
Ya tenemos un dato interesante. El farmacéutico nos odia. De otra forma, nos hubiera vendido el jarabe, que promete ser menos traumático para el garguero.

Composición:
Garganidomicetinina.................................100 mg.
Sifrodecanato de estroncio.......................100 mg.
Cocobacilus desgalvanizado......................50 mg.
Metiletilparamolibdeno.............................50 mg.
Piperónilo butóxido....................................30 mg.
Excipientes (dextrosa, lactosa, colorante, vidrio molido, talco, maní salado, plumas de caburé, ralladura de limón, saborizante de brócolli y otras cosas sin identificar)
c.s.p..............................................................500 mg.
Lo único que sabemos (quiero decir, yo lo sé, pero a partir de ahora ustedes también lo saben, vieron que a veces se aprenden cosas leyendome? De nada, de nada) es que c.s.p. quiere decir cantidad suficiente para, o en otras palabras lo que falta para completar los 500 mg. lo rellenamos con porquerías varias. Por lo demás, seguimos a oscuras.

Posología: Un comprimido por vía oral con las comidas.
Bien, hay que tragárselo, como sospechábamos, y no frotar vigorosamente las pastillas gigantes detrás de la oreja, como preferiríamos hacer. Pero cuando se refieren a las comidas, ¿debemos considerar el desayuno?. Dicen que es la comida más importante, por algo será. ¿Y si nos levantamos en medio de la noche a saquear la heladera nos tenemos que mandar un Garganodol 500 junto a los restos de pizza que sobraron de la cena? Las dudas nos asaltan, nos dan soberana paliza y nos dejan en calzoncillos en medio de una calle solitaria a las tres de la mañana.
¡Digannnos algo más, señores del laboratorio!. Y nos dicen.

En casos agudos se puede duplicar la dosis, no excediendo la cantidad de cuatro comprimidos al día.
Bueno, nos vamos a tomar uno en el desayuno, uno en el almuerzo, uno a la tarde y uno en la cena. Nos vamos a curar o nos vamos a morir, ya no importa. Pero hay más, que no por nada la letra es pequeñita.

Contraindicaciones: Pacientes con alergia a cualquiera de los componentes activos, pacientes con retrofagia mutipolifórmica. Pacientes bajo tratamiento de riofonalgia imprestita.
Bah, no podemos tener nada de eso. Nunca escuchamos hablar de tales cosas.

Efectos secundarios: Mareos, visión borrosa, sordera, rush cutáneo, alucinaciones, diarrea, vómitos, pie de atleta, caspa súbita, alopecía, impotencia, onicofagia compulsiva, debilitamiento muscular, sequedad bucal, halitosis, dolor articular, cambios en el ánimo, comportamiento antisocial, delirios místicos, pérdida de piezas dentales, baja de la autoestima, dificultad para respirar. Se han reportado casos de pacientes que escucharon voces que los obligaban a hacer cosas que no quisieron relatar. Hubo también informes de combustión espontánea. En casi todos los casos los síntomas desaparecieron al suspender el tratamiento.

Qué maravilla. Este remedio es excelente. Con decir que solamente al leer esto ya casi ni nos duele la garganta. Y tampoco es bueno andar automedicándonos, claro que no. Por un dolorcito que apenas si molesta. Vamos, que no somos unos bebés debiluchos. Y nuestras abuelas no por nada llegaron a su edad sin tantas porquerías. Al final los laboratorios de especialidades médicas también son empresas comerciales, y nos quieren vender cosas. No es que tengamos miedo de tomar unas pastillitas, pero qué necesidad. Que no es miedo, es prudencia. Eso de la combustión espontánea será un error de imprenta. Lo malo es que el dichoso Garganodol 500 nos costó unos buenos dineros. A ver si hay un teléfono para consultar...pero no, son las diez de la noche...Maldición.

¿Y si nos hacemos unas gárgaras con bicarbonato?


