mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

Mostrando entradas con la etiqueta Carnaval. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Carnaval. Mostrar todas las entradas

martes, 20 de enero de 2015

MASA FRITA: TERESICAS CON MEMBRILLO, fácil


El relleno, a vuestro gusto.
Con el frío, la nieve y los cambios propios de estos últimos días, parece que apetecen más las 'llambeduras o llambionaes', con un chocolatín caliente y un apacible calor de hogar. Bueno, pues para ello os propongo estas exquisitas teresicas, basadas en las publicadas en el libro de Pilar Ovies, `Tu cocina´ y con el deseo de que os gusten. No plantean ninguna complicación y son rápidas de preparar.
La masa queda muy fina y hojaldrada

.
Un texto de A. G. Ovies publicado en La Nueva España



Palanca de yerba n´Asturies. Foto: Orgullosos de ser Bañugueros.
La escasez en mitad de la abundancia

Aurelio González Ovies

Dicen que crece el hambre y sé que no es mentira, pero en mi tierra están las frutas caídas por el suelo. Y los huertos callados y olvidados sus lindes y abatidos sus muros. Nadie baja al otoño con cestos deseosos de bayas y sabores. Nadie prueba el almíbar de cada primavera ni recolecta el bien de sus libres arbustos. Tan sólo la alimaña se regocija y nutre del festín opulento de la naturaleza. Apenas los más jóvenes conocen las espinas del erizo ni han probado la carne de los escaramujos. De pronto hemos pasado de la nada al exceso. Y ya no recordamos la humildad de las uvas ni el tacto del membrillo ni el fragor del saúco de acostumbrarnos tanto a fingidos productos.

Dicen que hay hambre y sé que eso es muy cierto. Aquí, en cualquier calle, muy cerca de nosotros. Mas en cualquier paraje se pudren las ciruelas al borde del camino y las tiernas castañas y los piescos maduros. No apetecen a nadie las manzanas ni el higo ni las moras ni el apio ni el orégano tímido que perfuma el verano. Nadie mira las nueces ni recoge las guindas. Nadie aprecia el arándano ni el fértil avellano ni los solos madroños ni el rubor de los prunos. En mi región parece que nos sobra de todo o que aquello que abunda se desecha o se tira; y es más fácil comprarlo adulterado y falso. Y pisamos bellotas y añoramos su harina, descastamos el fuego y pagamos por humo.

Dicen que terminamos con todo lo que existe. Que es el sino del hombre. Que su instinto es así. Porque apenas cuidamos lo mucho que perdura con su verdad de siempre, con su paciencia inmune. Y me extraña que aún se prenda la luciérnaga. Y que sigan los cuervos con su vuelo de luto. Me admira que madruguen las ardillas y el Sol y que canten contentos el raitán y el cuclillo o que ahueque la noche la insistencia del búho. Me asombra que nos amen el perro y el caballo y todavía nos cedan su lana las ovejas y que no hayan cansado las aspas de la brisa ni se hayan obstruido las arterias del mundo. Me sorprende que el cielo no se haya desplomado o que la mar permita que profanemos más sus túneles cobalto. Me desconcierta el hombre, a veces, con sus poses. Porque dicen que hay hambre, pero somos un péndulo entre miseria y lujo.

jueves, 27 de febrero de 2014

CASADIELLES DE TRUBIA, DE JUAN EL PANADERO

--
Muchas gracias a Bea y su familia, por la receta.
Hoy se celebra en nuestra región el día de les `comadres´, esa fiesta que, en un principio, no quería más que otorgar a las mujeres, al menos por una tarde o una noche, los mismos privilegios de los que gozaban los hombres durante todo el año. Aprovecho la ocasión para publicar estes casadielles que tengo preparadas desde hace tiempo. La receta que me facilitó Bea, es de su padre que regentó varios años una panadería familiar. Como no me comentó si la terminación era al horno o fritas, las preparé de las dos maneras.
Es una masa estupenda, estira lo que queramos y no se rompe, pero es importante dejarla en reposo de un día para otro.
Espero que las disfrutéis, lo mismo que todas las mujeres asturianas esas reuniones gozosas. Que tengáis un feliz encuentro.


