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domingo, 28 de diciembre de 2014

Las mejores series de 2014 (I)

Este año ha sido una locura. Tenemos tendencia a criticar todo aquello que fracasa pero, ahora que tocaba hacer balance, se ha hecho más evidente que nunca que este 2014 ha sido alucinante. Es el mejor año del que tengo memoria y esto se notará en la lista de las diez mejores series. Normalmente tenía margen de maniobra, con un par de puestos con los que podía permitirme licencias muy personales, pero esta vez ha sido un quebradero de cabeza. Demasiadas series para tan pocos puestos pero vayamos al grano que, una vez publicada en su totalidad, ya explicaré cuales se quedaron a las puertas, que son demasiadas y todas tenían razones para colarse entre las diez primeras.

10. You’re the worst
Este 2014 debía ser el año de las comedias románticas y, según parece, lo recordaremos porque casi ninguna ha funcionado. ‘You’re the worst’ tampoco se sale del todo de la norma, ya que su audiencia fue mínima incluso dentro de los parámetros del canal FX, pero en calidad se excedió. Stephen Falk creó una obra que se describió como una anti-comedia romántica y que, paradójicamente, ha sido muy entrañable: Chris Geere y Aya Cash interpretaron a dos jóvenes cínicos y despreciables que, pese a intuir que son incompatibles, deciden seguir viéndose después de una noche de borrachera y sexo.

La química, la acidez, unas situaciones que encapsulan bien la modernidad y el esnobismo y unos secundarios a la altura (primero sorprende Kether Donohue como la amiga conservadora y luego Desmin Borges desarrolla su personaje) han permitido que sea la comedia revelación. Es un diez y sobre todo es muy divertida.

9. Gravity Falls
Escribí en La Vanguardia que esta serie de Disney Channel debía tener el récord de ideas chulas por minuto y creo que, si se le echa un vistazo, queda claro. ¿Es animación infantil? Sí. ¿Es para los adultos? Y tanto. Todo espectador que disfrute con los viajes en el tiempo, máquinas imposibles, criaturas sobrenaturales, referencias al género de terror y con sentido del humor puede pasarlo demasiado bien con ‘Gravity Falls’.

Otra que juega en una liga similar es ‘Rick & Morty’, que se quedó a las puertas de entrar en la lista, y que es subversiva. Pero opino que escribir una serie tan redonda resaltando valores como la amistad y cariño fraternal sin escepticismo y que funcione sin resultar empalagosa al público adulto, tiene todavía más mérito.

8. The Knick
Este año ha habido dos direcciones que han maravillado y han sorprendido dentro de los parámetros de la televisión. Primero fue Cary Fukunaga en ‘True detective’, un trabajo por el que recibió el Emmy, y después llegó Steven Soderbergh con su mano más documental, la misma que empleó para llevarse el Oscar con ‘Traffic’. No, no creía que esta factura visual fuera posible con semejantes planos y una fotografía tan cuidada, que capturaba perfectamente el vestuario y los decorados de principios del siglo XX (bueno, técnicamente del último año del XIX).

Se la nota inteligente, por ejemplo, cuando la cámara baja las escaleras para meterse de lleno en una matanza de ratas. El tono encaja en esta radiografía de época protagonizada por Clive Owen donde prima el realismo a las tramas (que las hay) y donde se permiten esperanzarnos para devolvernos a la triste realidad, que Soderbergh sabe que no puede cambiar por más que ilustre las imágenes con la magnífica música de Cliff Martínez, la mejor del año.

7. Outlander
Uno de mis principios a la hora de valorar una serie es reflexionar sobre si cumple con sus propios objetivos. No tiene los mismos deberes una comedia que un drama sobre el holocausto o una dramedia familiar, y la televisión sería aburridísima si todas las ficciones tuvieran las mismas intenciones. Por esto ‘Outlander’ está en el puesto número siete porque, a pesar de las dudas que suscitó al principio, se consolidó como una ficción muy entretenida que creó una de las heroínas de este año.

