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martes, 17 de abril de 2012

Las reinas fallidas de Showtime

Hubo un tiempo en el que las dramedias de Showtime parecían serlo todo. La crítica las apreciaba, sus damiselas ganaban en las galas de premios y se hablaba de ellas por las redes sociales, ni que fuera porque nadie se atrevía a ignorarlas con la presencia de actrices tan aclamadas como Toni Colette, Edie Falco y Laura Linney. No eran exactamente estrellas, pero todas tenían carreras tan interesantes como respetadas. Pero ahora, cuando aún corren por el canal tres de ellas (y todas con los días contados), parece que el tiempo ha decidido ponerlas en su sitio. ¿Acaso importan aún?


Por temática, por su reparto y por su formato, todas tuvieron su momento de esplendor, intentando seguir la estela de Weeds, la única verdaderamente exitosa en el canal y que inauguró una filosofía, la de emitir series con argumentos provocadores y que siguieron tanto United States of Tara como Nurse Jackie y The Big C. Una madre con múltiples personalidades, una adúltera y drogadicta y otra con un cáncer terminal. Tres argumentos listos para suscitar titulares y atraer a todos aquellos que aman las tramas transgresoras (y que las asumen como buenas por defecto) en un esquema distanciado de los tradicionales esquemas de ficción de las networks.


Esta estrategia de unir estrellas de cine con propuestas irreverentes, sin embargo, está claramente en decadencia. Primero cayó de la programación US of Tara, que la audiencia ignoró después de una mala primera temporada, después Laura Linney perdió el Emmy contra Melissa McCarthy (hasta entonces las actrices de Showtime siempre se llevaban el premio en su primer año) y ninguna de estas “comedias” obtuvo reconocimiento en la categoría principal y encima Weeds, la única que ha tenido un público amplio y fiel tanto en el canal como alrededor del globo, no para de ser criticada por sus fans, que le piden la eutanasia después de unas últimas temporadas poco acertadas. Y si todas ellas desaparecieran un buen día sin dejar rastro, la televisión no saldría perdiendo nada.


US of Tara y The Big C, por ejemplo, dependían demasiado en unas actrices que justamente han tenido sus peores interpretaciones en sus vehículos de lucimiento, que se han apoyado demasiado en su talento y fama. También vieron como sus secundarios, por defecto, eran dejados de la mano de Dios o se les buscaban tramas absurdas y directamente imbéciles, intentando conciliar un sentido de la comedia y del drama que jamás acabaron de cuajar. La única que lo logró en cierta medida (con excepción de las primeras temporadas de Weeds) fue Nurse Jackie, aunque también demostró que sus treinta minutos por episodio no eran exactamente liberadores. No representaban diez minutos más (respecto las comedias tradicionales), sino diez minutos menos (respecto los dramas) para poder desarrollar todas sus capas (la trama personal de Jackie, los casos del hospital, la comicidad de los secundarios).


Por esto, si hay que decidir quién es la verdadera reina de las dramedias, mejor recurramos a Laura Dern y a la HBO. Puede que Enlightened confundiera bastante a los críticos con su primer episodio, pero demostró que sabía ser original y tremendamente conceptual (y hasta diría que intelectual) y también entretenida y buena (y elevada). Los vehículos de lucimiento se supone que existen para dignificar a sus estrellas y pocos personajes hay más difíciles, antipáticos, entrañables, estimulantes y agradecidos que el de Amy Jellicoe.

lunes, 3 de mayo de 2010

Cabeceras con estilo (II)

Showtime siempre me ha parecido un quiero-y-no-puedo. No en cuestión de titulares y premios, pues habrá numerosos artículos y emmys que me llevarán la contraria. Pero en cuanto a calidad y entidad, es el adolescente rebelde que pone la música muy fuerte para dar la nota y que no se da cuenta que en los consejos de sus padres también hay parte de razón.


Por eso, si la HBO dejó huella a la hora de tratar con temáticas y estilos a los que no estábamos acostumbrados en la televisión, Showtime sencillamente subió el volumen. Pero hasta ese punto en el que el buffer parece estar a punto de estallar y donde el dolor de los tímpanos es inversamente proporcional a la calidad del sonido. Y como la madre de Los Soprano, Sexo en Nueva York y Deadwood no se tomaba las cabeceras a la ligera, ellos no podían ser menos.


El caso de Dexter sigue siendo, a día de hoy, su mejor hallazgo. Conceptualmente tiene unos títulos de crédito tan sensacionales que el opening casi tiene más fans que la serie en si. Pero, bueno, que a mí no me cuenten entre sus seguidores. Todo lo que tenga que ver con este psicópata ya sabéis que me aburre.




Los de United States of Tara son otros que también han gustado mucho por ahí. Lo reconozco: soy el primero que cuando ve en Medium unos cuantos segundos de dibujos animados se queda embobado delante la pantalla. Pero no me ocurre lo mismo con la serie de Tyra Collette. ¿Bien hechos? Sí. ¿Pero creéis que les falta un hervor? Me gustaría ver qué sería de ellos con la canción adecuada.




Sin embargo, lo que nunca comprenderé será la fascinación que hay alrededor de los créditos de Weeds. Admiradores los tiene, pero yo sigo aún ahí intentando descifrar si es que soy daltónico o si es que no hay nada que ver. Y que no me digan que es la canción. Ni que fuera Cyndi Lauper.




Y aquí van los de la enfermera Nurse Jackie, que quizá no estarán a la altura de algunos de los de arriba, pero por lo menos sí introducen una serie fantástica. Para que veáis que no todo lo que siento por Showtime es odio. Siempre debe haber la excepción que confirme la regla.