CON MIS PROPIAS CADENAS

Con mis propias cadenas mallé la libertad. Siempre soñé acceder a sus 
soberanías. La libertad es frágil y voluble. Rotunda y encendida. Como las 
dolorosas amapolas que surgen de repente en un verso sonoro de Antonio 
Gamoneda. Hay en la libertad tardes muy desoladas, con pinares ausentes y 
cielos invernales. Y pájaros oscuros que gravitan y rondan la decepción antigua 
del poeta. Es endeble y vidriosa. Como la decepción que tocó Gloría un día en 
sus títeres de agua y en sus mundos de fieltro y en su piel de muchacha 
afrutada y enferma. 
La libertad que habito me aísla de los credos y las filantropías. Me libra de los 
garfios y de algún que otro adeudo. Y me obliga a ocultarme de la realidad, me 
somete a un estado de inquietud y belleza. Es parecida a un ático con la luz de 
un domingo entre la brisa. Me recuerda al amor. A sus ojos inquietos. Libertad 
joven, limpia. Semejante a su pelo y a su blusa en aquellas hermosas 
primaveras. Es breve en ocasiones, caprichosa y tenaz, como ola de océano, 
como Nervo y Sabines, como Rulfo de un faro, como nube en verano que veloz 
cruza el mundo y anuncia una tormenta. 
Y me tiende sus puentes hacia otros corazones. Hacia otros semejantes que 
aman la independencia. Que no firman contratos ni tramitan usuras ni se 
venden ni asienten ni se ensucian ni arriendan. Mi libertad me afloja las riendas 
que no acepta, pero son necesarias para la forma humana. Y me asiste y está 
siempre entera conmigo, por mucho que jamás se la advirtiera. Me permite 
cruzar por la literatura y arribar en parajes que aún no están en libros. 
Preguntarle a Cernuda qué sabe del olvido, cómo reconocerlo, desde dónde 
hasta cuándo se extienden sus dominios, con qué voto ahuyentar su 
inminencia. 
Mi libertad es mía. Como la piel y el tacto y la mirada. Es una libertad 
intercambiable, huraña. Me aleja de presbíteros y de los dictadores, sus 
catervas y tretas. Me envejece y me amolda a su extraño carácter. Pero me 
contamina con sus infinitudes de albedrío y firmeza. Me consiente sondear los 
deseos imposibles, rechazar sus antojos. Saborear el pecado. Ausentarme y 
seguir hacia mí mismo. Observar las medusas que surcan la Odisea. Abrazar el 
suicidio de Goytisolo y Sylvia. Su eternidad bordeada de espliego y de 
ciclámenes. Su pasión por la vida, su sed de inexistencia. 
© Aurelio González Ovies 
La Nueva España (19-2-2014) 

jueves, 24 de octubre de 2013

TERESITAS DE SARTÉN



Esta vez la receta es de un libro de cocina antiguo: La moderna economía, de Carmina Fernández de Rivera, 1959, 5ª ed. Y se lo tengo que agradecer a otra buena amiga, sabía que lo cuidaría muy bien y me lo hizo llegar, acompañado de muchos más. Decir que me tocó el corazón es quedarme corta, seguro que si os gustan los libros, entenderéis muy bien este sentimiento. Gracias, Conchita, disfruto mucho leyendo las recetas, aunque me sea imposible publicar más a menudo. Pero ya iré poniendo las que sean fáciles y rápidas.
Gracias también a todas esas buenas personas que me rodean y me miman, y demasiado. Un beso.

La receta, unas teresitas de sartén, fáciles, económicas y rápidas de hacer, más aún de comer, pues si las hacéis, ya me contaréis.




Un poema de A. G. Ovies, de su último libro, Versonajes
FRUELA


Qué raro que tarde tanto...,



qué raro que no volviera,
si dejó las zapatillas
como otros días a la puerta.
Si se marchara de viaje,
me limpiaría la caseta
y me daría comida
y un bote con agua fresca.
Hace un mes que no aparece;
ya olfateé en la taberna,
no lo han visto ni en el pozo
ni en el bosque ni en la era.
Voy a a esperar unos días
y a ver si alguien me orienta.
Voy a recorrer el pueblo
y a llegarme hasta la iglesia.
La última vez, me parece, 
cuando le dolían las piernas
lo llevaron dos señores
de una furgoneta negra.
Y allí está noche tras noche
ladrando y aullando Fruela,
entre un blanco cementerio
y una sola y vieja escuela.   