Claire, la enfermera de la Segunda Guerra Mundial que se encuentra de repente en el siglo XVIII rodeada de escoceses rebeldes, tiene uno de los mejores retratos del año. Caitriona Balfe ayuda con su composición, compenetrando muy bien la voz en off (que no es tan abusiva a medida que avanzan los episodios) y sus miradas. Y, si soy sincero, me quedé con la boca abierta con el sexto episodio, ese duelo teatral con un villano sin pizca de compasión, y después con el séptimo, ese relato erótico tan bien expuesto, rodado, picante y original. Allí pasó la línea entre correcta y buena, siendo también novedosa (hemos visto desnudos en televisión pero nunca tan bien rodados y tan sensuales).

lunes, 22 de diciembre de 2014

Los episodios de 2014 (I)

Hay personas que se acuerdan de las citas de las series y el nombre de los capítulos pero yo no soy uno de estos afortunados individuos. Mi memoria es selectiva y a veces olvidadiza y esto se verá reflejado en esta lista de algunos de los episodios más destacados del año. No necesariamente son los mejores pero sí aquellos que más me han llamado la atención y que, cuando he querido acordarme de ellos, he podido. Y es que este año ha sido un muy, muy buen año y ahora toca prepararse para artículos y más artículos sobre lo más destacado.

‘Get the rope’ de The Knick
Es fantástico que el cable haya servido para que las series se tomen su tiempo en desarrollar las tramas. Por esto es curioso cuando una serie tirando a lenta como ‘The Knick’, ni que sea porque parecía tener un propósito más documental que narrativo, se propone ser trepidante. Los ataques racistas que recibe el hospital y el empeño del equipo médico por salvar la vida de los pacientes negros es uno de los episodios mejor engrasados del año. Ritmo, ritmo, ritmo.

‘The Wedding’ de Outlander
Es muy fácil de entender porqué este episodio está en la lista del año: jamás ha habido un episodio tan tórrido. Hemos visto sexo, hemos visto desnudos, pero ‘Outlander’ consiguió ser erótica, enamorar con cada roce y la dinámica sexual de esa noche de bodas que, como muchos medios americanos se fijaron, tenía una óptica muy femenina. Y esto, curiosamente, vino después de otro episodio casi teatral que podría haber entrado en esta lista (y que le pasaba la mano por la cara al episodio del hotel de ‘Masters of Sex’, por cierto).

‘Buridan’s Ass’ de Fargo
En Girona hace frío pero no nieva. Por lo tanto, me quedé helado y desconcertado (y maravillado) con los disparos en la nieve de ‘Fargo’. Estaba en medio de la tormenta mientras la serie de FX me decía sin disimulo que su propuesta estética estaba al mismo nivel que el cínico, divertido e inteligente guión.

‘Under pressure’ de Modern Family
Todavía no sé cómo Christopher Lloyd y Steven Levitan permitieron que la guionista Elaine Ko escribiera un episodio con un arco tan dramático. El ataque de nervios de Alex no era una coartada para rematar un gag final, simplemente nos permitía entender un personaje. Es muy, muy raro utilizar el adjetivo desgarrador para referirme a un episodio de ‘Modern Family’.

‘Dramatics, Your Honor’ de The Good Wife
No es el mejor episodio de esta serie, ni tan siquiera de esa temporada, pero hoy en día ya casi no existen las sorpresas en televisión, mucho menos una de ese calibre. Pero sólo se puede llevar a cabo con el respeto de todos los implicados, algo que parece que existe en el rodaje de ‘The Good Wife’.

‘The Last Stand’ de The Legend of Korra
Terminar una serie con una última escena tan impactante como coherente y satisfactoria tiene mérito, sobre todo cuando sirve de colofón para una última temporada muy sólida para una serie inmejorable. Sí, ‘The Legend of Korra’ despierta ahora mismo mi vena más talifán.

‘Thirsty Bird’ de Orange is the new black
Aquellos que odiaban al personaje de Piper Chapman y que pedían que la serie fuera más coral, estuvieron de enhorabuena. Aquellos como yo que pensaban que era una gran protagonista y que adoraban que la serie transmitiera cierta sensación de miedo dentro de la prisión, debieron disfrutar muchísimo con este arranque de temporada que lamentablemente fue a menos.

‘Execution’ de Revenge
Este año en el final de temporada hubo un plus de mala leche con una dinámica de “giro, giro, giro” tan loca que sólo pude levantarme y aplaudir. La escena de “te dejo un regalito bien colocado en el sofá” es uno de los momentos del año.