Buenas noches.

domingo, 8 de octubre de 2006

Medicina por otros

Una empresa de medicina prepaga intenta diferenciarse de su competencia mediante el slogan"Medicina por Médicos". Me pregunto (y nadie me contesta), ¿entonces en las otras empresas quién ejerce la Medicina? ¿Ajedrecistas? ¿O será que en esa compañia todos, pero todos son médicos, desde el Presidente hasta el cadete? Siempre me sorprendo y me divierto con las ocurrencias de los publicitarios. El día que me canse de ganarme la vida honestamente, voy a poner un agencia (sí, ya se que hay piezas publicitarias que son una verdadera obra de arte, no me refiero a eso, últimamente parece que tengo que justificarme por todo lo que escribo).
Supongamos que a uno le duele la garganta, y hace una visita a un centro de salud perteneciente a la empresa del ingenioso slogan. Como definitivamente lo va a atender un médico, lo va a examinar y le va a decir algo como: "Usted tiene amigdalitis, le voy a recetar un antibiótico, tómelo una semana y pida turno para verme otra vez". Ya sea por el antibiótico o porque los anticuerpos hacen su trabajo, tarde o temprano uno se va a curar. ¿Y si no fuera un médico el que lo revisa a uno?
Veamos.

-Medicina por mecánicos
A ver... (Iluminándonos la garganta con un artefacto consistente en una lamparita metida dentro de una especie de jaulita) ¿Hum...quién le hizo esto? Tiene toda la gargofla picada, hay que cambiarla. Le puedo poner el repuesto original o el nacional, anda bien, le va a durar unos 10000 km. No me lo deje ahora, traígalo el viernes, le va a salir unos....

-Medicina por abogados
Bugman, no lo voy a engañar. Estuve leyendo la causa y hay un testigo que lo compromete, dice que lo vió bailando desnudo en la plaza y tomando whisky con mucho hielo. Además usted tiene antecedentes de amigdalitis maliciosa. Cuando lo citen a declarar trate de disimular el dolor de garganta. Igual si se declara culpable le puedo conseguir 5 meses. Ahora hablemos de mis honorarios.

-Medicina por escribanos
A los 8 días del mes de Agosto de 2006, se presenta ante mí el causante Bugman, documento de indentidad nro xxxxxxx, con domicilo en xxxxxx, que manifiesta tener un dolor en la zona bucofaríngea , no pudiendo el causante determinar el origen de dicha molestia, preguntado el causante responde que no ha desarrollado actividades que supongan un riesgo para su salud, que registra antecedentes de dolencias similares, que está dispuesto a someterse a las acciones que sean necesarias a fin de lograr el cese de la afección, que renuncia a todo reclamo en caso en que el tratamiento no diera el resultado esperado, no teniendo el causante nada más que declarar.
Doy fe.

-Medicina por charlatanes new age
Puedo ver una alteración de su aura, lo que usted tiene es un desequilibrio magnetoenergéticoespiritual en el tercer chakra. Tenemos que armonizar su yin con su yan, tómese una gotita este preparado de Calridometia Gargantualis todos los días cuando el sol esté en el cenit, es mejor si lo hace con el culo apuntando al norte magnético. Tenga en cuenta que estos desequilibrios no se revierten rápidamente, siga el tratamiento durante 5 meses como mínimo. Ah, y vaya al médico.

-Medicina por periodistas
a)(De nuestra redacción). Dolor de garganta afecta a famoso blogger. Fuentes confiables aseguran que Bugman, conocido por su blog Los sin-logismos de Bugman, estaría sufriendo un dolor de garganta. Hasta el cierre de esta edición, los trascendidos se referían a una posible amigdalitis. El tratamiento prescripto consistiría en antibióticos.
b) BUGMAN, OTRA VEZ . Ahora parece que le duele la garganta. Otro escándalo involucra a Bugman. El siempre polémico blogger dijo ayer ante un grupo de sus lectores que "le dolía la garganta". Un anónimo llegado a esta redacción da cuenta de que estaría consumiendo antibióticos. ¿Será cierto, o será otra maniobra mediática de este personaje que recurre a cualquier pretexto para figrar en los titulares? Ampliaremos.

-Medicina por comentaristas de blogs
El usuario anónimo dice: Bugman, su dolor de garganta es aburrido, por qué no se dedica a otra cosa. No me cuente entre sus lectores, su blog es una bazofia.
El usuario anónimo dice: Jojojo! Dolor de garganta! jojojojo!
El usuario anónimo dice : El autor ha eliminado este comentario.
El lector fidelísimo y excelente dice: Bugman, lamento su enfermedad, pero me hizo divertir con su artículo. Saludos.