domingo, 17 de febrero de 2013

CANUTILLOS FÁCILES (crema de manteca de mamá)

La receta de estos canutillos es de doble autoría. La masa me la facilitó mi amiga Flor, a la que le encanta la repostería, bueno, la cocina en general. La crema, es de nuestra madre. Una mezcla que casa muy bien. La delicadeza del dulce sabor de la crema con manteca y el hojaldrado crujido de la masa de moscatel son un regalo para el paladar.
Muchas gracias Flor, la masa estira muy bien y queda muy rica.
El ser `llambiones´, como denominamos por aquí a las personas golosas, pienso que viene en los genes. Es cosa de familia. Desde siempre recuerdo las tardes de domingo con sabor a azúcar. Un simple bizcocho, una fuente de rosquillas, un larguero de bollines o una tarta de manzana, por poner algún ejemplo, adornaba nuestra mesa al calor de una taza de leche. Nuestra madre también lo heredó, a la vez que sus primas. Prima especial, de las especiales, casi una hermana, era Reme. Se criaron juntas, compartieron tiempos en los que la escasez era abundante, pero no por eso lo pasaron mal. No les faltó de nada, sus tías guardianas, abuelos y tío, trabajaron duro para hacerlo posible. Hoy quiero rendirle homenaje. Seguro que se 'zamparía' unos cuantos canutillos con su sonrisa burlona, como quien no quiere la cosa.
Cuando se juntaban ella y nuestra madre en días de mercado, con lo que más disfrutaban era con algunos dulces que comían en una pastelería ya desaparecida de Avilés
Querida Reme, como se que te prestarían, los comparto contigo.
Guapa por fuera y mucho más por dentro.
Un poema de A.G. Ovies
banuguesdesde-penas.jpg
Los pedreos que tanto y tanto recorrió Reme.

      Cuando lloraba, entonces

                               yo le decía:

                               no llores,

                                               mira,

                                                               ¿ves?,

                               por ti va y viene el mar

                               con olas a la tierra.

                               Tú lloras porque no la alcanzas

                               y ella porque no te llega.

                                                                                                                                         (Para Reme)

viernes, 8 de febrero de 2013

TERESICAS, las bollinas de crema de mamá

Rellenas de crema pastelera. Fuente: Cocina selecta, Carmen.
Al próximo domingo, el anterior al carnaval, nuestra madre siempre lo denominaba `domingo del gordu´ y siempre nos tostaba bollines: de calabazón, de manzana o bollines sin más. Otras veces, `mantes´ (frixuelos), rosquilles y casadielles.  Pero, independientemente a estas fechas, si nuestro primo Toño anunciaba una visita a nuestra casa, ya la veíamos trajinando con harina y rodillo en mano: le hacía bollines de crema. Tenía, como ya comenté, solamente un libro de cocina, pero le sacó todo el provecho del mundo. Cuando se fue, me quedé sin saber cuál sería la receta que utilizaba para prepararlas, así que poco a poco, fui haciendo las que creía que podían ser, hasta que llegué a ésta. Me prestó hasta la emoción, os lo puedo asegurar. Son muchas las que me quedan por rescatar aún, pero esta receta, mis amigas lo saben, era especial. Siempre que nos reunimos o alguna persona me comenta sus dulces, inevitablemente les preguntaba a ver si daba con ella. Bueno, hoy la publico y si la hacéis, espero que os encanten tanto como a nosotros. Y tú, mamá,  que desde tu estrella, las disfrutes-


Para nuestro primo Toño

Y, cuando se va un trocín de corazón... Os dejo un texto de A.G. Ovies.
 Argos.

La casa, sin ti

Para «Argos»

06.02.2013 | 02:21, La Nueva España

Catorce años juntos, de noche a mañana. Qué días brillantes vistos desde ahora. Fue todo muy rápido, más de lo esperado. Llegó la vejez e invadió tu cuerpo. Se metió en tus huesos, contagió tus órganos, robó el equilibrio de tus blandas patas. Fue todo muy pronto, más de lo previsto. Todos los rincones quedaron desiertos. Quedaron muy solas todas las estancias. Dejaste el vacío que deja un humano, lo mismo que un ser de los que nos quieren, como una persona de las que se aman.


