No es lo mismo un guido que un italiano. Un italiano es una persona nacida en Italia o que vive y trabaja allí (como diría Jordi Pujol). El concepto guido, en cambio, surgió como un término peyorativo para referirse a los italoamericanos y que algunos de ellos acabaron asumiendo. Snooki, J’Woow, The Situation o Pauly D son algunos ejemplos. Les eligieron para participar en un reality sobre cómo veraneaban, ligaban y salían de fiesta y se convirtieron en un fenómeno con sus propios mandamientos. Por ejemplo, nunca saldrás de fiesta sin haber cumplido con la máxima del GTL. Vamos, que sin mazarte en el gimnasio (Gym), pasarte por los rayos V (Tan) y recoger tu modelito en la lavandería (Laundry), no estás preparado para arrasar durante la noche. Son los chicos de Jersey Shore.
Ellas definen a sus compañeros y a los hombres de su vida como “croissants de cabeza jugosa” (aunque utilizan esta expresión incluso para el gorila más feo de cara del zoo) y ellas son, a resumidas cuentas, un polvo neumático con un extra de bronceado. Siento ser grosero, pero no se pueden describir de otra forma. Lo único que esperan del día, que para algo sirve el GTL, es emborracharse, salir de fiesta y chuscar con cualquiera aunque sea delante de las cámaras de televisión. Y no, sus padres no se avergüenzan de ellos. Antes de empezar cada aventura (lo que entendemos por una temporada televisiva) siempre vemos a algún familiar dando ánimos a su hijo/sobrino/primo: “¡A follar...!”. Todos sabemos que un macho alfa necesita ocho millones de testigos para demostrar su hombría.
La cuestión es que, después de liarla en la costa de Jersey y también en Miami (y otra vez en Jersey), los productores no tuvieron mejor idea que complicarse la vida llevándolos a la tierra de sus ancestros, Italia. Lo habían hecho las Real Housewives of New Jersey, que se consideraban unas mammas italianas auténticas (aunque son unas chabacanas de cuidado), y ahora era su turno de probar su italianidad. Así han podido demostrar cuánto de italiano saben (la mayoría se confunden y sueltan palabras en español) o cómo dominan su geografía (Snooki: “La verdad es que no sé dónde está Italia, pero sé que tiene forma de bota. Ah, y está en ese inmenso país llamado Europa, donde también se encuentran Francia, el Reino Unido e Inglaterra”). Poco más.
El secreto del programa es que ellos son un show y, aunque el alcalde de Florencia les prohiba beber en la calle, ellos ya se preocupan de ofrecer circo al populacho. La lían parda y encima transmiten naturalidad. Y también consiguen, como cada temporada, que me baje del carro tras unos cuantos episodios. Cuando alguien como The Situation se te mete bajo la piel con su malicia (ese tipo que se cree guapo y es un six-pack pegado a una patata y con los pies juntos) y ese tapón rellenito de alcohol llamado Snooki te parece entrañable (incluso cuando busca hacer un smoosh smoosh desesperadamente), es hora de tomarte un respiro. Sólo hay un paso entre reírte de algo en la televisión y salir de fiesta con un moño y fist-bumpear en el aire en busca del gorila definitivo. Necesito tiempo y espacio, queridos guidos y guidettes. Pero volveré (siempre vuelvo).