No hay reto
No existe ya aquel instinto de perseguirnos en una huída salvaje... ni el compromiso, asfáltico y prohibido, de un ascenso en espiral.
No hay reto, ni de amor para el corazón, ni de sudor para la piel.
No hay un enmarcar de días en el calendario de la maravilla, ni volteretas de ansia, ni hambre en los colmillos.
No me tienta la tentación del acróbata ni siento el rumor en las encías, no me estalla el cerebro en ningún malabarismo por agradarte Inés, se me escapa, poco a poco, el anhelo vivo de la fiera muerta.
Hoy me miré al espejo, siguen rondándome las pecas en lo alto de la nariz, como un signo indiscutible de qué, a pesar del vacío, sigo albergando un gramo infinito de mí misma.
Qué se yo, Inés.
http://nidelviento.blogspot.com/
Comentarios
Publicar un comentario