-Medicina por arquitectos
Esto se puede solucionar con un tratamiento nuevo que refuerza la plataforma gargantual absorbiendo el exceso de gargacocos. Se perfora acá y acá (haciendo flechitas en un croquis levantado a mano de la zona afectada) y se inyecta gargueroplástico. Se deja secar por tres semanas y se aplica una capa de gargopla hidrofilizada, después se pinta o se empapela. Es un poco caro, pero es lo único que asegura que la garguinopla no trabaje con la dilatación y le descuadre la faringe, que si pasa eso hay que romper de nuevo. ¿Esa amígdala estaba en el proyecto original o la agregaron después?

Buenas noches (sí, estoy publicando de día, pero el artículo lo escribí de noche. Uf)

jueves, 28 de septiembre de 2006

Si me invitaran a una orgía


Supongamos que entre el correo habitual que cualquier habitante urbano recibe (publicidad, cuentas por pagar, revistas, más cuentas, más publicidad, una carta de un amigo de un país que no cree en Internet) un día entre los días usted encuentra una invitación a un orgía. Supongamos que fuera algo así : "El matrimonio Rodríguez tiene el agrado de invitarlo a usted a la orgía que con motivo de la celebración del Día del Cachondo se celebrará a la hora 22 del 13 del corriente en su residencia de Capitán Tarambuso 324, Capital Federal. RSVP".
Supongamos también que usted tiene ganas de ir, aunque sea para enterarse de una vez por todas si la cosa es tan movida como lo que las películas especializadas muestran o se parece más a un baile del secundario.

Yo estaría en problemas.


Entre los muchos acontecimientos sociales a los que no he asistido nunca se encuentra en destacadísimo lugar este de las orgías. Si bien desconozco asimismo todo lo referente al protocolo a seguir en una ceremonia real, imagino que este último caso yo trataría de pasar desapercibido y me libraría con cierta elegancia de cometer una gaffe imperdonable. Y es que allí el protagonismo es de los Reyes, uno es un actor de reparto y nadie le exige que haga nada en especial, por lo tanto mientras no haga globos con goma de mascar o me rasque la entrepierna mientras el Rey me está mirando, nadie me va a tachar de incivil.

Pero una orgía tiene de suyo una pretensión de interactividad que no puede soslayarse, vamos, qué clase de orgía es una en la que los participantes ni se miran y tratan de confundirse con el papel tapiz.
Ahí hay que entregarse, señores, según me han dicho. Y como inexperto que soy, me expongo a desplegar un catálogo de torpezas que me convertirían en el hazmerreir de la bacanal, lo que puede conspirar contra el éxito de tan particular convite (no se puede estar riéndose y al mismo tiempo entregándose a los embates carnales, se pierde concentración).

El primer inciso que ignoro es el de la iniciación. ¿Se espera a que lleguen todos lo invitados y el anfitrión toca una campana y ahí vamos que chocan los planetas, o las cosas se van dando de manera espontánea, primero una pareja, después se suma un tercero y así hasta formar la masa confusa, sudorosa y cachonda?. ¿Nos desnudamos todos prolijamente y doblamos la ropa para no tener que andar en cuatro patas buscando una media por debajo de los sillones a las 6 de la mañana o revoleamos la vestimenta con ánimo festivo, que después ya veremos cómo nos volvemos a casa? ¿Agarramos al que tenemos al lado o podemos elegir? ¿Convendrá llegar temprano o esperar que la cosa ya esté calentita?

En los libros de historia aprendimos que una parte importante de las orgías romanas era la comida. Tan importante era, que una orgía que se preciara de tal incluía el acto de comer y beber hasta reventar, para luego pasar al vomitorium, que servía para lo que ustedes pueden imaginar, y luego de descomer lo ingerido empezar a atosigarse otra vez. Ignoro la calidad que la parte estrictamente orgiástica de estas simpáticas reuniones tendría luego de semejante ingesta. ¿Una orgía moderna, incluye cena, o nos arreglan con bocaditos, que hay que venir cenado de casa, Ingeniero, no me diga que no sabía?. Bebida casi seguro que hay, ¿habrá también recipientes con las famosas pastillitas azules, que acá nadie se haga el semental y si les hace falta sírvanse sin compromiso?. A lo mejor se estila servir el desayuno, qué se yo.

