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lunes, 18 de julio de 2011

mamá

al final fui a comer a lo de mamá. más que almuerzo fue merienda. comí solo, me puse a ver la tele y entre que miraba el partido, la escuchaba a ella y me mandaba los canelones, me olvidé del sueño con érika y del insomnio. me tiré en el sofá, mi vieja me trajo una mantita. entraba un poco de sol todavía por la ventana pero tenía los pies helados. pocas ganas de moverme. me estaba quedando dormido cuando me sonó el celular. era un mensaje de cecilia, que si estaba en casa pasaba un rato. pocas ganas de contestar. mamá me trajo un té. me lo tomé rapidito para volver a recostarme y dormirme una siesta. ella me sacaba tema, que mi laburo, que los cuadros. me dijo que tenía algo más tarde. pocas ganas de charlar. cuando estaba por quedarme dormido volvió a sonar el celular. pensé que sería cecilia de nuevo porque no le había respondido. me puse de costado y arrollé las piernas. dormité un rato con el run run de fondo del partido, mientras flasheaban imagenes que no podía agarrar. cuando no estoy ni dormido ni despierto, no logro retener lo que pasa por mi mente. al final me dormí del todo y cuando me desperté eran como las diez. estaba solo. me fui para casa. me hice un te. retomé el dibujo de cecilia que había empezado hacía unos días. busqué el celular para contestarle el mensaje que me había mandado hacía unas horas. el segundo no era de ella, era de érika.

jueves, 7 de julio de 2011

érika

recién llamó mamá, que por qué no había ido a comer. la verdad ni cuenta me di de que ya es mediodía. no, las dos de la tarde son. anoche dormí mal. me despertó un ruido aunque no se si fue real. estaba soñando con érika. hace meses que no la veo. estábamos sentados uno frente al otro, en sillones como de consultorio. y cuando yo me levantaba para ir hacia ella, érika hacía lo mismo y terminábamos cada uno en el sillón del otro. como el juego de la silla pero entre nosotros y siempre con dos sillas. sillones. el ruido no se de dónde vino, fue una pequeña explosión, como cuando se quema una bombita. prendí la luz de la portátil y andaba. no se. me levanté a tomar un te, en la calle había mucho barullo. capaz que vino de ahí, ahora que pienso. los pibes de la esquina con las motos, diga que la mayoría de las veces ni me entero. en fin. me desvelé pensando en érika. me puse a buscar en mis cuaderno y encontré algo escrito antes de conocerla: ella no sabe que la observo. ni sospecha siquiera el tiempo que paso esperando a que llegue, que se baje del auto, saque la llave de la cartera y entre en su casa. cuando la puerta se cierra, me quedo un rato imaginándola quitarse las sandalias, prepararse un te, sentarse a mirar la tele con los pies apoyados sobre la mesita. cuando se apagan las luces, la imagino en su cuarto desvistiéndose prenda por prenda. a veces, como hoy, no puedo dormir.

lunes, 4 de julio de 2011

cecilia

ayer estuvo cecilia. estaba muy linda. un poco callada, creo. aunque reconozco que a veces me distraigo y pierdo parte de la conversación. en la escuela me pasaba mucho, la maestra mandaba notas en el cuaderno. qué cosa con los cuadernos, me encanta escribir en cuadernos viejos. tengo tantos! van quedando por ahí y dos por tres los releo para ver qué sentía antes, aunque nunca se cuándo porque no le pongo fecha a lo que escribo. no importa, el tiempo es tan irreal. me perdí de nuevo. ah, cecilia. estaba muy callada ayer. me había dicho que quería hablarme pero al final no dijo casi nada. me puse a limpiar los pinceles mientras ella se servía un whisky. yo la miraba moverse, es tan elegante, parece un gato, todos sus gestos son lentos, suaves. me gusta como cruza las piernas y apoya el brazo izquierdo en el sofá mientras mueve el vaso con la mano derecha. la voy a dibujar así para recordarla siempre. su mirada es tan... no se por qué me mira así. siempre estoy por preguntarle.