Es todo distinto, así de repente. Nada se parece a lo que eras tú. Te echaron de menos hasta las persianas, y la luz del día sobre el limonero y la mesa vieja del mosaico azul y tu olivo amigo, que mira a la calle y el tiesto de barro sobre el que meabas. Te querían las puertas y los azulejos y la estantería y el lomo del libro que tanto mordiste y la voz del timbre y el sabor del pan y el lápiz de goma y el nudo de hilos y la colchoneta en la que soñabas. Todo es diferente, aunque sea lo mismo. Llenabas el mundo con tus rizos negros, con tus cejas blancas encendías la casa.


Te añoran los brezos, las sillas y el toldo. Todo te requiere, fuera, en la terraza. Te evocan los brotes que caen del camelio y las hojas secas que tira la adelfa. Y la regadera y el sanjuán de abajo. Y algún abejorro que vuela hasta al polen joven del narciso. Y el jazmín que cuelga junto a la ventana. Y las escaleras que subiste a diario. Y el color del cielo, al caer la tarde. Y el rumor del mundo, en torno a la noche. Y la intimidad que inflaman las lámparas. Dejaste una herida grande, muy profunda, como la que se abre al perder las cosas que más significan, una época bella, una compañía fiel y generosa, la sinceridad de una mirada.


Ceniza. No hay más. Ese lapso inane entre todo y nada. Ese vano previo a la incertidumbre de lo más certero. Volveremos juntos, si es que regresamos a nuestros orígenes, a corretear por la primavera, a lanzarte un palo, a jugar con lascas. Catorce años juntos. ¡Qué fugacidad! Quedaron muy tristes tu hueso y tu erizo, tu nombre y tus trapos, todos tus muñecos, todas tus costumbres. Lloró la jirafa.

sábado, 10 de noviembre de 2012

BOLLINES DE CALABAZÓN DE LOLA EL ZAMARRU, MADRINA

Para mis primas, sangre de mi sangre, un pequeño homenaje a Llolla.
Ayer visitando a María para contestar a uno de los muchos comentarios cariñosos que me deja, me llevé una grata sorpresa. Tenía publicados unos dulces muy parecidos a les bollines de calabazón que tanto se hacen en nuestro concejo y en muchos otros rincones de nuestra pequeña región. Ella las llama torticas de calabaza. Me es muy grato ver todas estas recetas, tan tradicionales, que unen y que se hacían muy similares en todas las provincias. Gracias, María, por tus historias, por tu manera de narrar las vivencias, por el cariño que pones en todo lo que haces. Gracias, mi amiga de Murcia.
En el anterior puente de difuntos también las preparé para compartirlas con mis familiares y a mis primas Bele y May y a M. y A. les prestaron mucho, se acordaban de su güelina, mi madrina Lola. Siempre que tenía calabazas, hacía estos fritos para, cuando llegaran de la escuela, tenerles un buen tazón de chocolate calentín en la mesa, donde remojarlos. Nos reímos un buen rato hablando de ella. Persona menudina (zamarrina, jeje) y símpatica a más no poder. Siempre la recordaré contando aquellas historias de tiempos pasados en las que se implicaba y narraba hasta el más mínimo detalle. Tanto a ella como a su hermano Manuel les gustaba mucho contar cuentos e historietas para disfrute de todo el que llegaba a su casa o a quienes ellos visitaban. Vivencias e invecciones, al igual que lecturas del pasado y películas de cine... Me parece que la estoy viendo a los pies de mi cama cuando estaba convaleciente, venía y cada tarde me regalaba sus recuerdos y su interpretación de la novela que más le había gustado: El conde de Montecristo. Prodigiosa memoria para recordar tantos nombres propios, de lugares y de personas.
En sus últimos días, cuando apenas podía hablar, la visitamos y le pregunté que si no tenía algo que contar. Me contestó que desde allí no podía escuchar al cuco cantar, a continuación dijo: 
cuquillín del rey,
paliquín d´escoba,
¿cuántos años falten para la mio boda...?
Y fueron las últimas palabras que le escuché. Gracias, madrina, ya ves: no querías amadrinarme porque decías que ya eras la madrina de mamá y que eras muy `vieya´, y mira cuántos años disfrutamos juntas... Desde tu estrella espero que veas estés bollines que preparamos acordándonos de ti y que todos nos alumbréis con vuestra Luz.