Ya en el baile, un invitado de nuestro mismo sexo intenta demostrarnos su estima, ¿estará mal visto decirle "Señor Juez, sé que en por su juzgado pasan docenas de exhortos, pero el mío lo reservo para un Recurso Extraordinario"?. ¿O por el contrario, donde fueres haz lo que vieres, que si estás ahí no será porque te manda el Vaticano?

Y si las féminas invitadas son más bien horripilantes, ¿hay que hacer de tripas corazón, recurrir a la química (ven por qué creo que hay de esas pastillitas) taparles la cara con la bandera y hacerlo por amor a la patria, o se permite excusarse y quedarse en un rincón bebiendo agua tónica?
Lo mismo vale si todos los muchachos somos gordos y malolientes.

¿Cuándo termina una orgía? Sabido es que tratándose de lances venéreos hay quienes son corredores de fondo y quienes se destacan en los cien metros llanos. Esto plantea una falta de sincronismo que puede llegar interferir en el desarrollo del acontecimiento. ¿Se anuncia "Lo mío ya está" y se retira uno discretamente y se va a su casa o se queda por ahí colaborando en lo que se pueda?. Siempre están esos invitados que no se van nunca, ¿hay que esperarlos o se los deja solos que ya se van a cansar?.

Bien, de alguna manera las orgías terminan, de esto no me cabe duda. ¿Se establece entre los participantes algún tipo de vínculo especial, o se saluda con un "buenas noches, un placer, eh" y si al otro día nos los encontramos en la cola del banco ni nos saludamos?. Imagino que para los no iniciados ir a una entrevista de trabajo y descubrir que la persona que habrá de decidir si estamos calificados para la tarea es la misma que ayer se desplazaba desnuda a pequeños saltos por entre un montón de cuerpos entrelazados gritando "soy una libélula" debe ser un tanto incómodo.

¿Se usará algún tipo de vestimenta especial, haciendo una suerte de fiesta temática? Tal vez haya que ir vestido de romano, con toga y laureles, o de soldado, o de teletubbie. ¿Estará permitido bromear sobre los atributos propios y ajenos? ¿Se entregarán premios a la mejor performance, a la pose más ocurrente, al que llegó primero, al que se fue último, al más entusiasta? Si así fuera, ¿estos premios consistirán en un trofeo que uno pueda lucir orgullosamente en una vitrina, al lado del del 4to Campeonato Interprovincial de Canicas con Rodilleras? ¿Será de buen tono llevar algo, un vino, unas masitas, un juguete erótico, una profesional experta en sadomasoquismo? ¿Habrá que retribuir a los anfitriones organizando despues una orgía en nuestra propia casa? ¿Es cierto que los varones que asisten regularmente a orgías deben dejarse un bigote finito, lucir muy bronceados por el sol y llevar colgado al cuello un medallón de oro de grandes dimensiones con una cadena bien gruesa, o eso es producto de que las películas porno que ví eran de los años 70?

Como pueden advertir, no tengo la menor idea de cómo hacer un buen papel en una orgía. No es que constantemente me estén invitando a asistir a una de estas cosas, pero llegado el caso no me gustaría desentonar. Si entre mis amables lectores hay quien pueda darme algún valioso consejo, es más, si se ofrece para acompañarme llegada la ocasión, le estaría muy agradecido. Hasta estoy dispuesto a regalarle el trofeo si es que me gano alguno.

Buenas noches.

miércoles, 20 de septiembre de 2006

Si los ingenieros hicieran películas


Si los ingenieros hicieran películas, serían bastante diferentes a lo que estamos acostumbrados a ver. Nada de hazañas maravillosas, ni acrobacias reñidas con la física. Tampoco sentimentalismos baratos o heroísmos absurdos. Probablemente se harían unas 200 películas al día, porque sin todo esto ninguna duraría más de 20 minutos. Los programas de los cines deberían estar preparados para proyectar unas 4 o 5 cintas por sesión. Serían unas películas...serían algo así:






-Rescatando al Soldado Ryan
Durante la última parte de la Segunda Guerra Mundial, una secretaria está escribiendo cartas de pésame para las familias de los soldados caídos en combate. De pronto, descubre un apellido que le resulta familiar. Revisando otras cartas escritas ese mismo día, se da cuenta de que cuatro hermanos Ryan fueron a la guerra, y tres de ellos han muerto. Decide informar de este hecho a su superior. El oficial a cargo escucha el relato de la secretaria y exclama: "Caramba". Después se sienta en su oficina y se pone a calcular las probabilidades de un evento de esas características. La cámara sigue minuciosamente la evolución de las ecuaciones. Al cabo de un rato, se obtiene el resultado, que es 0,000785. FIN.