‘Rixty Minutes’ de Rick & Morty
Cualquier episodio de esta serie de animación podría estar en la lista. Las ideas son demasiado originales y potentes, y siempre están bien desarrolladas. Pero evidentemente me ganan con los canales de todas las realidades alternativas. Lo meta es uno de los mayores fuertes de Dan Harmon.

‘A Day’s Work’ de Mad Men
Se supone que ‘The Strategy’ encapsula a la perfección la relación y evolución de Don y Peggy como pareja laboral, pero el chiste de las rosas me gana. Es un ejemplo perfecto de como los mejores dramas suelen ser las mejores comedias (competición donde gana ‘The Good Wife’, por cierto).

Mañana, los once restantes.

viernes, 3 de octubre de 2014

El controvertido recurso de la voz en off

Los guionistas del próximo año deberían asumir que la voz en off es un recurso bastante controvertido. Si se usa mal, puede contribuir a cogerle manía a los personajes y agotar al espectador con tanto detalle innecesario. ‘Manhattan Love Story’, por ejemplo, puede que hubiera tenido mejor suerte pero despertó manía en los críticos americanos que la vieron. ¿La razón? Los diálogos de los protagonistas consigo mismos sólo demostraban que no tenía nada de novedosa.

Jake McDorman es quien salió peor parado. Ya en los TCA, las rondas de prensa que dan las productoras y canales a los periodistas, tuvo que tomarse las preguntas medio en broma de tanto que fueron a por él. Los personajes machistas cuya mayor afición es mirar la delantera de sus interlocutoras suelen generar rechazo, sobre todo si no están acompañados de líneas ingeniosas y los guionistas creen estar saliéndose del molde.

Es una lástima porque Analeigh Tipton, que todavía me fascina que surgiera de ‘America’s Next Top Model’, es una actriz con potencial para resultar simpática. Pero la chispa no surge, en gran parte porque la voz en off ocupa tanto espacio que no permite que los actores desarrollen ningún tipo de complicidad. Es lo que ocurre cuando no escuchas al prójimo sino sólo a ti mismo.

‘Outlander’ es otra que despertó reticencias por la voz interior de Claire, la enfermera que viajaba en el tiempo hasta encontrarse con escoceses rebeldes. Por suerte, se podía intuir que era un pasaje, que los guionistas querían asegurarse que nadie se perdiera ninguna observación de esta heroína, y con el paso de los episodios perfeccionaron su uso. Sólo molestaba cuando nos contaba situaciones y dilemas que ya podíamos percibir en el rostro de Caitriona Balfe, una fantástica protagonista, y en general las líneas estaban bien escritas (repito, la metáfora del jarrón del piloto era genial).

Esta serie, además, demostró que algunas series dan la impresión de tener potencial... y luego lo explotan del todo. ‘Outlander’ estaba en un eterno estado de presentación, más que nada porque una chica de mitad del siglo XX debía tantear las aguas antes de sentirse del todo cómoda en el siglo XVIII, y de repente descubrimos que había sentado unas bases muy sólidas. Teníamos una heroína, teníamos un contexto bien explicado (el concepto prisionera-invitada había que desarrollarse) y luego se atrevieron con los experimentos.

El sexto episodio fue tenso y teatral y probablemente uno de los mejores del año. La vulnerabilidad que se percibe durante toda la hora, mientras vemos a Claire discutiendo con generales británicos, es una victoria. ¿Quién imaginaba, además, que conseguirían retratar un villano tan inquietante como Jack Randall en esta ficción donde creíamos que sólo tendrían carisma los tortolitos? Y luego llegó el séptimo episodio y todo el potencial del canal Starz se puso sobre la mesa, la capacidad por mostrar lo que quieran sin filtros al ser cable premium.