Les bollines de hoy son bastante similares a las que ya tengo publicadas del año pasado (pinchar aquí), me ajusté un poco a las medidas que me dijeron mis primas, para hacerlas lo más parecido a las de mi madrina.
Lola y Manuel del Zamarru, principios del siglo pasado.

sábado, 15 de septiembre de 2012

BOLLINES DE LALA ( La Galupa)

Para  comerlas ya templadinas.
Los posavasos son creaciones de los chicos y chicas de la Asociación Rey Pelayo, para personas con discapacidad.  ¡¡¡Preciosos!!!
Hoy os dejo una receta de aprovechamiento que me facilitó mi amiga Ana. Unas ricas bollinas que prepara su madre casi todos los fines de semana. La idea primera era pasar por su casa para que ella misma las hiciese, pero como los quehaceres quiebran muchas veces la buena voluntad (o, como diría un buen amigo `la urgencia de lo inmediato...´) no me fue posible acudir. Cuando Ana me dio la receta ya me parecía que tenían que estar muy ricas y no me defraudaron.

Conozco a esta familia desde siempre y las aprecio mucho, ellas lo saben. Pero con Ana siempre mantuve una amistad muy grande. Aunque pasemos meses sin vernos, las dos sabemos que ahí estamos para lo que sea. Además nos encanta por igual la cocina y las dos somos entusiastas coleccionistas de libros. Espero con mucha ilusión una libretina llena de recetas de su puño y letra. Allí seguro que estarán algunas de las  que hacían su abuela y su madre,  Lala la Galupa,  una trabajadora infatigable, a la que siempre admiré por su capacidad para hacer frente a todo lo que se le pusiera por delante. Con su cuerpo menudo y ágil emprende cualquier tarea sin arrugarse. Una digna representante de tantos y tantos Galupos que viven en nuestro concejo y fuera de él. Pienso que es bien conocida y querida. Y sus hijas, más de lo mismo. 

Gracias, Lala, estas bollinas son  especialmente ricas, llenas de sabor tradicional, baratinas y fáciles de hacer. Y queda pendiente una buena 'fartura' en tu casa, para merendar y charlar sin mirar el reloj. ¿Vale?

A ver si os gustan.

viernes, 31 de agosto de 2012

FÁCIL: LAS ROSQUILLAS DE MAMÁ

Enroscadas en forma de nudo, las primeras rosquillas que comí.
Ya sé que hay cantidad de recetas de rosquillas, y todas a cual más rica. Con casi los mismos ingredientes y muy parecida manera de elaborarlas. Pero éstas que publico hoy eran las que hacía mamá. Aunque tengo la receta y aparentemente están igual a las que nos elaboraba, me gustaban mucho más las que ella preparaba. Los huevos, la manteca y la mano de la cocinera... Todo influye y posiblemente también el que hoy en día ya estemos más que` fartucos´ de todo y hace 40 años nos prestaba muchísimo todo lo que se salía de los menús diarios y únicos. Bueno, no estoy diciendo que éstas no estén ricas, ¿eh? Están buenas, no llevan nada de tiempo y quedan con una presentación estupenda. Además, en una lata hermética aguantan bastante bien unos 4 días. Pero lo mejor de todo es comerlas recién preparadas. En casa apenas sobró media docena.

Con una forma muy peculiar, mamá siempre las hacía así, al igual que en mi pueblo varias vecinas le dan esta forma. Quedan muy suaves y apenas se empapan con el aceite, pues se puede observar que, al freírlas, no mengua nada. No son muy dulces y se convierten en un bocado muy bueno para acompañar un buen café o una tacina de chocolate.
Y con un buen chocolate, remojan de maravilla.
A ver si os gustan.

martes, 21 de febrero de 2012

CHAMPIÑONES Y COLIFLOR RELLENOS ( Y OREJAS DE LEÓN-BUÑUELOS DE ÁGUILAS DE MARÍA)

Toda una delicia.
¿Qué tal los carnavales? Supongo que estupendos en todos los sitios. Por aquí el tiempo acompañó, aunque con mucho frío. Así que el chocolatín  con alguna dulcería apetecía más que nunca. Por eso me dediqué a `tostar´como es debido. Preparé frixuelos, buñuelos de María, bollines de calabazón y casadielles, además de les bollines que publiqué anteriormente.