-Náufrago
Un ejecutivo del área de operaciones de una empresa de courier internacional regresa en avión de un viaje de negocios. El avión entra en una tormenta y la pasan muy mal. Al aterrizar, se va a la oficina y le dice a su jefe que ya no quiere viajar más. Le dan un puesto administrativo y años después se jubila , se va a vivir a un condominio en Miami y se compra una lancha. FIN.

-El Gran Escape
Un grupo de prisioneros de guerra en un campo de concentración alemán durante la Segunda Guerra Mundial concibe un audaz plan para fugarse excavando un túnel por debajo de las alambradas. Pero después hacen una lista de todo lo que les haría falta y calculan la cantidad de tierra que deberían mover y ocultar y deciden que es mejor esperar que termine la guerra o los vengan a rescatar. FIN.

-Día de la Independencia
Una malvada civilización extraterrestre llega a nuestro planeta con intenciones hostiles. Cuentan con enormes naves, armas poderosísimas y tecnologías increíblemente avanzadas. Luego de recibir el primer y devastador ataque, la humanidad se reagrupa como puede y al mando del Presidente de Estados Unidos lanza un contraataque. No duran ni 10 minutos. Los alienígenas toman el planeta, depredan los recursos naturales y se van, dejando la Tierra como una bola negra y humeante. FIN.

-Matrix
Un programador de computadoras y pirata informático en sus ratos libres intuye que algo anda mal con el mundo. Es contactado por un grupo de personas cuyo líder le explica que "la realidad" es solamente una simulación hecha por supercomputadoras, que la Tierra está controlada por máquinas inteligentes y que su cuerpo está en suspensión animada en un dispositivo que le extrae su energía bioeléctrica para alimentar a las mismas máquinas. Cuando los humanos convertidos en esa especie de baterías biológicas mueren, las máquinas los convierten en alimento para los sobrevivientes, y así se mantiene el circuito. El protagonista le dice que eso es imposible, ya que viola el Segundo Principio de la Termodinámica. El líder rebelde lo piensa mejor y dice "Es cierto, yo estaba equivocado". FIN.

-Cualquier Película de James Bond
"Q" le muestra al agente 007 un láser en miniatura camuflado como bolígrafo capaz de cortar acero de 2 pulgadas como si fuera manteca. James le dice que no hay manera de que funcione, ya que para obtener esa potencia haría falta un láser de gas con un tubo de varios metros de largo, además de una fuente de poder de muchos kilowats, y todo eso no cabe en un bolígrafo. Q le dice que tiene razón, en realidad es un truco. Más tarde James Bond es perseguido por los malos y se da cuenta de que todos los botones que disparan armas sofisticadas desde su automóvil especial son en realidad los controles del aire acondicionado y el reproductor de CDs. Se le acaba el combustible y los malos lo alcanzan y le dan para que tenga y guarde. FIN.

-Armaggedon / Impacto Profundo
Un enorme meteorito se acerca a la Tierra con rumbo de colisión. Después de hacer cálculos durante varios días, los científicos de 50 países llegan a la conclusión de que el planeta no tiene salvación. El Presidente de Estados Unidos se dirige al pueblo y les dice "¡ACOCHOPLA!". FIN.

Si me llaman de Hollywood, díganles que estoy ocupado escribiendo el blog.

