¿Se puede hacer cualquier cosa por un millón de dólares?
Contesta esta pregunta. No es sencillo, la verdad, pues estamos delante de una suma de dinero que puede cambiarte la vida. ¿Has decidido ya si importa más tu integridad como persona o los ceros de tu cuenta corriente? Y es que estas dos opciones, si estás en tus cabales, son las dos filosofías esenciales en las que podrías basar tu juego en Survivor.
Hay quien defiende que cuando se entra en Survivor, uno se zambulle en un entorno donde la brújula moral ya no señala el norte. Que cualquier movimiento es correcto siempre y cuando se avance en el juego. Que echar a la buena chica y hacer avanzar a un cerdo ególatra se puede excusar, traicionar a tu firme alianza a ciegas es un gran golpe, y quemar los calcetines de tus compañeros es para quitarse el sombrero. Esta es una opción válida para muchos.
Pero yo no estoy de acuerdo. Estar continuamente grabado por unas cámaras no significa que vivas una serie de ficción y un millón de dólares no debe comportar necesariamente acuchillar a un inocente por la espalda. Hay formas y formas de lograr los objetivos y meterse en la burbuja de Survivor no significa que las personas de tu alrededor dejen de ser eso, personas. Y aquí reside gran parte de mi interés por el programa: observar como sobre una base real se disputan un millón de dólares el bien contra el mal. Por suerte, siempre hay alguien dentro de cada edición que se acerca a este razonamiento.
El máximo exponente de esta tesis es Sugar, que se unió a la aventura en Gabón (de las mejores). Ella era una pin-up, rubia y muy mona, que decidía ir a asumir la muerte de su padre en el concurso. Un encanto de chica y la típica que todos confundieron como la tonta del grupo, sin darse en cuenta que si acaso era todo lo contrario. Y gracias a su brújula moral, que no se desimantó por irse a un lugar remoto, se dieron de los mejores giros de la historia del concurso.
Joder al jodedor está bien (menos por menos es más). Contribuir a la salida de alguien, sin broncas gratuitas, para continuar, también (instinto de supervivencia). Pero ella tenía claro que no valía todo. De aquí su expresión "¿por qué lo machaca si ya está por los suelos?" y el giro que cambiaría el rumbo de la historia. Su determinación por hacer lo correcto llegaría a cotas heroicas.
Obviamente no os voy a contar el desenlace, sino que lo que quiero es que os embarquéis conmigo en mi particular camino hacia Survivor: Heroes VS Villains. Y en estas dos filosofías reside la grandeza del concurso, que no tiene un guión hermético que incline la balanza. Es por esto que el público norteamericano se hipnotizó con el formato. Porque lo que quiera el público no importa y el final puede ser tan desgarrador como justo y en Australia, Micronesia, las Islas Cook, Gabón y Samoa siempre hubo todo tipo de resultados y no siempre la heroicidad se premió con un millón de dólares. El bien, en la ficción, suele triunfar. Pero esto no es una película de Disney, sino la telerrealidad, y aquí sí que puede ocurrir cualquier cosa.
Como ya he dicho, hay muchos que opinan al revés que yo, como mi amigo anade. Si queréis, poder leer su reflexión acerca de la filosofía de Survivor y ver cómo hay quien cree que deben prevaler las malas artes a la integridad. Y si os queréis descargar Gabón, no hay mejor sitio que Survivor en Español