mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

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sábado, 7 de septiembre de 2013

GALLETAS DE MANZANA

Mañana día 8, se celebra el día de Asturias y volvemos las miradas a nuestra Patrona, La Santina de Covadonga. Desde aquí quiero hacer un sencillo homenaje a los productos de nuestra tierra y os dejo unas galletas, sin huevo, muy fáciles de hacer. Uniendo avellanas, nueces y manzanas, unos minutos de dedicación y el calor de un horno, conseguimos unas galletas muy ricas. Quiero advertir únicamente que las manzanas tienen que estar verdes y duras, para que no se deshagan al cocer. Y si son de las que se utilizan para hacer la sidra asturiana, mejor.
Espero que os gusten (Os dejo el enlace de una tarta para la Santina)


Un texto de A. G. Ovies:
ASTURIAS

banuguesdesde-penas.jpg
Tarde de agosto, desde el Cabo de Peñas, Asturias.http://www.youtube.com/watch?v=pbubmSXP8T0

Asturias, si yo pudiera, si yo pudiera contarte. Si yo pudiera decirte, y pudieras tú escucharme Por donde quiera que miro, por donde quiera que paso, no veo más que vacío, no piso más que pasado. Montañas que nos aíslan, caminos prejubilados, bosques enfermos de sombra, campos que ya no son pasto. Herrumbre, ruinas, raíles; carrizos, barro y barrancos. 

Aldeas donde el olvido sangra por todos sus caños, veletas desorientadas en el vano del tejado. Rosas silvestres que afirman la soledad de los marcos; gallinas que picotean del abandono los granos. Manzanos vivos de muérdago, vestigios de espantapájaros. Corredores donde esperan a sus difuntos los gatos. Bardales, zarzas, retamas; rodadas, berros y cardos.

Paneras donde agonizan las vértebras de los carros. Razas rurales que arriendan su identidad y sus sábados. Riqueza traicionada por subvenciones y pactos. Región para cazadores y dos osos amaestrados. Linderos que no limitan sino con los avellanos. Ríos de seca corriente, por más que sigan bajando. Abrevaderos, tritones, águilas, cuervos y grajos.

Comarca museizada en trisqueles y urogallos. Verde poeta a derroche en dípticos y calendarios. Tierra para telarañas y lamentos de venados. País con la lengua rota, trozada por artesanos. Tradiciones enristradas en vigas y diccionarios. Aire por el que ni surcan las crines de los caballos. Barrenas, frío, barbecho, terrones, cuadras y páramos.
Jóvenes aves que vuelan en pos de un cielo más claro. Espacio que no soporta su tanto espacio parado. Concejos que nadie habita más que la luz y los tábanos. Ancianos que se adormecen en los asilos urbanos. No sé, tal vez me equivoco, quizás fui siempre un romántico. Tal vez no pasan ni miran, por donde yo miro y paso. Asturias, si yo pudiera.Te vale más no escucharlo (La Voz de Asturias, 13-09-08).A. G. Ovies

domingo, 30 de junio de 2013

FÁCIL:GALLETAS DE LIMÓN, sin huevo ni grasas, de Cándido

Unas curiosas galletas.
Esta receta es de un libro de hace años y del que saco mucho provecho: La cocina Española.  El libro de oro de la gastronomía, de Cándido, Mesonero Mayor de Castilla, 1ª edición del año 1970.
Aunque las denomina galletas, son una especie de bizcochinos con  sabor y textura auténtica. No llevan ni huevo, ni mantequilla o aceite y son muy fáciles de hacer, se cuecen y enfrían  rápido. Recomienda espolvorear con azúcar glas si se comen calientes.
Animaos a prepararlas que están muy ricas.
Se parecen a los bizcochos de soletilla. 
Un texto de A. G. Ovies, publicado en La Nueva España:


Las flores de la amistad:  brotan cada verano, llenan el jardín de color.
POR SI ACASO

Por si acaso morías de esto o de aquello, se vivía en un sin vivir. Por si acaso cogías piojos o liendres, te bañaban en zeta-zeta. Por si acaso el frío, por si los sabañones y las boqueras, te embutían en aquellos marianos que picaban a rabiar, en la camiseta de felpa, una capa encima de la otra, dos pares de calcetines, el pasamontañas, el abrigo y la bufanda o papeles de periódico entre prendas y pelleja. Por si aquello.
Por si lo otro, había que llevar siempre una muda limpia, decente, aunque por fuera los pantalones no se vieran muy nuevos, aunque por la puntera de los chanclos o las zapatillas te saliera el dedo gordo, aunque las rodilleras y las coderas se vieran un poco gastadas. Pero la muda…, por si acaso te embestía un coche, por si acaso te daba un mareo, por si por cualquier cosa o cualquier caso, por si no te bañaras: la muda limpia, tienes la muda encima de la butaca, muda esa muda. Por nada y por todo, por si acaso.
Por si te invadían las lombrices, por si acaso el vientre se resentía, por si te pudrían los dientes y se dañaban las muelas, por si acaso te salía una erupción, por si te congestionabas y vomitabas la cama, por si te empalagaba el exceso: nada de dulce, azúcar lo mínimo, chocolate de pascuas a ramos, nada de leche condensada, nada de lo bueno porque todo era muy malo, nada de nada. Eso sí, todas las mañanas, un vasáu de Sansón o de Quina santa Catalina con una yema, por si acaso la anemia, por si la debilidad, por si te destemplabas o por si qué sé yo.
Por si acaso venía alguien por si acaso alguno enfermábamos, una caja de pastas y unas galletas exquisitas y una botella de moscatel. Pero aquello ni tocarlo, por si acaso el médico, por si acaso unos familiares, por si acaso el practicante, por si acaso un velorio, una urgencia, un aprieto. Por si acaso, guardado bajo llave. Y si vas a casa del vecino, ni se te ocurra pedir.
Por si acaso mentías al confesar que el maestro te diera un solo bofetón, por si no te quedara el cuerpo a gusto, por si a ver si pensaban que en casa no te educaban, por si hicieras alguna maldad o te enredaras en cualquier gresca, por si no obedecieras a la primera o no llevaras hechos los deberes, por si en la escuela se quedaran cortos: otro estirón de pelos y otras dos hostias.
Por si acaso la espichabas si se cebaba contigo la tuberculosis, por si las moscas y la escarlatina, por si las tripas se perforaban, por si un cólico te dejaba seco. Por si estallaba otra Enemiga, por si un terremoto, por si una desgracia, por si un castigo del Señor, por si un cataclismo, por si otro diluvio, por si una epidemia, por si una plaga, por si lo que pudiera ser, fuimos bien porsiacaseros.