Buenas noches.

martes, 12 de septiembre de 2006

Los niños índigo me ponen violeta



Mi novia es maestra jardinera. Esto no quiere decir que tiene habilidades superiores en el manejo de las plantas, sino que se gana la vida educando a las crías de mamíferos de la especie Homo Sapiens(*). A lo mejor "educando" es un concepto algo optimista en estos tiempos, lo máximo a lo que se puede aspirar es a evitar que los pequeños se maten entre ellos. Pero no me hagan empezar.
El asunto es que estos cachorros de humano suelen tener padres, y madres. Los padres usualmente están demasiado ocupados trabajando para ocuparse del proceso educativo de los pequeñuelos, así que esta tarea suele ser responsabilidad de las hembras de la especie. Y ellas sí que se ocupan. Una de estas devotas madres tiene un retoño problemático (creo que el término científico para esta categoría es "pendejo hichapelotas", pero no estoy seguro). Como ya no se permite corregir estas personalidades antes de que se conviertan en un caso para la Justicia Penal mediante la aplicación de un oportuno coscorrón, mi novia derivó al niño a la Psicopedagoga, Psicóloga, Psicópata o lo que sea que diga el título de la persona que en las escuelas se ocupa de estos menesteres. Ipso facto la progenitora vino como una tromba a quejarse de tamaña abominación, anunciando orgullosa que había llevado a su hijo al homeópata y este le había revelado que su heredero era un niño índigo.
El solo hecho de exponer a un inocente a las patrañas de una pseudociencia como la homeopatía (ver este artículo) me dice bastante sobre la clase de madre que es esa señora, pero que además se crea la paparruchada de los niños índigo la pone en una categoría de las que más detesto: es una tilinga y una ignorante.
¿Pero qué demonios es un niño índigo? A eso vamos.


Según la Wikipedia, el origen de esta idiotez New Age es el siguiente:

En el año de 1982, la parapsicóloga (empezamos mal) Nancy Ann Tappe afirma que desarrolló un sistema para clasificar los seres humanos de acuerdo al color de su aura espiritual. En su libro: "Understanding your life through color" hace un estudio de lo que ella llama "los colores de la vida". Según Tappe, cada persona posee un cierto color en su aura en función de su personalidad e inclinaciones.

En el caso de los llamados niños índigo, los creyentes afirman que su aura tiende a mostrar colores añiles o azules, lo cual creen manifiesta un nivel espiritual más avanzado.

La citada Nancy Ann Tappe dice haber detectado bajo su método, que las auras de color "índigo" comenzaron a aparecer primordialmente en la década de los 80's del siglo XX y que tienen una tendencia a proliferar. De allí la idea que tales infantes tienen algún rol transformador en la sociedad en el futuro cercano.


"Los Niños índigo, como su nombre lo sugiere, no son Niños azules, sino que se les denomina así porque su aura, o campo energético, tiende a reflejarse dentro de los colores añiles, azules, manifestando la utilización de centros energéticos superiores", asegura Maria Dolores Paoli, especialista en Psicoespiritualidad (después de terminarse la cuarta botella de vino, supongo yo).
María Dolores es venezolana ,"Psicólogo Transpersonal", "Terapeuta en constelaciones familiares", "Escritora" e "Investigadora", y Autora del Libro: "Niños Indigos Nuevo Paso en la Evolución". Tomá. Su tarjeta de visita debe ser plegable.
Pero esta señora no inventó el disparate, solamente aprovechó el curro para escribir un libro (de todas formas la voy a citar varias veces, porque les aseguro que sus afirmaciones no tienen desperdicio).

No se puede leer un párrafo completo sobre el tema sin encontrar patadas a la ciencia, empezando por el concepto de aura espiritual. El aura o aureola supuestamente es un reflejo de una energía sobrenatural o energía vital que tienen los humanos. Es curioso como los charlatanes siempre incluyan alguna clase de "energía" en sus desvaríos. Lo que no parece preocuparles es que energía no es un concepto espiritual o místico sino físico, y como tal puede ser medida, si existe. Y vaya, nunca, pero nunca, ni una sola vez, pudo medirse utilizando el riguroso método científico cosa alguna que pueda ser identificada como el aura. Los cultores de las ignorancia afirman que pueden verla. Aquí les tengo que dar la razón, en este preciso momento estoy viendo la aureola que dejó en mi corbata preferida una mancha de salsa de tomates.

Pero no me hagan caso, yo soy un inmundo escéptico de mente cerrada (a la estupidez). Claro que no puedo ver el aura en esas condiciones. A lo mejor puedo detectar uno de estos seres de luz de otra forma...por suerte viene a ayudarme doña María Dolores : "...estos muchachos tienen la capacidad de ver mas allá de los espectros de la Luz, escuchar todo tipo de sonidos, incluso su propio fluido sanguíneo, y denotan una destacada hipersensibilidad táctil". Ya está. Le pregunto a la pequeña alimaña que me está mordiendo la pantorrilla si escucha correr la sangre por sus venas y listo. Es un pitufo, digo un índigo.