Este es otro episodio que, puesto en retrospectiva con lo demás visto este año, está entre los mejores. Sorprende porque podría tener un sentido narrativo convencional y, en cambio, desestructura esa situación para construir mejor los sentimientos del espectador hacia los protagonistas. Ese juego hace que sintamos todavía más al final del episodio porque damos todavía más valor a los acontecimientos que preceden las escenas. Y, a lo tonto y mirando por encima del hombre a los críticos y desconfiados, ‘Outlander’ se ha convertido en una de las mejores citas de este 2014. Ahora la espera hasta abril será muy larga cuando se emitirán los ocho episodios restantes de la primera temporada.

domingo, 24 de agosto de 2014

Médicos, enfermeras y físicos nucleares

¿Os acordáis cuando en invierno nos rasgábamos las vestiduras porque no había novedades interesantes? ¿O esas series que apuntaban alto y se estrellaron? Pues el verano ha sido el revulsivo perfecto. Sin esperar nada de ninguna propuesta, más que nada porque estoy curtido y me cuesta ilusionarme, ha habido unas cuantas novedades que han sobrepasado las expectativas.

‘The Knick’, por ejemplo, podía ser la enésima obra que llevase la etiqueta de “serie de calidad” pero sin entusiasmar entre el público. Una de esas series que acostumbra a hacer HBO y que gustan más en la teoría que en la práctica (‘Boardwalk Empire’ y ‘Luck’, os miro a vosotras). Pero este proyecto que destinaron a Cinemax, el otro canal del conglomerado, funciona a otro nivel. Es una inmersión absoluta a la medicina del año 1900, en concreto en Nueva York, y Steven Soderbergh hace un buen trabajo plasmando ese universo.

No, de momento no es ‘Anatomía de Grey’. Tampoco lo será nunca, supongo. Su aproximación tiene más de documental, de contarnos otra era con otra filosofía de medicina (las cirugías eran prácticamente experimentos y una fiebre podía significar la muerte), pero es fascinante de ver. La música de Cliff Martinez, bien contemporánea, nos obliga a juzgar a todos los personajes y les desnuda a ellos, a su racismo, su machismo y su adicción a la cocaína. Clive Owen está bien en el papel principal, sí, pero lo interesante es todo lo demás.

Otra que es más emocional es ‘Outlander’, la serie que nos han vendido como un ‘Juego de Tronos’ para señoras. ¿Lo es? En concepto, sí. Pero esta adaptación de las novelas de Diana Gabaldón, que empezó con ‘Forastera’, no deja de ser un relato romántico con una gran e inequívoca heroína al frente. Una enfermera llamada Claire tras la Segunda Guerra Mundial se va de viaje a Escocia con su marido y, de repente, se encuentra en 1743. ¿Qué debe hacer una mujer en esa época sin nadie que pueda ayudarla? Pues, según parece, enamorarse de un granjero llamado Jamie.

Lo loable es que Ronald D. Moore (‘Battlestar Galactica’) quiere hacer bien las cosas. La ambientación está conseguida y el drama tiene sustancia: sabe quien es su público y entiende que también quiere algo bien hecho y bien escrito además de tensión sexual. Por esto ‘Downton Abbey’ arrasó en medio mundo porque entendió que una serie destinada al público femenino no tenía porque producirse como si fuera de segunda. Y Caitriona Balfe es una de esas actrices que parecen nacidas para interpretar un personaje de época. Podrían intercambiarla con la protagonista de ‘Call the Midwife’ y probablemente no apreciaría la diferencia. Starz por primera vez hace algo que me interesa (‘Boss’ entraría en esa categoría de series que apuntan maneras pero son un coñazo).

Y finalmente otro canal que está de enhorabuena es WGN. Empezaron en el terreno de la ficción propia con la decepcionante ‘Halem’ y ahora ‘Manhattan’ apunta maneras. ¿Otra serie sobre Nueva York? Ni en broma. Esto es un drama sobre los físicos que inventaron la bomba nuclear, que procuraban tenerla antes que el enemigo durante la Segunda Guerra Mundial. Un concepto original y otra serie sobre un entorno laboral estimulante, al igual que ‘Halt and Catch Fire’ de la que hablé (¡y que ha renovado por una segunda temporada!). Habrá que ver más pero me gusta que su piloto sea accesible, tenga ritmo y explique bien por dónde irán los tiros. No todo tiene porqué ser críptico en este mundo.

¿Quién dijo, entonces, que el verano era para las series ligeras y subproductos? ¡Se nos han amontonado los deberes de golpe!