sábado, 18 de febrero de 2012

BOLLINES DE ALDEA, de Gozón

Nuestres bollines , les de siempre.
Bueno, como os prometí, hoy publico les bollines... Esta es una de las recetas que más añoraba tener. Nuestra madre las preparaba a bulto, es decir, ella iba echando los ingredientes en un perol y al final añadía harina hasta conseguir la masa perfecta. Y siempre sabían muy ricas.

miércoles, 24 de agosto de 2011

ROSQUILLES DE SAN BARTUELO

Las rosquillas de la niñez.
Hoy,24 de agosto, es día de San Bartuelo en la parroquia del cabo de Peñas, Viodo. Recuerdo de niña ver pasar desde casa a multitud de romeros que visitaban la iglesia para rezarle al santo Apóstol y después, comer en el prao de la romería la tortilla y la empanada... Mucha gente. La iglesia se llenaba hasta abarrotarse a todas las horas del día festivo.  Y en el' prao' no os podéis imaginar la cantidad de familias que se agrupaban compartiendo lo que llevaban, regado todo de fresca sidrina. Las altavoces tocando y, por la noche, a bailar o a escuchar nuestro cante de tonada asturiana.

domingo, 31 de julio de 2011

TARTA DE FRIXUELOS MARI LUZ

Tiene que estar fría.
¡¡¡Qué rica!!! Nos gustan un montón los frixuelos y la tarta nos la hacía mamá para alguna que otra celebración. Hay que tener un poco de paciencia y tiempo (no es porque sea especialmente difícil, pero sí, se tarda en hacer) Y luego comerla, en un momento!!! Hice dos, una para nosotros y la otra para mi vecina Anun que estuvo malina. Que te recuperes pronto, Anun.

martes, 26 de julio de 2011

BOLLINES DE CALABAZÓN

Con menos calabazón quedan más esponjosas.
Estes bollines las preparaban en el otoño, cuando recogían los calabazones, la calabaza grandota que es amarilla por dentro y naranja por el exterior. Este tipo de calabaza la llamaban "de freír" y la que por dentro es blanca, la "de comer." Son muy fáciles de hacer y muy sabrosas. Al día siguiente, si es que llegan, están más reposadas,.

Dedicada a todas las ANA que lean estas palabras

lunes, 14 de febrero de 2011

FRIXUELOS

En mi pueblo los llamamos `mantes´.
Es un postre popular de mi tierra, Asturias. Ideal para cualquier ocasión y hora. En carnaval no pueden faltar. De niños salíamos disfrazados por los pueblos y en todas las casas nos invitaban a comerlos, así que no veáis ¡cómo nos poníamos! Luego llegábamos a casa y mamá nos tenía preparada una fuente con una torre de frixuelos y ¡a ver quién le decía que no, con la ilusión que derrochaba! Así que a comer más... En estos tiempos se preparan en cualquier época del año y forman parte de nuestro patrimonio gastronómico. Yo hago la crema por la mañana, si los voy cocinar por la tarde o por la noche, si los hago por la mañana. A por ellos

miércoles, 19 de enero de 2011

CASADIELLES

Es por excelencia uno de los postres típicos de nuestra región. Tanto si el relleno va de almendra como de nuez, están verdaderamente riquísimas. En mi concejo por carnaval los niños se disfrazaban y, en grupo, acudían, casa por casa, pidiendo alguna tostadura para llevarse a la boca. Aquí les dan rosquillas, allí frixuelos, allá casadielles... Un regalo para el paladar, ya vereís.
Estas están fritas, pero se pueden hacer perfectamente en el horno.

martes, 18 de enero de 2011

BOLLINES DE MANZANA

Cortadas al medio y rellenas de dulce...!

Siempre, al llegar de la escuela muertos de frío, nuestra madre nos tenía sobre la mesa una tacina con chocolate y alguna fritura. Dependiendo de lo que tuviese por la cocina, preparaba la bollería. Estas bollinas de manzana eran bastante frecuentes, además aprovechaba las que tenían algún golpe y estaban a punto de ponerse mal. Nos encantaban. Al día siguiente formaban parte del desayuno... Cuanto tiempo pasó...Bueno, pues cuando las preparo me siento un poquitín en aquel pasado y disfruto con todos los que ya no están en mi cocina , parece que los hago presente con sus recetas. Gracias a todos.