¿Y si con eso no me alcanza? A lo mejor la bestezuela no desarrolló todavía ese don especial. A no desesperarse. "se les adjudican grandes dosis de intuición, que se demuestra en el desarrollo de la telepatía, cualidades para predecir el futuro, y hasta reconocer la presencia de seres etéreos como hadas y duendes a su alrededor. Además, algunos menores llegan al mundo con el don de la sanación", dice María Dolores sin que se le mueva un pelo. Ahora sí. Si le pregunto qué estoy pensando y el párvulo me contesta que en darle una patada en las encías, es índigo, aunque no me va a quedar claro si lo dijo por intuición o telepatía. Y si ve duendes no lo mando al psiquiatra ni a un instituto de rehabilitación, que eso es perfectamente normal, caramba.
¡Ay, ay, ay, las cosas que hay que leer!

Pero no vayan a creer que todo termina ahí. Qué va. Se nos dice alegremente que "Científicamente ya tenemos confirmación del cambio que aportan estos chicos, manifestándose en la activación de 4 códigos más en el ADN. Lo normal en los humanos es tener 4 núcleos que, combinados en sets de 3, producen 64 patrones diferentes, llamados códigos. Los humanos tenemos 20 de esos códigos activados que proporcionan toda la información genética. Exceptuando 3 códigos, que son los códigos de arrancar y parar como si fuese una computadora"
Qué maravilla. Habría que pedirles a estos divulgadores de la estupidez que no usen las palabras "ciencia" o "científicamente". Yo me siento ofendido cuando leo tamaños dislates, imagínense lo que debe sentir un hombre de ciencias con todas las letras. Aparte de los errores conceptuales sobre la estructura del ADN y el código genético humano (las combinaciones de los codones son 64 en lugar de 20, mientras que los ácidos nucleicos son dos y no cuatro) lo que se nos afirma ahí es que los índigos son seres humanos con un ADN diferente al de los seres humanos. ¡Entonces no serían seres humanos , caranchos! Y no podrían nacer de seres humanos.

Hay muchas más afirmaciones disparatadas sobre estos seres especiales (si les interesa al final de este artículo están las fuentes de donde saqué el material para este artículo), pero a modo de muestra lean esto: "...en 1999 esta nueva raza ya abarcaba el 80% de la población infantil mundial"; "...los niños índigos nacen con un potencial de activación de cuatro códigos más, que se denota en un claro fortalecimiento del sistema inmunológico".
A ver, señores vendedores de elixir y propagadores de la pseudociencia, si esto fuera cierto, ¿no creen que de pronto se habría notado un marcado cambio en los indicadores de salud a nivel mundial? Digo, si un 80% de la población mundial infantil viene con un sistema inmunológico extraordinariamente eficiente, esto debería haber movido aunque sea un poco las estadísticas, ¿verdad?.

Esta es de lo más bonita: Isabel Stelling en “Kryon y los Niños Índigo” dice “Gran parte de la información acerca de los Niños Índigo fue transmitida telepáticamente o canalizada por una entidad, nunca encarnada en la Tierra, que se llama Kryon.”; “Kryon es una gentil y amorosa entidad que se encuentra actualmente en la Tierra desde el año de 1991, para ayudar a movernos hacia la alta energía de lo que llamamos “La Nueva Era”."
Me rindo. Si usted todavía tiene dudas, me rindo. Vaya a su homeópata preferido, hágase tirar el Tarot, cómprese 20 amuletos, canalice entidades extraterrestres y duerma abajo de una pirámide, yo me voy.

A pesar de lo que les gusta afirmar a estos propaladores de la estulticia, no hay ninguna forma de diferenciar a un ser humano de otro desde el punto de vista biológico. Es por eso que el racismo es una estupidez y una muestra de ignorancia. Pretender que existe una "raza nueva", "superior", "luminosa" es además una idea bastante peligrosa.

Para finalizar, un test que propone mi amiga María Dolores para ver si el tierno fruto de su amor es un o de estos niños que vienen a salvarnos a todos (disculpen, pero no pude resistir la tentación de añadir mis comentarios debajo de cada pregunta):

Es su hijo un Niño Indigo?

Para descubrirlo, hágase estas preguntas:

1. ¿Vino su hijo al mundo con un sentido de realeza y actúa como tal?
Mirá nene, por más que seas hijo del Rey de Noruega, lo mismo vas a tender tu cama. Y además yo sería un cornudo. Después voy a hablar con tu mamá.

2. ¿Tiene un sentimiento de merecer estar aquí y ahora?
En realidad él dice que merece estar en Disney World, mañana a la mañana.

3. ¿Tiene un evidente sentido de identidad?
Tiene un DNI.

4. ¿Tiene dificultades con la disciplina y la autoridad?
Sí, es un hichapelotas.

5. ¿Se rehúsa a hacer ciertas cosas que se le ordenan?
Sí, pero a la tercera patada entra en razones.

6. ¿Es para su hijo una tortura esperar haciendo colas?
Sí, ¿cómo adivinó? Eso es raro, ¿no? ¡Si a todo el mundo le encanta hacer colas!

7. ¿Se siente frustrado hacia sistemas estructurados y rutinarios que requieren poca creatividad?
Ya le dije, es un hinchapelotas.

8. ¿Encuentra mejores maneras de hacer las cosas que las que les sugieren en la casa o la escuela?
En realidad encuentra maneras de no hacer las cosas.

9. ¿Es su hijo un inconformista?
No, es un hinchapelotas.

10. ¿Se rehúsa a responder a la manipulación o el manejo mediante el uso de la culpa?
Sí, a veces se rehúsa a responder, invocando la 5ta enmienda y pidiendo un abogado. Le voy a sacar la tele del cuarto.

11. ¿Se aburre fácilmente con las tareas que se le asignan?
¡Yo me aburro todo el día en el trabajo! ¿Soy un viejo índigo? Me dicen que soy más bien verde, pero qué saben esas...

12. ¿Tiene síntomas de Desorden de Atención o hiperactividad?
A ver si me entiende: es un hin-cha-pe-lo-tas. ¿En qué hablo, yo?

13. ¿Muestra capacidad intuitiva?
Cuando me acerco con la chancleta en la mano sale disparando, así que me parece que sí.

14. ¿Es particularmente creativo?
Sí, todo el tiempo crea problemas.

15. ¿Demuestra empatía o preocupación por los demás?
Lo único que le preocupa es que si no pasa de grado no le compro la Play Station.

16. ¿Desarrollo pensamiento abstracto a muy temprana edad?
Desconozco. Yo con él trato de ser muy concreto.

17. ¿Es muy inteligente y/o dotado?
Es un vago y un atorrante.

18. ¿Ha descubierto su hijo la disposición a soñar despierto?
Se queda hasta cualquier hora buscando pornografía en Internet y a la mañana no se puede levantar para ir a la escuela. ¿Eso cuenta?

19. ¿Tiene su hijo una mirada profunda y sabia?
En realidad es medio bizco.

20. ¿Manifiesta pensamientos o conceptos espirituales con naturalidad?
Qué va, el niño es un ladrillo con pelos. Lo único que manifiesta con naturalidad son gases.

Si Usted ha respondido afirmativamente a por lo menos 10 de estas preguntas, el o ella probablemente sea un Indigo. Si son más de 15 respuestas positivas, casi definitivamente lo es.

Conclusión
Estimadísimo lector, si llegaste hasta aquí es probable que seas una de esas personas que ejercen el pensamiento crítico y no se llevan bien con la pseudociencias y las estupideces sin fundamentos. Por eso, si tu hijo algún día quiere justificar sus tropelías diciendo que es un niño índigo, lo mejor que puede hacer es dejarlo morado a coscorrones (es un chiste, es un chiste, es un chiste).


Buenas noches

(*)Como me ha hecho notar un amable lector, la denominación correcta es Homo sapiens sapiens.

Fuentes para este artículo

Los niños índigo (por María Dolores Paoli)
Algo más sobre María Dolores Paoli
Los niños índigo en la Wikipedia
Los niños índigo en la página de la Asociación Argentina de Lucha contra las Pseudociencias
Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH), en la Wikipedia
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